La Audiencia de Sevilla condena a 15 años al vecino de Torreblanca que mató de una paliza a su inquilina

Trinidad vivía en la calle aunque tenía seis hijos y percibía dos pensiones. Bebía y tomaba drogas . El 26 de noviembre de 2020 su cadáver apareció en la vivienda de la calle Pino donde había alquilado recientemente una habitación. Había recibido una paliza mortal. La Audiencia de Sevilla ha condenado a 15 años de cárcel a su asesino y también casero: Manuel P. A.

En la sentencia, contra la que cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la Audiencia condena además al acusado a indemnizar con un total de 180.000 euros a los seis hijos de la fallecida, con los que además no podrá comunicarse durante un plazo de 20 años. Asimismo, Manuel P. A. deberá pagar una multa de 480 euros por dos delitos leves de amenazas ; otros 240 euros por un delito leve de lesiones , y otros 240 euros por una estaf a . En todos los casos, la Audiencia aplica la atenuante de drogadicción .

La sentencia recoge la petición de la Fiscalía que en la última sesión del juicio, tras conocerse el veredicto del jurado que declaraba culpable al acusado, rebajó de los 23 años que solicitaba inicialmente a los 15 años.

El crimen tuvo lugar entre las 00.00 y las 6.00 horas del 26 de noviembre de 2020, cuando el acusado mató a la mujer en su vivienda del barrio de Torreblanca tras propinarle «reiterados» puñetazos y patadas por todo el cuerpo, así como maniobras de estrangulamiento sobre su cuello. La víctima tenía limitaciones de movilidad y de visión; algo que aprovechó el condenado. Trinidad también había bebido y tomado pastillas lo que dificultó que «pudiera ofrecer una defensa mínimamente efectiva». Tras agredirlas brutalmente hizo uso de la tarjeta de crédito de la fallecida, efectuando una compra en Amazon por importe de 68,98 euros.

Trinidad había llegado al piso de su asesino junto a otros indigentes a los que el acusado les ofreció un techo a cambio de 100 euros mensuales. Sin embargo, la convivencia, según detallaron algunos de esos inquilinos en el juicio, se deterioró rápidamente cuando Manuel P. A. les empezó a exigir más dinero.

El magistrado presidente del tribunal subraya en su sentencia que en el crimen hubo «una brutalidad desmedida frente a una persona desvalida». Por eso concluye que «la conducta asocial» del condenado precisa ser corregida con un tratamiento penitenciario continuado y suficiente para tratar de revertir la misma.