Dos años sin las fiestas de la primavera en Sevilla: un desastre económico sin precedentes
El Ayuntamiento ha suspendido de forma administrativa la Feria y la Semana Santa se da por sentado que se celebrará sin cofradías, lo que supone un impacto económico de 2.600 millones
![Devotos de la Macarena dejando ramos de flores y ofrendas a las puertas de la Basílica el Jueves Santo de 2020](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2020/11/08/s/basilica-macarena-confinamiento-U40321496313f0G--1248x698@abc-Home.jpg)
Sevilla está abocada a un 2021 sin las tres fiestas mayores fundamentales. El Ayuntamiento ya ha suspendido, al menos de forma administrativa, la Feria de Abril , cancelando la renovación de las casetas. La Semana Santa tiene aún más margen, ya que el montaje puede comenzar en enero, pero salvo un vuelco inesperado en la situación sanitaria volverá a celebrarse sin cofradías en las calles. De hecho, el arzobispo ha cerrado cualquier debate sobre buscar alternativas a las estaciones de penitencia tradicionales y da por hecho que la fiesta se vivirá en el interior de los templos.
Nunca en la historia de Sevilla se han suspendido las dos fiestas de la primavera al mismo tiempo y durante dos años consecutivos. Esto supone un golpe económico sin precedentes ya que el impacto de la semana de farolillos está cifrado en 900 millones de euros (el 3% del PIB) y, la Semana Santa, 400 millones. En 2021, la sa suma total de esas cuantías será de 2.600 millones.
El primer mazazo para este calendario que se estrena en negro es la Cabalgata , que se suspendió el pasado septiembre, dejando a distribuidores de caramelos, artesanos y modistas sin encargos en su temporada alta. Para la mayoría de estos profesionales la Navidad supone entre el 50% y el 70% de la facturación anual.
Semana Santa
En cuanto a la Semana Santa, además de la pérdida del dinero de la Carrera Oficial y de las papeletas de sitio para las hermandades, y de lo que eso repercute en sectores como el arte sacro, deja tiritando a los proveedores como las cererías . Antonio, responsable de la del Salvador , explica que si se confirma la suspensión, «sería un desastre porque supone un 80% de nuestros ingresos». En 2020 ha llegado a acuerdos con las cofradías para guardar la cera que estaba ya toda fabricada. Para ello, tuvieron que alquilar una nave subterránea con una cámara frigorífica, donde tienen almacenadas 80.000 velas entre cirios y candelería, de cara a usarlas en 2021. Sin embargo, «no sabemos si el producto servirá para 2022 porque no tenemos precedentes y tendremos que hacer pruebas», indica. Además, realmente esta empresa lo que ha hecho es posponer a 2021 la pérdida de ingresos que, en este caso, se multiplicaría por dos. Eso, si no tienen que deshechar el producto almacenado.
![Dos años sin las fiestas de la primavera en Sevilla: un desastre económico sin precedentes](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2020/11/08/s/cigarreras-portada-feria-U401183100200sgH--510x349@abc.jpg)
Por su parte, más de 30 años lleva Javier Grado al frente de su floristería . Los pedidos para los templos y las salidas procesionales son casi la mitad de su facturación, que da empleo a 25 personas durante la campaña. «Supone medio año de gastos, salarios, gasoil... El resto lo cubrimos con bodas, el Rocío y el Corpus. Perder otra Semana Santa va a ser la ruina absoluta», se lamenta el empresario, que recuerda como una pesadilla la última: «Me vi solo un Miércoles Santo por la calle llevando flores a una iglesia, que hasta un policía me amonestó por estar fuera de casa. No me lo podía creer y tal como van las cosas parece que el año que viene va a ser lo mismo». De momento aguanta, aunque se le parte el alma cuando piensa en los trabajadores a los que no puede seguir contratando, algunos con más de una década de relación. «Otros compañeros no han podido seguir como el florista de la calle Amor de Dios, que ha cerrado ya», dice. La única esperanza es que al menos se organicen actos como el del Gran Poder.
Feria de Abril
Los profesionales que viven de la Feria están en las mismas, desde las modistas y creadores de moda flamenca a caseteros, hosteleros y propietarios de las atracciones. Éstos últimos salieron el pasado verano a la calle para reclamar ayudas ante las dificultades para trabajar. La cancelación de la Feria marcó el inicio de un año negro y ahora se enfrentan al segundo, que será todavía más duro, pues tampoco hay buenas perspectivas para la Navidad .
Los feriantes temen que si el Ayuntamiento confirma la suspensión de la del 2021, todas las demás se caigan detrás. Durante aquellas protestas ante el Parlamento, los empresarios traladaron al Ejecutivo andaluz que hay más de 30.000 familias en toda la región que viven del sector, que encontró alivio durante las vacaciones de verano en algunas zonas costeras donde instalaron atracciones, pero los rebrotes arruinaron también esa posibilidad. Las miras estaban puestas en la próxima temporada de ferias que, si la situación no mejora, pasará de nuevo en blanco.
«No queda oxígeno para resistir dos años seguidos a pulmón y a ver cómo nos recuperamos de ésto», reflexiona la diseñadora Pilar Vera , presidenta de la asociación que representa al sector. «Primero teníamos la esperanza de una feria en septiembre, pero era una locura, y luego de que en 2021 la pandemia se hubiese erradicado. No parece que las cosas vayan por ahí. Yo, al menos, doy por perdida la primavera y sigo a flote con lo que puedo. La colección del año pasado está intacta en el taller, con muchos de los encargos aún por entregar», reconoce.
![La única feria de 2020, la de los balcones](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2020/11/08/s/balcon-confinamiento-feria-U401183100200sgH--510x349@abc.jpg)
La creadora calcula que más de 500 empresas viven de la moda flamenca en toda Andalucía, con un especial impacto en Sevilla, que es la provincia con mayor oferta. «Confiamos en vender algo en Navidad, que suele ser un regalo recurrente de las abuelas, pero sabiendo que no van a poder estrenar los trajes en abril, no sé si habrá alguna demanda», lamenta. Sobre la posibilidad de celebrar, al menos, la pasarela Simof, también se muestra pesimista: «No creo que haya ánimos ni capacidad para crear una colección, tal vez se podría hacer algo simbólico y refrescar la del año pasado que no se ha estrenado».
La incertidumbre es la peor compañera para un negocio que funciona bajo pedido y con agenda como el de los caseteros y las empresas de almacén y montaje . Además de la Feria han sufrido cancelaciones de bodas y eventos al aire libre, todo un mazazo para la viabilidad de muchas empresas. El coste de montaje y el alquiler las estructuras supone entre 4.000 y 8.000 euros de media. Ese montante multiplicado por las más de 1.000 casetas que se instalan para la semana de farolillos arroja cifras millonarias que se dejarán de ingresar si se confirma la peor de las previsiones. Estos autónomos cobraron al menos el año pasado las señales y el montaje de las que se llegaron a levantar, pero temen que el próximo no ingresarán un solo euro.
Terrible es también la previsión de los hosteleros que se encargan del servicio de bar de las casetas . Algunos tienen establecimientos fijos, pero muchos trabajan en exclusiva para este tipo de fiestas. Otra temporada con el calendario vacío los empuja a la quiebra. Uno de estos hosteleros asegura a ABC que no llegó a contratar a los trabajadores la pasada primavera cuando todo se canceló y «se han buscado la vida por otro lado, incluso fuera de este ámbito». «Mucho me temo que si sucede el milagro y hay Feria tendré que buscar a otro personal. Eso es también una pérdida, porque son personas de mi entera confianza y funcionan bien», dice.
Y junto con los hosteleros, las bodegas del marco del Jerez están igualmente afectadas por las consecuencias de la pandemia. Cada abril distribuyen alrededor de 600.000 botellas de manzanilla que se consumen durante la semana, un volumen fijo que se queda en las botas sanluqueñas como la ilusión de los sevillanos por recuperar su fiesta más popular.
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