hostelería
El Ayuntamiento pone en peligro la hostelería sevillana más tradicional
Negocios tradicionales que viven de la calle como los de la plaza del Salvador, Blanco Cerrillo o Las Teresas en Santa Cruz verán reducidas sus terrazas
![Los negocios del Salvador se verán afectados por la ordenanza](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2020/03/04/s/salvador-U55188625552yUJ-1248x698@abc.jpg)
La ordenanza que regula los veladores en Sevilla , que se aplicará sin reservas a finales de este año, pone en serio riesgo a los pequeños bares que apenas cuentan con escasos metros de comedor y tienen la mayor parte del negocio en las terrazas. La norma utilizará como criterio el aforo para determinar el número de mesas y sillas que se permitirán, a razón de un 50 por ciento del aforo máximo del interior. Eso supone que para un establecimiento con capacidad para unas quince o veinte personas, como es el caso de los negocios de la plaza del Salvador , se darían cuatro licencias de velador, apenas un tercio de las que tienen actualmente.
Tal vez la superficie de estos bares no sea amplia, pero la tradición y la popularidad de la que gozan los convierte en referentes imprescindible de la hostelería de la ciudad como la Bodeguita La Antigua , Los Soportales , la cafetería La Ibense , Blanco Cerrillo , El Tremendo, Las Teresas , Santa Marta o el mismo bar Europa , que tiene dos zonas de terraza en la plaza del Pan.
El sector está seriamente preocupado por la norma, «que puede terminar con un modelo propio de la ciudad y con la viabilidad de centenares de negocios en todos los barrios», denuncia Antonio Luque , presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla , que el próximo 10 de marzo trasladará esta situación al Ayuntamiento. Explica que la ordenanza se aprobó a finales de 2014 con una moratoria de cinco años para los establecimientos que ya tuvieran los permisos en vigor. Desde entonces sólo se ha aplicado el criterio de la superficie en las nuevas aperturas , pero el plazo expiró el pasado 31 de diciembre y ahora hay que abordar el asunto de nuevo.
El recurso de última hora
Luque aclara que « este año se ha salvado porque el contrato de veladores se renueva a mediados de noviembre y se firmó antes de que terminara la moratoria, pero sólo hemos retrasado el problema». El empresario entiende que este requisito «no se ajusta a la realidad», porque trata a todos los establecimientos por igual sin tener en cuenta la ubicación. «Se daría la paradoja de que un negocio pueda tener doce o quince mesas en una calle estrecha, mientras que otro sólo podría aspirar a cuatro en una plaza amplia por la simple razón de que uno sea de mayor tamaño que otro». Con ello hace referencia a lugares como el Salvador, las callesGeneral Polavieja y Albareda o el propio barrio de Santa Cruz , donde muchos de los locales son minúsculos, «terminando con un modelo que es una referencia local y turística».
La intención de la patronal es alcanzar un acuerdo con el Consistorio para «flexibilizar este criterio» y que los locales puedan mantener las terrazas. «No se trata de aumentar el número, ni mucho menos, sino de conservar lo que hay. Aplicar la norma de forma estricta pone en apuros a muchos hosteleros que no tienen espacio dentro y, sobre todo, muchos puestos de trabajo que se mantienen por el servicio de la calle», señala. El presidente de la Asociación de Hosteleros calcula que se podría perder más de un millar de camareros , porque la práctica nos dice que se crea un empleo por cada cuatro veladores. «Es un hachazo a uno de los sectores que más trabajo crea en la ciudad y no lo digo yo, lo dicen las estadísticas del Gobierno».
![Clientes en la terraza del bar Blanco Cerrillo](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2020/03/04/s/blanco-cerrillo-U71207832423kUV-510x349@abc.jpg)
Mano dura a los infractores
Igualmente pide que se endurezcan los castigos a los infractores, llegando incluso a plantear la pérdida del derecho si reinciden en las irregularidades. «Nosotros somos los más interesados en que se cumplan las normas para evitar abusos, porque suponen una competencia desleal para los que respetan la ley», asegura y que se aumente el plazo de concesión de las licencias de uno a cinco años para dar «más seguridad a los propietarios, de manera que puedan hacer contratos duraderos». « Los sindicatos nos piden que hagamos fijo al personal para reducir la temporalidad en el sector , pero si no hay certeza de que la próxima temporada vayas a contar con el mismo número de mesas en la calle, es imposible hacer ese esfuerzo», explica.
Indefinidos desde hace más de una década tiene Araceli Mestre a cuatro trabajadores, que llegan a seis en la temporada alta. Es la propietaria de la cafetería Ibense, que abrió en 1982 en la plaza del Salvador y que no tiene ninguna intención de cerrar. Cuenta actualmente con doce mesas que atienden tres personas, una de ellas con más de treinta años de antigüedad. «Entró con dieciocho y este año cumplirá los cincuenta y tres –comenta–, no puedo despedir a una persona así».
Esta empresaria, que se hizo cargo del negocio tras la muerte de su marido, lamenta que «se vaya a tratar con la misma mano dura al que cumple y al que no». Dice con orgullo que no ha recibido una sola queja de los vecinos, ni del Ayuntamiento por su terraza, que monta y desmonta cuando se lo ordenan, pero prescindir de los veladores «sería una ruina», al punto de plantearse la clausura si no se soluciona el asunto.
La situación también le genera gran incertidumbre a Magdalena Lirola , propietaria de dos de las bodeguitas vecinas. Lleva más de veinte años con las mesas en la calle, doce entre los dos negocios, que no podrían sobrevivir de la misma forma con menos. Tiene a su cargo a seis trabajadores en un enclave en el que «no hay problemas de saturación y queda espacio suficiente para el peatón, las bicicletas y hasta para celebrar eventos». Lamenta que haya sitios en la ciudad «en los que no se puede ni andar y que el Ayuntamiento vaya a ir contra espacios como el Salvador sólo por el tamaño de los bares».
Esta empresaria considera «impensable» que se puedan reducir drásticamente los veladores de la plaza, porque forman parte de su modelo y lo cambiaría por completo». «Aquí siempre ha habido terrazas, incluso cuando se hacen las promociones turísticas utilizan como reclamo nuestros negocios », defiende.
Una ordenanza del anterior gobierno local
El consistorio ya conoce la preocupación de estos hosteleros y está abierto a estudiar sus propuestas, como aseguran a ABC fuentes municipales, pero subrayan que «esta ordenanza la redactó y la aprobó el anterior gobierno del PP y lleva en vigor más de cinco años ». Las fuentes consultadas reconocen que «se planteó un criterio muy restrictivo en aquel momento, porque la superficie que ocupan en la calle no puede ser superior al 50% de la que miden sus locales», independientemente del lugar en el que estén.
«El Pleno municipal aprobó la norma con una amplia mayoría y se decidió establecer la moratoria. Modificarla conlleva un trabajo largo y laborioso» , señalan desde el Ayuntamiento, que la próxima semana se reunirá con la patronal. «Ellos piden que se revise y el Ayuntamiento está dispuesto a analizarlo, pero en estos momentos no se puede dar una garantía, porque no es un trámite sencillo», continúan, tras aclarar que «para cambiarla habría que volver a llevarla al Pleno y contar con el apoyo de gran parte de la oposición, incluso del partido que la aprobó». Ese apoyo ya lo tendría comprometido el sector, según su presidente, quien dice haber encontrado buena predisposición en todos los grupos municipales. Ese apoyo ya lo ha hecho público Ciudadanos, que el martes pidió formalmente una revisión de la controvertida ordenanza.
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