LA CIUDAD DEL FÚTBOL

Betis y Sevilla: pasión, identidad y mina de oro

La enorme afición al balompié de los sevillanos va mucho más allá de la rutina o el derbi y mueve cientos de millones

Las cifras socioeconómicas y el brutal impacto del «deporte rey» hacen de Sevilla la ciudad más futbolera de España

Los hinchas de Betis y Sevilla, durante un derbi Foto: ABC // Vídeo: María José Morón

Eduardo Barba

Nueva batalla. Betis y Sevilla volverán a enfrentarse la noche de este domingo, reeditando un derbi que hace el número 111 y que no sólo «paraliza» la ciudad sino que genera un interés enorme más allá de sus límites. Porque el gran choque futbolístico sevillano es mucho más que un simple partido de fútbol. Y lo es, entre otras cosas, por el gigantesco calado que estos dos clubes tienen en la sociedad sevillana a todos los niveles, incluso el antropológico. El fútbol ha moldeado, de hecho, hasta una forma de ser de buena parte de la población local, vinculada a este deporte (a sus dos equipos de referencia) de una manera tan acentuada que casi puede decirse que se trata de un caso único. No se encuentran ejemplos cercanos de una pasión futbolera tan marcada y con un reflejo e impacto tan notorio. Verdiblancos y blancos han convertido esa rivalidad y el propio seguimiento a sus equipos durante todo el año en un negocio de descomunal envergadura , con niveles de rentabilidad como no hay otros. Palmarés, tradición, historia... pero también es sobresaliente la repercusión económica estimada a causa de que los dos equipos compitan en Primera. Para una ciudad que no llega a 700.000 habitantes, nada puede compararse a la incidencia que tiene este fenómeno.

Todas las cifras tienen como raíz la cantidad de fieles de cada club. De ahí parte el árbol completo. La temporada pasada el Betis llegó a 52.500 abonados , de los que 50.300 eran socios con asiento , cifra esta segunda que este año se ha puesto como límite obligado (imposiciones por porcentaje de venta de entradas), mientras que el Sevilla alcanzó los 37.450 abonados con asiento, su récord histórico, que para el ejercicio actual pretenden superar hasta acercarse a los 40.000. Los estadios, además, se encuentran también entre los de mayor aforo de España: tras su última reforma, el Benito Villamarín ha alcanzado los 60.700 asientos , situándose como cuarto coliseo del país por detrás de los campos de Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid, mientras que el Ramón Sánchez-Pizjuán tiene 42.500 (séptimo nacional justo detrás de los recintos de Athletic y Valencia) y pretende superar los 46.000 en los tres próximos años con diversas reformas en la disposición de las sillas. Olvidándonos de la Cartuja (aforo de 57.000), la ciudad posee dos estadios entre los siete primeros de España. Además, el Betis es el tercer equipo español con mayor número de peñas, 477 (16 de ellas fuera de España), superado sólo por Madrid y Barcelona, mientras que el Sevilla ha crecido mucho en los últimos años en ese aspecto al calor de los títulos europeos y se sitúa ya en 302 peñas, con presencia en once países extranjeros.

Entre ambos clubes superan los 90.300 socios, lo que representa el 14% de la población, un dato contundente

Ese impacto se aprecia muy bien en la comparación del número de personas con abono de fútbol que hay en la ciudad en proporción a su población y si se compara después con otras ciudades de características más o menos similares con dos equipos de fútbol. En la capital andaluza hay más de 90.300 personas que son socias (con derecho a asiento) de uno de los dos clubes con una población de 690.000 habitantes , lo que representa el 14% de la población , un dato contundente aunque haya que tener en cuenta que, evidentemente, hay socios de fuera de la ciudad. En la capital valenciana, con 790.000 censados, la suma de abonados de Valencia CF (39.000) y Levante (21.000) traslada a una cifra de 60.000 personas pagando carnets, 30.000 menos que en Sevilla. En otras ciudades con dos clubes se da la circunstancia de que se distingue entre socio y abonado, como ocurre con el Real Madrid al no tratarse de una sociedad anónima deportiva. Si se cuentan sólo los abonados en la Liga (derecho a asiento, algo que no tienen los simples socios), el club de Concha Espina tiene 61.000, mientras que su gran rival local, el Atlético, llega a los 54.000. Esto es, 115.000 personas pagando carnés… en una ciudad de 3,1 millones de habitantes. En la Ciudad Condal, el Barcelona tiene actualmente 85.000 abonados con asiento frente a los 25.000 que tiene el Español, lo que supone 110.000 personas sobre sus 1,6 millones de habitantes.

Multitudinaria presentación del bético Joaquín Efe

Los datos de Sevilla son mejores, por ejemplo, que los de Londres, aunque suene sorprendente. La metrópoli británica tiene más de 8,5 millones de habitantes, pero sus numerosos equipos no son capaces de superar los 800.000 socios; en términos proporcionales, peor. Los equipos de Milán, dos pesos pesados europeos, no suman ni 100.000 socios a pesar de que la capital lombarda supera los 1,3 millones de pobladores. En Turín (900.000 habitantes), con la Juventus y el Torino la historia es similar, puesto que entre ambos clubes no alcanzan los 55.000 abonados (29.300 son los que tiene la Vecchia Signora, su tope). Así las cosas, el caso sevillano sólo podría compararse con Manchester (United versus City), Lisboa (Benfica versus Sporting) y Buenos Aires (River Plate versus Boca Juniors), aunque con poblaciones bastante mayores (sobre todo la de la descomunal capital argentina).

Hinchas en movimiento

Los impresionantes registros tienen muchas derivadas, como los desplazamientos de aficionados. Según los últimos estudios de GoEuro, la plataforma de búsqueda de viajes, el impacto que genera la Liga en desplazamientos supone 290 millones de euros, una cifra que no incluye el precio de las entradas. Afirma el trabajo que unos 438.000 espectadores viajan por el país siguiendo a sus equipos, un número que está muy por debajo de los 1,3 millones que lo hacen en el Reino Unido o en Alemania. La capital de Andalucía se sitúa como la tercera del país en este aspecto y genera en el citado apartado en un año 34,7 millones de euros , repartidos en 20,2 millones en comida y bebida, 12,3 en transporte público y 205.000 euros en alojamiento. Además, los aficionados de los otros equipos que viajan a Sevilla para visitar el Sánchez-Pizjuán o el Benito Villamarín se gastan algo más de dos millones de euros por campaña. La ciudad hispalense se posiciona, de este modo, por encima de otras como Valencia o Bilbao, y sólo queda por detrás de las dos ciudades más grandes del país: Madrid, con el Real Madrid y el Atlético como grandes atractivos, pero, además, con Getafe, Leganés y Rayo Vallecano en la máxima categoría; y Barcelona, con el Barça y el Español. La otra ciudad con más de un equipo en Primera, Valencia, queda por detrás en este escalafón.

La Liga es uno de los torneos más potentes del planeta, aunque el turismo futbolístico funciona mejor en Inglaterra y Alemania . El impacto económico de la competición liguera en las ciudades que acogen fútbol de Primera División en España es de algo más de 300 millones anuales sólo en ese apartado de los desplazamientos y turismo balompédico, un balance que es ligeramente superior en Alemania, donde estas operaciones suponen la movilización de 315 millones, y especialmente relevante en Inglaterra, líder del sector a nivel continental con algo más de 570 millones. Italia figura cuarta con 265, mientras que Francia es la quinta con unos 240 millones de impacto económico por los movimientos que implican los partidos.

En ese tránsito de aficionados existe aún más margen de crecimiento y supone una faceta claramente a potenciar. Hay que tener en cuenta que, según los datos que maneja el propio Ayuntamiento, el turismo y el ocio vinculado a él suponen ya un tercio del empleo que se genera tanto en la ciudad como en su área metropolitana . Los aficionados visitantes dejan riqueza en la capital y, lógicamente, los hinchas heliopolitanos y nervionenses invierten también en otras ciudades cuando se desplazan para presenciar los encuentros de sus respectivos equipos.

Dinero, dinero, dinero...

En ese documento de GoEuro, además, no se incluyó el precio de las entradas como impacto, aunque los números en este ámbito son también espectaculares. Según los registros que posee la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y los que manejan los propios clubes, el volumen de negocio de las dos entidades no para de crecer. De ahí que no extrañe el notable aumento progresivo de sus presupuestos. El de los sevillistas estará esta temporada que acaba de arrancar sobre los 200 millones y viene de haber estado el año anterior en 212 por haber disputado Champions League. Hace dos años era de 135 millones. El de los béticos alcanza esta campaña los 90 millones , 20 más que en el ejercicio anterior merced a su salto a competición europea. La base para diseñar esos presupuestos son las audiencias televisivas, elemento esencial en los ingresos que reciben los clubes. En el caso de los sevillanos, en este ámbito del seguimiento se contemplan cantidades fabulosas. Según los índices de la LFP, el Betis alcanzó la temporada anterior los 28 millones de espectadores tanto en partidos en abierto como de pago, siendo superado únicamente por Real Madrid y Barcelona y por delante de Atlético y Valencia. El Sevilla se situó justo después, sexto, con 18,5 millones de personas. Ahora bien, los de Nervión sumaron a ello sus partidos en la Champions League y la final de la Copa del Rey, lo que generó una audiencia acumulada de nada menos que 230 millones de telespectadores.

Jesús Navas, en el Liverpool-Sevilla Reuters

La internacionalización, como se ve, es crucial para la obtención de ingresos en el fútbol actual. Tanto es así que los dos eternos rivales se sentaron en una mesa y alcanzaron un acuerdo hace dos años para promover de manera conjunta la marca «El gran derbi» , con la que se difunde en las dos últimas temporadas mediante acciones promocionales, televisión, spots e información en las redes sociales el partido de máxima rivalidad en el resto del país y en el extranjero con un notable éxito. El término «derbi» es ya casi algo exclusivo del derbi sevillano , como una potente marca; que acumula cada vez más clientes, por otra parte. Para su enfrentamiento nacional, de hecho, Madrid y Barcelona han optado ya por el término «clásico», rendidos a la evidencia y al triunfo sevillano con esta denominación. Ejemplos de esa internacionalización de los clubes hay muchos y destacados. Este fin de semana, por ejemplo, hay más de 30 periodistas japoneses acreditados para cubrir el derbi en el estadio del Betis, entidad que desde hace año y medio tiene la oficina de su dirección comercial en Madrid, no en Sevilla, y que creó hace un año un departamento llamado Desarrollo Internacional, que organizó este verano la presentación de Inui en el país del Sol Naciente.

Los ingresos por derechos televisivos hacen de los sevillistas los sextos en el ranking nacional, estando por delante de los béticos merced a sus buenas campañas deportivas y las recientes cinco copas de la UEFA, alcanzando así este año unos 75 millones por esos derechos a pesar de que ya no juega la máxima competición continental. En global, esos éxitos sevillistas de los últimos años colocaron a la entidad como cuarto club de España en ingresos tras Madrid, Barcelona y Atlético. Los verdiblancos rondaron la campaña pasada los 50 millones de euros y esperan llegar en la actual sobre los 62 millones al disputar partidos europeos. En asistencia al estadio, no obstante, ha crecido más el equipo de las trece barras gracias al empuje en el número de socios y la reforma y ampliación del estadio, algo que lo hace estar ya entre los treinta clubes de Europa con mayor asistencia, rondando los 46.000 aficionados de media cada partido (la campaña pasada se superaron los 53.000 espectadores en tres ocasiones). Las dos sociedades poseen además emisora de radio y cadena de televisión propias (las únicas tv locales de la ciudad) con índices de audiencia más que destacables.

Los ingresos por televisión, base de los presupuestos, se han disparado al calor de la internacionalización

También en las redes sociales el impacto de ambos clubes es cada vez más deslumbrante. En Twitter, por ejemplo, el Sevilla tiene más seguidores que el Betis (916.000 frente a 603.000) en sus cuentas oficiales, aunque han abierto nuevas (en inglés, para la cantera, para el equipo femenino o hasta en Japón en el caso de los verdiblancos). El impacto en sí es mayor en el caso del club de La Palmera. Según los datos oficiales de Twitter, la temporada pasada se cerró con los verdiblancos como los cuartos de España en interacciones con 3,56 millones (tras Madrid, Barcelona y Atlético), siendo los sevillistas los quintos con 2,22 millones justo por delante del Valencia. En Instagram, el Betis tiene 493.000 seguidores y el Sevilla, 453.000.

En lo que respecta al pujante ámbito comercial , entre taquilla y venta de productos oficiales, el Betis espera alcanzar este año ya los 35 millones de euros , de los que 17 procederán de la venta de entradas y abonos (disparada con el regreso a Europa) y otros 13 por patrocinio, publicidad y merchandising . En este último apartado, el club de Heliópolis trabaja con el modelo de regalía sobre ventas (otros clubs compran y luego venden sin más), siendo las ventas de productos oficiales superior a los 5 millones. El club sevillista, de su lado, se mueve actualmente en unas cifras que van a superar los 32 millones esta campaña, de los que unos 15 llegarán por taquillas y abonos y aproximadamente 17 por el resto del marketing, donde se ha crecido un 66% en cuatro años y que este año se ha disparado en las ventas de las indumentarias oficiales casi un 300% con la llegada de la multinacional Nike .

Creando empleo

Que las dos escuadras compitan al máximo nivel supone también una creación de empleo que tiene su relevancia. Según las cifras expuestas a este periódico las dos entidades, de ellas dependen casi un millar de puestos de trabajo. Para el Sevilla FC trabajan ya de forma directa algo más de 500 personas , e indirectamente también están vinculadas al club dos centenares de operarios. El Betis mantiene a 350 empleados en el área deportiva y un centenar en el resto, además de otros 150, aproximadamente, que pertenecen a otras compañías que prestan sus servicios a la entidad periódicamente. En cuanto a empleo, además, en los últimos años varias constructoras se han beneficiado de las obras realizadas por estas entidades, alguna de ellas, como la de la nueva grada de Gol Sur del Real Betis, de tremenda envergadura (11,4 millones). Las dos ciudades deportivas han sufrido también importantes remozados, acordes con el crecimiento de los dos rivales, y los de Heliópolis han anunciado este verano la construcción de una nueva ciudad deportiva en el área metropolitana para los equipos de cantera, lo que supondrá una enorme inversión.

A todo ello debe añadirse el negocio que se genera en torno a los dos equipos los días de partido, cuando la caja engorda en proporciones espectaculares. Los bares y restaurantes aprovechan al máximo la prohibición que existe en España de vender alcohol dentro de los recintos deportivos. Ahí no tienen competencia de los clubes sino que se benefician de ellos. Los de Nervión aumentan su recaudación en torno al 40% con respecto a otros fines de semana, y en algunos casos hasta al 50%. En Heliópolis o Reina Mercedes, por su lado, la diferencia es aún mayor, ya que se trata de zonas menos céntricas y con menor afluencia ordinaria que Nervión, de forma que hay casos en los que se gana hasta un 80% más que en fines de semana sin fútbol. Toda esa buena salud financiera ha hecho que las dos entidades hayan saldado prácticamente en su integridad la deuda que mantenían con el Ayuntamiento , que llegó a superar los cinco millones de euros y que ha quedado en cifras simbólicas que se van a liquidar en los próximos años tras acordarse cómodos pagos aplazados. Cuando hay partido suben también su ocupación los hoteles próximos a los estadios, se multiplican los viajeros del bus municipal y el metro y hasta el propio Ayuntamiento recauda importantes cantidades con las avalanchas de multas a motos y coches mal aparcados mientras los hinchas, ajenos, cantan dentro del estadio. Todos parecen ganar en esta edad de oro del fútbol sevillano .

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