Beltrán Pérez, líder de los críticos del PP de Sevilla, se queda fuera del congreso nacional
Los oficialistas llevarán 43 compromisarios frente a 26 de la corriente renovadora diseñada por Javier Arenas
Los críticos del PP de Sevilla seguirán siendo, de momento, una corriente menor resumida a una foto de familia. La elección de compromisarios para el congreso nacional de la gaviota en Madrid , primera radiografía seria del cisma que supuestamente se ha producido en la provincia, dio ayer un resultado esclarecedor: de los 59 cargos electos , los militantes sólo escogieron a 23 de la facción renovadora. Y de los diez natos —cargos que tienen derecho a ejercer de compromisarios por su condición de responsables orgánicos del partido— siete son oficialistas y sólo tres pertenecen a la facción contraria. Es decir, la elección del nuevo presidente y secretario general del PP nacional contará desde Sevilla con 43 compromisarios afines al aparato actual frente a 26 críticos. Un 62 por ciento de la militancia sigue apoyando al actual presidente provincial, Juan Bueno.
La votación de ayer, no obstante, tiene otras muchas lecturas. Los críticos presumen de haberse implantado de manera bastante visible en apenas unos meses, sobre todo en la provincia, donde los resultados electorales han sido históricamente devastadores. Pero más allá de la minoritaria colonización que han logrado, hay otros detalles que permiten analizar con más exactitud este movimiento alternativo. El principal de ellos es que uno de sus líderes, el concejal de la capital Beltrán Pérez, perdió la votación en su distrito frente a Dolores de Pablo-Blanco y no irá al Congreso. La edil sevillana lo derrotó por apenas un voto en Bellavista-La Palmera. La otra cabecilla de la corriente que diseñó Javier Arenas, Virginia Pérez , sí ganó en su pueblo, La Rinconada, con un margen de siete votos frente a la candidatura oficialista. Es decir, en sus respectivos terrenos de juego los impulsores de la vía renovadora no son referencias fuertes. Lo demuestra también el resultado en el distrito Sur, donde Macarena O’Neill , una de las bazas arenistas, sucumbió ante el actual portavoz del Ayuntamiento, Alberto Díaz , perteneciente al bando orgánico.
En la capital no hay color. Del lado de los críticos han logrado plaza Evelia Rincón , que sí arrasó en la Macarena; Lourdes Preciado en el distrito Norte; José Luis García en San Pablo; Olga Carrión en el Casco Antiguo; y Pepe Lugo en el Cerro-Amate. Los oficialistas se impusieron claramente en Triana, que elegía dos compromisarios y donde también se presentaba uno de los hombres fuertes de la corriente alternativa, Rafael Belmonte . Esos dos puestos serán para Curro Pérez y Manolo Alés . En el centro, además de la crítica Carrión, salió elegida Adriana Jiménez , que es oficialista. Y en el resto de distritos todos los ganadores son afines al actual presidente. En Los Remedios no hubo ni votación y salieron Eloy Carmona, Carmen Ríos y Margarita Bacarisas . Donde sí se votó vencieron Ignacio Flores en Sevilla Este, Alicia Martínez y Lidón Guillén en Nervión, la citada Lola de Pablo en Bellavista y Manuel Fernández , además de Alberto Díaz, en Sur.
En los pueblos la pugna está más equilibrada. Los críticos, que no necesitaron votación en Carmona, Osuna, Coripe y Lora, ganan en otros ocho: Morón, Gelves, Olivares, La Rinconada, Huévar, Bollullos, El Saucejo y Dos Hermanas , donde se elegían dos. Por contra, los oficialistas se impusieron en todas las demás plazas donde se votó. Por lo tanto, las urnas designaron a 36 compromisarios orgánicos frente a 23 críticos. Y a eso hay que sumar los diez que tienen derecho directo a ir al congreso: los cuatro diputados nacionales —Zoido, Ricardo Tarno, María Eugenia Romero y Silvia Heredia— , el senador José Luis Sanz , la eurodiputada Teresa Jiménez Becerril , el presidente de Nuevas Generaciones —Luis Paniagua— y los tres cargos directivos, que son Javier Arenas, Jaime Raynaud y Juan Bueno . Sólo Arenas, Raynaud y Paniagua son críticos. Por lo tanto, las «primarias» en las que habían convertido estas elecciones de compromisarios han puesto, por primera vez de forma fiable, todas las cartas boca arriba.
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