El Ayuntamiento deja solo al Arzobispado en la última fase de Santa Catalina

La Archidiócesis se verá obligada a buscar financiación privada o bancaria para sufragar el 50 por ciento de los más de dos millones de euros que requiere la tercera y última fase de la restauración de Santa Catalina , ya que el Ayuntamiento que preside el socialista Juan Espadas no cumplirá el protocolo firmado en 2014 firmado por el anterior alcalde, el popular Juan Ignacio Zoido comprometiéndose a esta aportación.

Es un nuevo esfuerzo que tendrá que asumir el Arzobispado, que ya invertirá casi la totalidad del presupuesto para obras del presente ejercicio en esta fase definitiva para el templo . La situación provocará, además, el retraso en la restauración de los bienes muebles de la iglesia, entre retablos, imágenes, pinturas —que requieren alrededor de 400.000 euros—, aunque en el propio Palacio Arzobispal dos restauradores intervienen actualmente en alguna de estas obras.

Espadas afirmó ayer que este montante económico «está en estudio», dejando claro que su análisis en profundidad se llevará a cabo «en su momento, que no será antes del debate presupuestario de 2017 ». La declaración fue hecha poco más de una hora después de que en el Palacio Arzobispal se presentaran los detalles de la fase definitiva que pemitirá reabrir el templo , clausurado por su mal estado desde 2004 y en permanente obras desde 2009, año en que se sustituyeron las cubiertas.

Precisamente la fecha de 2017 dada por el alcalde para el estudio de la aportación, es la que el arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, baraja para bendecir «o tal vez consagrar» la iglesia, que afrontará ahora unos obras de «envergadura» , cuyo proyecto está recién presentado por el arquitecto Francisco Jurado, que está a la espera de los permisos oficiales pertientes y de que se adjudiquen los trabajos.

En cualquier caso, en la presentación de la tercera fase, a cargo del arzobispo, del arquitecto y del ecónomo de la Archidiócesis, Alberto Benito , éste aseguró que « las obras de Santa Catalina se van a acabar sí o sí, es cuestión de ajustar las cifras», lamentando, con buena voluntad, que «la crisis haya paralizado prácticamente las inversiones públicas en este tipo de restauraciones», en las que la Junta no participa . Con estas premisas, las obras de la restauración integral, definidas ya en su interior y en la excavación arqueológica, empezarían después del verano y se prolongarán por espacio de un año como mínimo.