Patrimonio
Aparecen restos del convento de San Francisco en la joyería Shaw de la Plaza Nueva de Sevilla
Se trata de unos arcos y una columna que se reutilizaron en el siglo XIX tras el derribo del monasterio y se creó el gran salón que hoy es este espacio
Sevilla esconde la historia de sus civilizaciones en el subsuelo pero también emparedada dentro de los edificios. Los dueños de la joyería Shaw de la Plaza Nueva han tenido que abandonar el local número 13, donde se instaló este mítico establecimiento en 1959, ya que el fondo de inversión que tiene en propiedad el edificio va a adaptarlo como hotel. Silvia y Carlos Shaw preguntaron por el espacio que se encontraba en alquiler y vacío casi en la esquina de Méndez Núñez , en el número 9, que había estado ocupado hasta fechas recientes por un bar, y llegaron a un acuerdo para el traslado. No se imaginaban que, durante las obras de adaptación de este pequeño local iban a aparecer unos restos que podrían provenir del desaparecido convento Casa Grande de San Francisco, que ocupaba toda la manzana donde hoy se ubica el gran salón que es la Plaza Nueva.
«Aquí había una cafetería, anteriormenete una agencia de viajes de Iberia y antes ya no se sabe, salvo la administración de lotería cuyo cartel ha aparecido al descubrir el muro», comenta a ABC el propietario de la joyería Shaw. La decoradora Carla Corcías tenía el encargo de readaptar el comercio de la misma forma que estaba el anterior, al estilo de las tiendas parisinas de la plaza Vendôme , y ha dejado a la vista dos arcos con una columna con un capitel con un letrero que, en la parte de arriba, recuerda el pasado que tuvo: «La lotería de la suerte».
Se encontraba tapado desde hacía 70 u 80 años y se ha decidido dejarlo a la vista siguiendo los criterios de conservación patrimonial establecidos, como un atractivo más de la nueva joyería. Y comenzó la investigación. La semana pasada, el portavoz de la Asociación en Defensa del Patrimonio Histórico, Joaquín Egea , pasó por la tienda, que estaba en obras, estuvo analizando estos arcos y la columna, que desde un primer momento planteó que podrían ser restos del antiguo convento de San Francisco.
Para datar exactamente estos muros llevó a un arquitecto , que determinó que eran del siglo XIX, de la época en la que se demolió el inmenso cenobio y se creó la Plaza Nueva. Sin embargo, la columna y el capitel , a priori, sí podrían ser del XVI o del XVII, por lo que presuponen que son unos elementos que pertenecieron al monasterio y que se reutilizaron en la construcción de los edificios que en su día se levantaron al diseñar este espacio.
De hecho, en la misma Plaza Nueva, justo donde se encuentra la estación de bicicletas de alquiler de Sevici, hace años se halló una pila de una vieja fuente que formaba parte del claustro de San Francisco, que se tapó y quedó enterrada.
La columna, además, tiene cerca de la base unas marcas que apuntan a que fueron sustento de una reja metálica. Para aclarar este hallazgo, Carlos Shaw ha localizado en el libro 'Arte Hispalense' un plano que recrea cómo era el convento Casa Grande de San Francisco, cuyos únicos edificios que se conservan en pie son la actual Casa Consistorial, la capilla de San Onofre y el convento de San Buenaventura.
Allí, en la confluencia con la calle Méndez Núñez, se encontraba un pequeño hospital para los frailes y un patio , por lo que se podría deducir que estos restos podrían haber sido parte de ese espacio que actualmente es el flanco norte de la Plaza Nueva desde 1856.
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