Relevo en la Archidiócesis
Asenjo: «En mi despedida de la Archidiócesis doy gracias a Dios por ser hijo de la Iglesia»
El arzobispo emérito presidió una eucaristía solemne en la Catedral por el fin de su episcopado, y que estuvo acompañada por el cardenal Amigo
La misa fue el reflejo de su episcopado: sencilla, solemne, litúrgicamente perfecta y grandiosa en el cuidado y en todos los detalles. Monseñor Asenjo se ha despedido este sábado de la Archidiócesis a la que ha pastoreado durante más de doce años, y a la vez de las que ha servido con anterioridad, como fueron Sigüenza -la localidad que le vio nacer y crecer en su vocación-, Toledo y Córdoba . Porque el hombre que ha dirigido la Iglesia en Sevilla desde el año 2010 ha pasado por cuatro de las diócesis históricas de España, además de ser un hombre fuerte en la Conferencia Episcopal . Pero sencillo. Porque Asenjo ha sido recto y no ha sido amigo de la pompa y el boato, ni tampoco de los aplausos.
La eucarustía se celebró en el altar del Jubileo de la Catedral de Sevilla, presidido por la Virgen de los Reyes , ya que se trató de un momento histórico en la Archidiócesis. En su homilía, cada línea llevaba escrita la palabra 'gracias' . Gracias a los sacerdotes que le han acompañado, gracias a los fieles, a las hermandades, a las comunidades religiosas, a sus más estrechos colaboradores, al obispo auxiliar -ausente en la eucaristía-, y a los obispos y al cardenal Amigo Vallejo , que le acompañaron en la eucaristía.
Hubo ausencias . Las limitaciones impuestas en el aforo por culpa de la pandemia impidió que la Catedral se abarrotara, pero también se echó de menos una mayor representación de los sacerdotes de la Archidiócesis. Acudieron 85, de los 400 que tiene Sevilla, y entre los participantes estuvieron Cabildo Catedral y la curia. La misa estuvo concelebrada por cinco prelados muy cercanos tanto por su amistad como por la cercanía geográfica: los obispos de Cádiz, Rafael Zornoza , y Córdoba, Demetrio Fernández ; los arzobispos de Burgos, Mario Iceta , y Granada, Francisco Javier Martínez ; y su antecesor en Sevilla, el cardenal Amigo Vallejo .
Junto a él, Asenjo pasa a la condición de emérito. Y ahí, proclamó su amor por Toledo, Córdoba y Sevilla y, sobre todo, su amor a Dios y a la Iglesia. «En esta eucaristía de mi despedida de la Archidiócesis, doy gracias a Dios por ser hijo de la Iglesi a. Si no fuera por ella, estaría condenado a vivir mi fe a la intemperie», dijo en su homilía.
«Me despido de la Iglesia de Sevilla, a la que quiero seguir sirviendo con el lenguaje discreto pero eficacísimo de la oración por todos sus miembros. En la plegaria, queridos hermanos y hermanas nos encontraremos cada día», comentó en los compases finales del servicio a su Archidiócesis.
Antes, con su característica honradez, pidió disculpas: «Pido perdón a Dios por mis deficiencias y debilidades y a los hermanos que haya podido ofender por mis acciones u omisiones» , y mostró su «privilegio» al «haber nacido en el seno de una familia cristiana sencilla , que me inició en la fe y la piedad, y que está aquí representada por mis hermanos, mi sobrina Beatriz y mis primos sevillanos». Y, en este sentido, mostró su recuerdo «a mis buenos padres , al Papa San Juan Pablo II , que me llamó al ministerio episcopal, al Papa Benedicto XVI, que me trajo a esta Iglesia de Sevilla, y al Papa Francisco , que ha tomado en consideración mis dificultades en la vista y ha adelantado unos meses la aceptación de mi renuncia».
Su homilía, que comenzó con el salmo responsorial leído unos minutos antes, «el Señor sostiene mi vida» , se despidió especialmente de la ciudad que lo ha acogido estos últimos años de su ministerio y de la que se ha enamorado hasta el punto de que se quedará a vivir en ella: «Os aseguro que llevo a Sevilla en el corazón . Que Santa María de los Reyes bendiga a Sevilla y a los sevillanos».
Asenjo leyó esta homilía, mientras oía cada una de las palabras que le iba dictando el prefecto de Liturgia de la Catedral, Luis Rueda , sin que nada se notara por sus problemas de visión. Fue uno de los detalles de la misa, junto con el de la traductora al lenguaje de los signos para las personas sordas. Todo estuvo cuidado, hasta la música. El administrador apostólico de Sevilla escogió la 'Misa Prima Pontificalis’ de Perosi, cantada por la coral polifónica de la Catedral, dirigida por el maestro de capilla Herminio González Barrionuevo.
La misa contó con la presencia de numerosas autoridades religiosas, militares y civiles. Estuvo una representación de las Hermanas de la Cruz y otras congregaciones religiosas. Por parte de la Junta de Andalucía, acudió la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo . Del Ayuntamiento, la representación estuvo encabezada por el alcalde, Juan Espadas , el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera , el portavoz de Ciudadanos, Álvaro Pimentel , y los portavoces adjuntos del PP, Juan de la Rosa , y VOX, Gonzalo García de Polavieja . Entre las autoridades militares estuvo el jefe de la Fuerza Terrestre, José Rodríguez García , entre otros mandos. Y, entre otras instituciones, estuvieron los cargos generales del Consejo de Cofradías, el Ateneo, la Real Maestranza de Caballería, las universidades y los cónsules de Francia, Japón, Países Bajos, Estonia o Reino Unido.
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