Urbanismo-Sevilla

El arquitecto que revivió el tramo urbano del río

Amalio Saldaña proyectó el Paseo Marqués del Contadero y sus bajos en los setenta. Revela que los locales ideados nunca salieron a concurso; lo que impidió una revitalización plena de la zona como había contemplado

Amalio Saldaña, arquitecto que transformó los muelles en paseo accesible, ante la Torre del Oro Vanessa Gómez

Aurora Flórez

En marzo de 1979 se inauguraba el paseo Alcalde Marqués del Contadero , espacio en la margen izquierda de la dársena que buscaba convertirse en uno de los mayores atractivos para ocio y solaz de los sevillanos haciendo revivir el tramo más urbano del río. El proyecto para estas tres hectáreas de terreno en lo que fueron instalaciones portuarias, que con su traslado más al Sur, dejaron en desuso los muelles, correspondió al arquitecto Amalio Saldaña , cuya obra de remodelación fue premiada por el Consejo de Europa en 1982 en una campaña para el renacimiento de las ciudades.

El Ayuntamiento realiza desde mayo del pasado año obras de reurbanización de esta margen del río , diseñada por los arquitectos Fernando Navarrete y Francisco Barrera, que, además, han ideado tres grandes espacios, incluido el Centro de Atención al Visitante, en las naves de los llamados bajos del paseo.

Las obras en los años setenta se plantearon como «la necesidad y la oportunidad de que Sevilla dejara de dar la espalda al río y, como primera premisa, se trató de establecer una conexión directa con los muelles mediante unos accesos claros desde el Paseo de Colón, lo que, a pesar de su evidencia, en la época era prácticamente imposible, ya que sólo existían unas escaleras muy elementales y en pésimo estado», detalla Saldaña, quien recuerda que «ni siquiera desde los aledaños de la Torre del Oro podía accederse al muelle porque había un vivero, cercado a ambos lados, que lo impedía».

En el diseño del arquitecto que se llevó a cabo se buscó que Sevilla mirase al tramo más urbano del río como sucedía, un hecho que queda reflejado en tres bancos de fábrica de ladrillo en el murete próximo a la Torre que daban la espalda al Guadalquivir y que Saldaña no eliminó «para que quedaran como testigos».

La torre del oro

Saldaña organizó tres niveles para que desde el Paseo de Colon «se descendiera gradualmente al muelle mediante un gran espacio como nivel intermedio, y que, focalizando la Torre, se configurara como uno de los elementos fundamentales del conjunto».

Precisamente esta plataforma, con sistema de bajada al muelle, conformó los bajos del Marqués del Contadero , cuya fachada mira al río.

Saldaña logró que «Sevilla se abriera a esta larga perspectiva que mira al río, que tenía olvidado»

El arquitecto incide en una cuestión reveladora recogida en su proyecto: «de su utilización dependería, en gran medida, la revitalización efectiva del muelle, actuando como elemento dinamizador de este tramo del río, que siendo tan urbano, la ciudad parecía tener olvidado». Con el tiempo sucedió lo temido, se produjo la degradación de los bajos y la conversión del espacio en aparcamientos . Añade que, «aunque se planteó, no se llegó a convocar un concurso para la adjudicación y utilización de los locales», dando lugar a la precariedad de las instalaciones, usadas «sin otro criterio que el oportunismo político del momento».

Sobre la nueva actuación, Amalio Saldaña indica que «no existe ningún arquitecto al que pueda gustarle la al

teración de su obra, sobre todo si ésta ha sido objeto de cierto reconocimiento, pero han pasado cuarenta y un año desde la redacción del proyecto».

Actuación justificada

«Creo que, tanto la accesibilidad al río como la utilización de los espacios creados y, en general, las restantes actuaciones llevada a cabo, han sido bien asimiladas por los sevillanos. No así los bajos. Por tanto, no me cabe duda de que esta actuación por parte del Ayuntamiento está plenamente justificada , ya que el objetivo del proyecto es el uso de los mismos como Centro de Atención al Visitante, que deberá dar vida a este espacio».

Es esta cuestión la que el arquitecto siente que quedó irresoluta, «otra cosa —dice— es cómo se concrete y resuelva la actuación de remodelación, ante la que siempre cabrán opiniones».

«La remodelación actual puede convertir los muelles en ese espacio bullicioso que hay en otras ciudades»

Los redactores del proyecto de remodelación mantuvieron una entrevista con Amalio Saldaña, quien, tras conocer la actuación, con el eje del espacio receptor del turismo y de las rampas circulares que conducen al nivel del muelle, cree que «de alguna manera, puede completar el proyecto inicial, convirtiendo los muelles en ese espacio bullicioso y brillante que todos recordamos (¿y envidiamos?) en otras ciudades».

Aún así, el arquitecto quiere dejar constancia de detalles que quedaron sin hacer: «Un pequeño auditorio descubierto al fondo de la dársena de Chapina que se adentraba en la lámina de agua, sobrevolándola en parte; pero no llegó la consignación económica». También en el tramo central del conjunto, «a caballo entre el nivel del Paso de Colón y el del paseo intermedio se proponía un monumento alegórico a fray Bartolomé de las Casas, que quedaría inmerso en una lámina de agua. El escultor y ceramista Emilio García Ortiz realizó una interesante maqueta», pero tampoco se hizo.

«La vida no ha llegado abajo y esta nueva actuación puede y debe conseguirlo», afirma Saldaña, orgulloso de «haber conseguido que Sevilla se abriera a esta larga perspectiva que mira al río, que tenía olvidado».

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