Sus Majestades de Oriente tienen el poder de pasar la noche del cinco de enero por todas las casas y depositar los regalos, pero nadie los ve. Nadie se ha cruzado por el pasillo de su casa con ellos, les ha visto entrar por la ventana o abrir la cerradura de la puerta sin necesidad de la llave. Son cosas de la magia. Sin embargo, los Reyes Magos son muy suyos, y se dejan ver para las ocasiones especiales. Aquellas en las que su presencia llena de ilusión y de buenas energías a quien los visita.
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Los más esperados de la Navidad visitan cada año a los pequeños ingresados en alguno de los hospitales de Sevilla. Esta costumbre tiene una larga tradición entre los organizadores e integrantes de la cabalgata sevillana y regala instantáneas tan bonitas como esta, del año 1935, y que hoy sacamos en el serial #ArchivoABCsev en Instagram.
En esta fotografía de la hemeroteca de ABC de Sevilla, vemos a Melchor, a Gaspar y a Baltasar entregando juguetes a los pequeños que están hospitalizados. Desde 1925 una comisión encabezada por los virreyes magos se desplazaba a los centros benéficos más alejados del recorrido oficial para llevar la ilusión de la Navidad a quién más lo necesitaba. Entre ellos estaba el hospicio de la calle San Luis, la Casa Cuna, el Hogar San Fernando o la sala del Rosario del hospital central, entonces el Hospital de las Cinco Llagas, el imponente edificio que alberga hoy en día el Parlamento de Andalucía.
Los c arteles que anunciaban la cabalgata hasta los 90 tenía un mensaje claro: «El Ateneo espera vuestro donativo para la fiesta de los Reyes Magos». El objetivo principal era recaudar dulces, chucherías, juguetes y dinero para niños como los de la imagen de esta semana, que esa Navidad de 1935 recibieron una muñeca, y uno de esos caballos con ruedas que todos recordamos.