Asesinatos, fantasmas y monstruos, en las historias más terroríficas de Sevilla

La capital andaluza ha sido escenario de numerosas leyendas populares que podrían atemorizar al más valiente de los sevillanos

San Luis es el escenario de numerosas historias de fantasmas VANESSA GÓMEZ

A. MENCOS

1

VANESSA GÓMEZ

Los fantasmas de la calle San Luis

En el lugar donde se asienta la recién reabierta al público Iglesia de San Luis , estaba antes un convento-hospicio en el que se dice murieron muchos niños y no por casualidad, sino por la mala fe de sus cuidadores. Además en la misma zona, se hallaron restos de una necrópolis romana .

Todo esto unido a que muchos vecinos afirman haber visto presencias y a las declaraciones que hicieron varios vigilantes de seguridad que trabajaron en la obra del solar que estaba junto a la iglesia en las que relataban los sucesos paranormales que habían vivido, tales como sombras presencias y herraminetas que se movían de su lugar.

En los ochenta, el investigador José Luis Hermida realizó una serie de visitas a las criptas de San Luis y en la zona cercana en las que se realizaron grabaciones y fotografías. En las imágenes no aparecía nada pero si se recogieron psicofonías . Donde más actividad recogieron fue en la obra aledaña a la iglesia.

Para engrosar la leyenda negra de esta calle, en los años 90 se produjeron tres suicidios , uno de ellos especialmente macabro, un hombre se clavó un machete en el corazón corriendo contra la pared de la iglesia. Los vecinos dicen que su espíritu sigue vagando por la calle.

Además en esta misma década, la Policía halló el cadáver de un hombre en un baúl . Se trataba de un vecino que era comerciante y que al parecer había salido de viaje pero al ver que tardaba en volver dieron el aviso a la Policía, que en el registro de la casa descubrió el cuerpo en un baúl.

2

ROCÍO RUZ

Fantasmas en el Hospital de San Lázaro

El Hospital de San Lázaro ha acogido desde su fundación en el siglo XIII a un sinfín de enfermos infecciosos y terminales que encontraron la muerte entre sus paredes. Además está situado muy cerca del cementerio de San Fernando y del tanatorio. Todas estas variables hacen que el edificio sea muy proclive a historias de fantasmas y apariciones.

La más conocida es la historia de la monja conocida como «La aparecida» . Según cuentan, una figura vestida de negro se habría aparecido y habría provocado la muerte de tres personas. También afirman que un trabajador quedó encerrado en el ala norte que estaba cerrada al público y allí se le apareció la fantasmagórica religiosa asustándolo de tal manera que sufrió un infarto.

Otra de las historia terroríficas que cuentan es la de la aparición de un hombre en la habitación 203 que al ser preguntado si era paciente dio sus datos y cuando el enfermero fue a comprobarlos, descubrió que se trataba de un paciente que había fallecido años atrás.

Además de estas historias de apariciones, los empleados aseguran que se ha producido extraños sonidos, psicofonías , quejidos y lamentos que provenían de la nada.

3

REAL ALCÁZAR

Sangre en el Alcázar

Una leyenda de traición y asesinato se forjó en el Real Alcázar de Sevilla . El la Sala de los Azulejos del monumental palacio sevillano, hay una mancha en el suelo de mármol que las leyendas dicen que se trata de la sangre de Don Fadrique que cayó al suelo sin pulimentar cuando fue asesinado por su hermanastro, el Rey Pedro I, el Cruel .

Pedro I estaba casado con Blanca de Borbón , y aunque se trataba de un matrimonio concertado que apenas se había consumado, al conocer el rey los amoríos existidos entre la reina consorte y Don Fadrique, invitó a su hermanastro al Alcázar donde tras una fuerte discusión el monarca acuchilló al que fuera Gran Maestre de la Orden de Santiago.

La reina consorte fue recluida primero con la reina madre en Medina-Sidonia, luego fue enviada al castillo de Arévalo y porteriormente al Alcázar de Toledo. Acabó sus días en el Palacio de Sidueña, en el Puerto de Santa María.

4

J.M. SERRANO

Una mujer emparedada en San Lorenzo

En la calle Marqués de la Mina vivía a mediados del siglo XIX un albañil que una noche recibió la visita de una hombre bien vestido que urgía de su servicio. Pese a que la oferta económica era muy buena el albañil dudó pero el caballero lo apuntó con un arma por lo que Esteban, nombre del obrero, se vio obligado a aceptar. El caballero le vendó los ojos y tras cerca de una hora dando vueltas por Sevilla le llevó a un sótano en el que había una mujer inconsciente. El caballero le ordenó que levantase un tabique.

Mientras hacía su trabajo, oyó una campanada, pero no sabía si era la una o las y cuarto. Volviendo a casa, de nuevo con los ojos tapados, oyó la segunda, descubriendo que se trataba de la una y cuarto. En cuanto el caballero lo abandonó en su casa se dirigió a la Policía para intentar salvar a la mujer.

Aunque no sabía la dirección, las campanadas fueron claves para el descubrimiento del lugar donde estaba la mujer. Sólo había una iglesia en Sevilla que daba las y cuarto, y era la Parroquia de San Lorenzo, por lo que pudieron dar con la víctima aún con vida. Se trataba d ela hija de los dueños de la confitería La Campana y el misterioso caballero era su marido que fue detenido justo antes de que embarcase rumbo a La Habana.

5

ABC

Misteriosas desapariciones en la calle Sierpes

A finales del siglo XV la actual calle Sierpes era conocida como la calle Espaderos. En esa época comenzaron a desaparecer niños sin explicación alguna y sin importar la hora del día. La situación llegó a tal punto que dieron a conocer las desapariciones al Comendador, Alfonso de Cárdenas. A sus manos llegó un recado de un hombre, que no quiso darse a conocer, que garantizaba la captura del culpable de las desapariciones si se cumplía una sola condición.

El confidente era Melchor de Quintana, que estaba preso en la Cárcel Real, situada en dicha calle, por participar en una rebelión contra el Rey. La. condición que ponía era su puesta en libertad. De esta manera tras ser aceptado el requisito, el preso narra a un escribano los hechos que le llevaron a descubrir quien era el secuestrador .

Mientras excavaba un túnel para huir de prisión, dio con los túneles y galerías que databan de las épocas romanas y musulmanas. En su huida se topó con el secuestrador y acabó con su vida , volvió a la cárcel y dio a conocer la historia al Comendador.

De Quintana guió al regente de la ciudad y a sus hombre al lugar donde había acabado con el delincuente al que encontraron efectivamente con una daga clavada y restos de niños que lo señalaban como culpable. El monstruo no era otro que una enorme serpiente que fue expuesta en la calle Espadero que comenzó a ser llamada «calle de la Sierpe» , dando lugar al nombre actual de la vía.

6

JUAN FLORES

El faro maldito de Sevilla

Cuenta la leyenda que una medium predijo que el Demonio iba a inundar la ciudad y que el mar llegaría a Sevilla , por lo que decidieron construir un faro. En el faro comenzó a vivir una familia con cinco hijos.

Una noche los padres oyeron un grito aterrador , cuando llegaron a la habitación de los niños vieron que faltaba su hija mayor, al mirar por la ventana vieron el cuerpo de la pequeña en el suelo.

Unos años más tarde volvieron a oír un grito que venía de la habitación de los hijos. Esta vez encontraron el cadáver de la pequeña de sus hijos desmembrado por toda la habitación .

Tras estos terribles sucesos estuvieron a punto de abandonar el faro pero decidieron quedarse y el Ayuntamiento puso guardias en la puerta . Pero otro de los hijos murió años más tarde.

Cuando en la familia solo quedaban los padres, el hijo mediano, Ricardo, y una de las hijas, la situación pareció que se tranquilizaba. Sin embargo, una noche de San Juan volvieron a oír el grito aterrador pero esta vez provenía de fuera. El padre se asomó vio en la punta de la lanza del faro atravesada a su hija. La madre no soportó el dolor y se suicidó, aunque hay quienes piensan que no fue así.

Solo quedaban dos miembros de la familia, el padre y Ricardo. A los 17 años, el único de los hijos supervivientes entró en coma. Una noche, el padre fue a la cocina a por un vaso de agua y oyó a toda su familia hablando y riéndose. Entonces el padre vio un cuadro en la pared de toda la familia en el cual faltaba Ricardo y se le escapó una lágrima que quedó reflejada en el cuadro. En ese mismo momento Ricardo despertó del coma y su padre murió. Ricardo no estaba en el cuadro por no ser hijo nada más que de su madre.

El Faro protagonista de la macabra historia no es otro que la Torre del Oro y dicen que la tragedia fue una venganza del diablo por retarle al construir el faro

7

VANESA GÓMEZ

Maese Pérez, el organista

Esta es una de la leyendas más populares de Gustavo Adolfo Bécquer . Cuenta la historia del organista del convento de Santa Inés , maese Pérez , muy reputado por sus habilidades musicales. Una Nochebuena se anunció antes de la misa del Gallo que el organista estaba enfermo y que sería sustituido por otro músico, el organista de San Román . Sin embargo, en el último momento, apareció maese Pérez. Durante la misa estaba interpretando las partituras con la maestría habitual, pero de repente sonó una nota discordante y un grito. El organista había fallecido en presencia de su hija.

Al año siguiente, el organista de San Román fue el encargado de poner música a la Misa del Gallo de Santa Inés. El órgano sonó como si el mismísmo maese Pérez estuviese pulsando las teclas. Al finalizar el organista de San Román juró que no volvería a tocar ese órgano, pero el arzobispo lo invitó a tocar al año siguiente en la Catedral y aceptó.

Dos años más tarde, la abadesa del convento de Santa Inés pidió a la hija de maese Pérez , que se había metido en el convento, que tocara el órgano en la Misa del Gallo. La joven contestó que le daba miedo porque había visto a su padre la noche anterior tocando el órgano. La abadesa le dijo que eran imaginaciones y que su padre estaba en el cielo y desde allí la inspiraría.

La joven accedió y durante la consagración se oyó un grito de terror que provenía de donde estaba el órgano. La hija de Maese Pérez había dejado de tocar pero la música seguía sonando . Era el espíritu de maese Pérez quien tocaba el órgano.

Así también se resolvía el misterio del organista de San Román, es decir, él no tocó el año anterior sino que fue el espíritu de maese Pérez .

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