LA CRISIS DE LOS POPULARES SEVILLANOS

Los dos bandos del PP de Sevilla firman un acuerdo para evitar dos listas y este viernes se elegirá al líder

Los críticos pidieron retrasar la votación hasta después de Feria por problemas con el censo, pero se impuso el aparato

Los candidatos a la presidencia del PP sevillano, Juan Bueno y Virginia Pérez, en imagen de archivo VANESSA GÓMEZ

ALBERTO GARCÍA REYES | STELLA BENOT

Los dos bandos que actualmente componen el Partido Popular de Sevilla firmaron este miércoles un acuerdo de paz en la sede del partido a instancias de la dirección regional y con la supervisión de Juanma Moreno . El partido dio orden de unidad y ambas partes tuvieron que plegarse a las exigencias. Pero el relato de los hechos aporta muchas claves sobre las verdaderas razones de la fractura y de la deriva que a partir de ahora puede tomar este cisma, sobre todo porque los críticos intentaron retrasar la votación prevista para hoy hasta después de Feria, cosa que finalmente no lograron. Todo comenzó el martes por la tarde. La dirección regional llamó a Juan Bueno y a Virginia Pérez para instarles a la firma de un acuerdo por orden de Génova, concretamente del vicesecretario general de Organización, Fernando Martínez-Maíllo , con el argumento de que el PP de Sevilla no podía seguir siendo un ejemplo de división. Juan Bueno pidió tiempo para consultarlo con quienes le apoyan. Virginia Pérez propuso retrasar la votación una semana.

Casi mil electores críticos se habían registrado desde sólo tres ordenadores y por un rigurosos orden alfabético

Los oficialistas llevaban días convencidos de que no habría segunda vuelta porque tenían controlados sus votos y estaban seguros de tener un 15 por ciento más que los críticos, pero este miércoles Virginia Pérez presentó 4.200 electores frente a los 3.500 de los oficialistas , una cantidad que dejó en fuera de juego a los de Juan Bueno. Rápidamente se cruzaron denuncias de marrullería. La corriente alternativa hablaba de electores falsos en la lista de Bueno y viceversa. Sin embargo, sólo los oficialistas registraron una denuncia contra Pérez ante Génova con datos muy concretos. En ese escrito, al que tuvo acceso ABC, se asegura que casi mil electores críticos se habían registrado desde sólo tres ordenadores y por orden alfabético. Además, en Los Palacios llegaron a presentar 307 electores cuando sólo hay 296 militantes en total en todo el municipio.

Ante estos datos, los oficialistas mantuvieron su negativa al acuerdo porque tenían la convicción de que iban a ganar, mientras que los críticos defendían que no había censo y las votaciones no eran fiables, razón por la que había que aplazarlas. Entonces el regional les soltó el órdago: habrá una gestora . Esa idea fue inmediatamente frenada por Génova con una sola llamada de teléfono. El acuerdo, por cierto, consiste en que en la primera vuelta será presidente quien gane por un voto de diferencia. No es necesario que haya un 15 por ciento de diferencia porque en ningún caso habrá segunda vuelta . La parte perdedora ofrecerá después una terna para que los ganadores elijan de ahí al secretario provincial. Y el resto de la ejecutiva se compondrá respetando los porcentajes de voto que cada facción haya obtenido.

Ante esto, Loles López volvió a convocar a las dos partes para proponerles de nuevo este convenio. Virginia Pérez, que estaba representada por Beltrán Pérez, Luis Paniagua y Macarena O’Neill , firmó, aunque exponiendo sus reticencias. Juan Bueno alegó que tenía que obtener el plácet de los suyos. Entonces lo que le propuso Loles López fue retrasar la votación, idea ya avanzada por los críticos, lo que desvela en qué posición está la dirección regional, para que tuviera tiempo de convencer a su gente del acuerdo. Era el segundo órdago: retrasar los comicios para dar más tiempo a los críticos en su estrategia. Por si esto fuera poco, minutos antes de la cita a las seis de la tarde en la sede regional que había convocado López, Bueno recibió una llamada directa de Martínez Maíllo ordenándole que firmara el acuerdo. María Dolores de Cospedal dio su visto bueno a esta solución. Y el presidente firmó.

¿A quién beneficia el pacto?

Por lo tanto, habrá consenso en la composición de la ejecutiva provincial en función de los apoyos que tenga cada uno, algo que se verá en la votación. Si Bueno saca una diferencia de más del 15 por ciento, el acuerdo sólo habrá beneficiado a los críticos. Si saca menos, cada parte obtendrá su rédito. Y si ganan los críticos, los beneficiados por la firma habrán sido los oficialistas. Es decir, el documento firmado no se podrá traducir con exactitud hasta que se vote. Por eso adquiere especial significación el hecho de que los críticos reclamaran el retraso de la cita con las urnas . Arguyeron que no había un censo oficial disponible y que las papeletas no estaban hechas con 24 horas de antelación, pero todo ello se adujo después de que se firmara el acuerdo. Moreno Bonilla, finalmente, rechazó su petición y aceptó la propuesta de Bueno de convocar un día más tarde para poder tener las papeletas.

Juan Bueno, por su parte, envió una grabación a través de whatsapp a todos los militantes que le apoyan en la que relató en primera persona toda su versión y las conclusiones a las que ha llegado tras esta situación. Literalmente, el presidente del PP de Sevilla dice: «Hace unos minutos hemos firmado unos acuerdos por el bien del partido . Había sobre la mesa una decisión tomada de que si no firmábamos teníamos que posponer la votación a la semana que viene. Incluso se puso sobre la mesa una posible gestora. Lo he hecho desde la responsabilidad que creo que tengo. Forzar ese acuerdo se debe a que los que nos quieren quitar del medio han hecho todo lo posible para que esto ocurriera. Más que nunca la victoria es nuestra». Esto documento salió del teléfono del presidente provincial a las seis y media de la tarde. La «decisión ya tomada» que supuestamente había evitado con su firma se intentó imponer después, pero sin éxito .

El papel de los críticos

Hasta aquí, el relato de los hechos tal como sucedieron. Pero para entender mejor esta historia hay que manejar otras claves. Virginia Pérez se unió a Beltrán Pérez, que tenía rencillas antiguas con Zoido de los tiempos del gobierno en el Ayuntamiento de Sevilla , para alcanzar el poder provincial. Éste, a su vez, arrastró a sus principales apoyos: Rafael Belmonte y Evelia Rincón , entre otros. Y rápidamente se sumaron otros miembros con un nexo común: sus viejas discordias con Zoido o con los otros popes del aparato del partido ( José Luis Sanz o Ricardo Tarno , fundamentalmente). Jaime Raynaud , Toni Martín o Luis Paniagua son algunos de los nombres aliados contra quienes en el pasado supuestamente les perjudicaron.

La mayoría de los críticos tienen en su historial alguna escaramuza con los oficialistas, aunque también hay algunos, como el alcalde de Carmona, Juan Ávila , que se unió a esta corriente sencillamente porque cree que el partido necesita una renovación interna. Y, por último, está el grupo del verdadero líder de esta historia, Javier Arenas , que sigue manejando los hilos desde la sombra y cuya presencia en toda la operación aclara lo que está pasando.

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