El rincón de...

Ángel Vela Nieto: «Si Belmonte se queda en la calle Feria hubiera sido el mejor anticuario del Jueves»

No sería exagerado apuntar que pocas cosas de la vida artística, patrimonial y sociológica de Triana se le han escapado.

Ángel Vela Manuel Gómez

Félix Machuca

Es, sin dudas, el cronista del arrabal que ha puesto en pie los dos últimos siglos del barrio. Ahora está enfrascado en hacer una trilogía de sus toreros. Acaba de publicar el primero, «Cien toreros de Triana», autoeditado

Acláreme esta circunstancia: ¿Cómo habiendo nacido Belmonte en la calle Feria usted lo convierte en trianero?

Realmente viene al lugar donde se respiraba en Sevilla la afición a los toros. El epicentro de San Bernardo ya había pasado y pasó a Triana. Estamos hablando de principios del siglo XX.

Lo que resulta evidente es que ya Chaves Nogales lo bautizó trianero y allí se hizo matador de toros.

Es que Belmonte llega a Triana con siete años como reza en el padrón. Y se instala en un corral de la calle Castilla donde fallece su madre.

Se hace torero y millonario…

Si Belmonte se queda en la calle Feria hubiera sido el mejor anticuario del Jueves. Pero en Triana se hizo un gran torero y millonario.

¿Qué parte del barrio dio más toreros?

Digamos que la zona de la Cava de los Gitanos y su área de influencia.

Imagino que eso tiene mucho que ver con el toreo como ascensor social de la época.

El torero era la única salida para salir de la miseria. Funcionaba como un ascensor social. Había muchos ejemplos cercanos en el barrio y los chavales querían emular a sus ídolos y hacerse con el coche y el cortijo.

Cierra este primer libro Antonio Montes que, según se dice, marca mucho el toreo de Belmonte.

Montes señala el principio del toreo moderno que es el camino que sigue Belmonte, pero engrandeciéndolo. Montes murió lejos de Triana. Lo mató un toro en México, con 32 años.

¿Quiénes fueron los que mejor torearon de capa en aquella época?

Junto con Belmonte, Gitanillo de Triana, el famoso Curro Puya que mató un toro en Madrid, y el otro, Joaquín Rodríguez Cagancho. Ambos eran gitanos y de la misma familia.

Dibújeme la Triana taurina de entonces. ¿El Altozano fue el Arenal de Triana?

El Altozano era el mentidero del barrio, donde la gente le tomaba el pulso y donde te ponías al día. Se leía poco. Pero siempre había uno que leía el periódico y que ponía al día a la gente de lo que pasaba en el mundo y en el barrio.

Tengo entendido que en las escalerillas del mercado el padre de Belmonte, alrededor de su quincalla, tenía una tertulia muy animada.

Así es. Y uno de los tertulianos era José María Calderón, un veterano banderillero, que era el vocero de Belmonte, iba diciendo por las tabernas de Sevilla que en Triana había un muchacho que iba a revolucionar el toreo. Fue el primer propagandista del Pasmo.

¿Las tabernas más taurinas de la época cuáles fueron?

La taberna de Berrinche, perteneciente a un viejo aficionado; El Sol Saliente y la taberna de Conchita. Estos eran los tres sitios donde se reunían los flamencos y los toreros.

No es descabellado imaginar lo que en esas tabernas se comentaría de los amores entre toreros y cupletistas de la época…

Esa figura social en Triana arranca más tarde. Con Chicuelo y Dora la Cordobesita. Y hay muchos ejemplos dentro y fuera del barrio. No hace falta recordar a Rafael el Gallo y Pastora Imperio.

Algunas de aquellos amores llegaron a enriquecer el mundo sentimental de la copla. Como el de aquella ganadera salmantina que se enamoró de Cagancho, todo un galán…

Cagancho fue un dandi gitano, elegante, atractivo y estampa fiel del canon estético de la Cava de los Gitanos. Fue un romance tan sonado que llegó al mundo de la copla.

El último santuario de aquella especie de clubs taurinos de serrín y jaula con canarios ¿cuál fue?

La Peña Trianera. Fue el último lugar donde se reunían los aficionados y las figuras veteranas. La peña se mudó a la calle Castilla y perdió su identidad originaria.

Hubo un frutero en el barrio del que se decía que no caminaba, sino que hacía el paseíllo…

Campito. Fue el modelo de Juncal en el que se fijan Armiñán y Rabal para darle verismo al personaje. No andaba. Hacía el paseíllo. Y nunca se puso delante de un novillo. Fue el abuelo de Paz Vega.

¿Qué le dio el Juncal de Armiñán al barrio de Triana?

Siempre tengo presente su paseo por la calle Betis y la forma que tenía de saludar a la Maestranza, como a una divinidad. Por cierto, en esa serie, yo intervengo como figurante, haciendo de portero en la Maestranza, dándole la réplica al mismísimo Paco Rabal y no dejando pasar al «Sevillita», que quería colarse.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación