Antonio Luque, presidente de los hosteleros: «El 25% de los negocios de Sevilla lo son por tradición familiar»

Pedro Ybarra Bores

11/01/2020
Actualizado 12/01/2020 a las 08:51h.

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Tres de las sagas de hosteleros más reconocidos de la ciudad forman parte de la estructura organizativa de la Asociación de Hosteleros de Sevilla. Pedro Sánchez-Cuerda, Rafael Juliá y Juan Robles han recibido numerosos homenajes en la ciudad, y han hecho de su apellido una referencia generacional en el negocio, en la ciudad y en toda en Andalucía.

Para el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, Antonio Luque , contar con esta presidencia de honor «supone un verdadero privilegio porque primero significa que ya somos una Asociación con muchos años de vida, más de 40; segundo, que los presidentes que hemos tenido han dejado una marcada huella en la Asociación por su dedicación e implicación por la hostelería sevillana; y tercero, significa que los hosteleros estamos muy orgullosos y agradecidos a ellos», afirma.

En la hostelería sevillana la importancia de las sagas familiares «ha sido muchísima, existen muchos negocios, unos conocidos y otros no, que han pasado de padres a hijos y que incluso alcanzan la tercera y la cuarta generación. La hostelería tradicionalmente ha sido un negocio familiar, ahora esto está cambiando, pero ha sido muy normal que familias enteras se dedicaran al negocio de la hostelería y que éste fuera pasando de generación en generación», añade. «Aunque no tenemos registrado qué porcentaje de negocios de asociados es de nueva apertura y cual familiar, puedo decir que al menos el 25% de los negocios de Sevilla son por tradición familiar, muchos de ellos en los barrios », dice.

Fue a mediados de los años treinta del pasado siglo, cuando nació Juan Robles en Sevilla. Su padre decidió instalar una taberna en la Puerta Osario, cerca de la cochera de los tranvías. Y años más tarde, otra bodega en la Puerta de la Carne. Los orígenes de Casa Robles se remontan a 1954, cuando Juan Robles y su padre fundaron una pequeña bodega en la calle Álvarez Quintero donde servían vinos de Villalba de Alcor y que, más tarde, se convertiría en un exponente de la cocina sevillana y andaluza basada, como en sus inicios, en productos autóctonos y recetas de la tierra. Según Pedro Robles , hijo de Juan Robles, «para todos los establecimientos de hostelería la crisis fue un antes y un después. La transformación del negocio ha sido escuchar bien lo que el mercado demandaba, ponernos en línea con las tendencias de tecnología, sostenibilidad, comunicación y sobre todo, mantener la calidad en todos los sentidos, tanto en producto, como servicio al cliente y trayectoria diaria», añade.

Rafael Juliá García creó una empresa de restauración familiar especializada en la organización de eventos y celebraciones. La historia empezó con Cayetano García Carro que regentó desde el año 1915 el restaurante, El Café de París. Su hija Pilar García (que falleció a los 108 años y que recibió la medalla al mérito a los 104) y su marido Eduardo Juliá crearon la nueva empresa de catering y restauración en Sevilla. Rafael Juliá, el menor de cuatro hermanos, se hizo hostelero siguiendo con la tradición familiar. El empresario desde muy pequeño conocía los entresijos de la cocina. Se dedicó al ámbito del catering, tanto para las bodas como para las recepciones institucionales y fue durante décadas el catering de referencia. Además del enlace real de Doña Elena de Borbón sirvió muchas de las bodas más ilustres celebradas en la ciudad. Estandarte de la cocina sevillana fue también el recordado Puesto de Los Monos, que fundó su madre en los sesenta y que prestó servicio como salón de banquetes en numerosas ocasiones. Hoy su hijo Manuel Juliá continúa la saga familiar.

El Grupo «La Raza» es una empresa familiar sevillana que nació hace 88 años y desde entonces ha experimentado una gran expansión empresarial que respaldan importantes reconocimientos. Hoy el grupo está dirigido por la tercera generación: los nietos del fundador, José Rodríguez Cala , y a la cabeza está P edro Sánchez-Cuerda Rodríguez . Para este último «lo fundamental es que toda la familia persiga el mismo objetivo buscando siempre el consenso, trabajando duro cada día y con ilusión en el proyecto».

Sánchez-Cuerda reconoce que tuvo dos grandes maestros, «mi abuelo, José Rodríguez Cala , fundador de Grupo La Raza, y mi padre, José Pedro Sánchez-Cuerda . Ambos me enseñaron, no sólo a mí sino a toda mi familia, el esfuerzo diario, la constancia, el anteponer al cliente, la apuesta por la calidad y el servicio, la formación continua, el luchar por conseguir objetivos mayores, la responsabilidad social empresarial... Y todo ello ha contribuido a hacer de Grupo La Raza el grupo hostelero de referencia en Sevilla que es hoy». «Actualmente existe un protocolo familiar que plantea las formalidades pertinentes para la incorporación de próximas generaciones. La siguiente generación sería la 4ª, formada por los bisnietos del fundador», concluye.

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