La bulla de la Inmaculada en Sevilla
El Centro fue transitado este viernes por miles de personas, que han convertido el 8 de diciembre en una «nueva tradición»
![La bulla de las calles comerciales de Sevilla fue constante durante todo el día](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2017/12/09/s/gente-inmaculada-sevilla-k5dC--1240x698@abc.jpg)
Pasear sin ningún destino concreto bajo la galaxia de luces led que ha puesto el Ayuntamiento con presuntas intenciones navideñas se ha convertido en una «nueva tradición» sevillana. Este viernes no se cabía en el Centro . Parecía que regalaban las tapas en los bares. Ganar treinta centímetros de barra para apoyar el vaso era una aventura tan compleja como la primera vuelta al mundo de Magallanes. No fue un día para exigentes. Era jornada de carne con tomate fría y cerveza caliente. «Esto es peor que un Domingo de Ramos», sentenció un señor que esquivaba codazos zigzagueando por la Campana.
Noticias relacionadas
Había tanta gente o más deambulando por las calles como en el estreno de la Semana Santa, pero sin cofradías en la calle. Y sin organización en las tabernas para atender a la marabunta. Las pizarras acumulaban borrones por minutos en los testeros de las tascas. «¿Pavías?». «No me quedan». «¿Tataki?». «Se me ha terminado». Todo era una gran bulla con distintas corrientes, una almadraba para los carritos de los niños, obligados a ir por los flujos estipulados hasta quedar atrapados en algún cruce. Pero también era un homenaje a la salida de la crisis. Los comercios hicieron su diciembre . Volaban las visas.
Pero este gentío, que ha formado colas infinitas en el Alcázar y en el Museo, también tuvo su envés clásico para conservar la esencia de la festividad. El arzobispo, Juan José Asenjo, presidió la Eucaristía Estacional por el Día de la Inmaculada por la mañana en la Catedral, donde Murillo fue feligrés de excepción desde los muros en el primer día de apertura de la exposición que le ha dedicado el Cabildo. Y por la tarde, los diez niños seises hicieron sus primitivas danzas en honor a la Purísima. Porque todo cabe en esta bulla costumbrista que Sevilla ha concebido sin pecado...