Sociedad

Un asentamiento de chabolas en plena ribera del río Guadalquivir

En el corredor verde del área metropolitana hay un poblado de infraviviendas que rompe el paisaje

Las chabolas se asientan a escasos metros del puente que conecta la A-49 con Sevilla A.F.

Alberto Flores

Pasar de la Sevilla del siglo XXI -representada por el centro comercial Torre Sevilla y su ya emblemático rascacielos- a un lugar en el que reinan la pobreza, la suciedad y la desesperación; es en la actualidad cuestión de sólo un paseo de pocos minutos de duración. En la otra orilla del río muy cerca del puente que sirve para conectar la A-49 con la capital sevillana, se levanta un asentamiento compuesto por una decena de chabolas , donde una serie de familias viven en condiciones lamentables, en un lugar donde muchísimas personas hacen deporte.

Resulta paradójico como en pocos minutos se pueden percibir realidades tan distintas, y es que en Sevilla no sólo hay chabolas en el tristemente famoso poblado de El Vacie, es que también se encuentran esta serie de construcciones en lugares que los sevillanos no esperan. Concretamente además este poblado se asienta sobre el camino que da vida al corredor verde del área metropolitana de Sevilla, un proyecto que conecta numerosas localidades y que sirve para que cada día decenas de ciclistas, senderistas y paseantes puedan disfrutar de su actividad favorita en la ribera del Guadalquivir, un emplazamiento que debería de ser idílico, pero que se ha convertido en la lamentable casa para varias familias.

El entorno del poblado se encuentra repleto de todo tipo de basuras y chatarra

No es extraño que este poblado se encuentre precisamente aquí, ya que históricamente los puentes que salvan el río y sus zonas aledañas, han sido lugares donde han proliferado en muchas ocasiones asentamientos de estas características. Son localizaciones que están cercanas a la capital, cuentan con el abrigo proporcionado por la construcción del puente, árboles que dan sombra y una tremenda facilidad para acceder al agua . En este caso, es habitual poder ver como muchas de las personas que viven en estas chabolas, cruzan cada día desde la Isla de la Cartuja empujando carros de supermercados llenos de chatarra con la que tratan de ganarse la vida, que depositan y clasifican posteriormente en el propio poblado.

Precariedad

Buscando el abrigo que proporcionan los numerosos árboles que se encuentran en este emplazamiento a orillas del Guadalquivir, los ocupantes de este poblado han tratado de levantar estas precarias chabolas. Para ello utilizan materiales de todo tipo, como lonas, maderas o cartones e incluso carteles publicitarios que despegan de los muros, tratando en definitiva de levantar una especie de tienda de campaña que los proteja de los rigores de los elementos. Por toda la zona es posible ver una gran cantidad de basura, maletas abandonadas, colchones, muebles , restos de fuegos para calentarse y preparar la comida, e incluso ropa colgada para secarse tras haber sido lavada en el río. Todo ello en unas condiciones ciertamente lamentables, en las que además la existencia de muchos matorrales secos, conjugada con los restos de fogatas, puede provocar un devastador incendio en cualquier momento.

La triste imagen de este enclave, donde malviven estas familias, es observada a diario por muchas de las personas que usan este corredor verde para hacer deporte. Un camino que en este caso une Sevilla con localidades como Gelves, San Juan de Aznalfarache, Camas o Santiponce. Un lugar donde pasean familias con niños pequeños , ciclistas e incluso caballistas, que con el corazón encogido por la pena atraviesan este pequeño poblado de chabolas donde personas que lo han tenido todo en contra en la vida tratan de lidiar como pueden con su difícil destino.

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