América antes de Colón: la apasionante historia del prenauta

Un fuerte temporal le desvío de una ruta de sobra conocida, y al mismo tiempo le descubrió unas nuevas tierras americanas

Mapa del mundo ABC

José Manuel García Bautista

La historia del prenauta, relacionada con Sevilla , nace con la figura de un marino llamado Alonso Sánchez , ciudadano de la Huelva del siglo XV al que, en un desafortunado viaje de regreso a España, un fuerte temporal le desvío de ruta. Su barco acabó en unas nuevas tierras más allá de donde el hombre había llegado jamás.

Aquel viaje realizado al menos cuatro años antes de la mítica fecha de 1492 sería, presuntamente, el del pre-descubrimiento de América , aquel que los libros de Historia siempre se olvidan de relatar.

La polémica en torno al Nuevo Mundo siempre ha sido moneda de cambio. Años después del regreso de Cristóbal Colón, y la gloria descubridora de aquel primer viaje a las entendidas como tierras de Cipango, ya se hablaba de que el Almirante sólo habría seguido las indicaciones de un marino moribundo al que atendió en la isla de Madeira y que le habría relatado una extraordinaria aventura en lugares «nunca antes pisados por el hombre».

Este piloto anónimo habría dado a Colón datos y distancias precisas, lo que alimentó la imaginación y la codicia del, por aquel entonces, marino al servicio de la Corona portuguesa.

Y no son corrientes de opinión baladíes, el padre fray Bartolomé de las Casas , cronista de aquel hito histórico, narraba que: «Díjose que una carabela o navío que había salido de un puerto de España y que iba cargada de mercadería para Flandes o Inglaterra, o para los tractos, la cual, corriendo terrible tormenta, y arrebatada de la violencia e ímpetu de ella, vino diz que, a parar a estas islas y que aquesta fue la primera que las descubrió».

Experimentado comerciante

La historia de Alonso Sánchez es curiosa, era un marino y comerciante que solía realizar varias veces al año la ruta de Inglaterra a Madeira y las Islas Canarias . Aunque conocía bien sus peligros y vicisitudes, aquella tormenta traidora le hizo «descubrir» una nueva tierra. Y a los indígenas locales , todo hospitalidad, que tomaron a los náufragos por los míticos «Viracochas».

Nuestros náufragos incluso llevaban con ellos un elemento «mortal», fruto del acercamiento sexual con las nativas: la sífilis .

La añoranza de la tierra hizo que intentaran el regreso en una desvencijada embarcación que, a la postre, alcanzaría suelo portugués pero con un único pasajero: Alonso Sánchez.

En aquel cayuco encontraría la vuelta a casa, pero también la muerte por agotamiento. A las playas de Porto Santo, nuestro prenauta llegó agotado, enfermo. Falleció en brazos del genovés tras días de agonía... y confidencias.

Las referencias documentales

En el siglo XVII, el inca Garcilaso de la Vega le pone nombre en sus Comentarios Reales: Alonso Sánchez, de Huelva. Todo tras narrar las historias que oía cuando era niño de la mano de aquellos europeos tomados por dioses y que realmente eran simples mortales ebrios de poder y del brillo del áureo metal. Corría el año 1609, así lo contaba el inca: «Este fue el primer principio, y origen del descubrimiento del Nuevo Mundo, de la cual grandeza, podrá loarse la pequeña Villa de Huelva, que tal hijo crio, de cuya relación certificado Cristóbal Colón, insistió tanto en su demanda».

No fue el único porque el Dr. Bernardo Aldrete lo recogía en 1615 de esta forma: «Siendo cierto, que el primero, que dio noticia a Cristóbal Colón del Nuevo Mundo, fue Alonso Sánchez de Huelva, marinero natural de Huelva». Y en 1762 el Comendador del Convento de los Mercedarios Descalzos de Sevilla, José Cevallos, da por «original e irrefutable» la historia narrada por el inca Garcilaso de la Vega en 1609.

Incluso en la actualidad, su figura es recordada en Huelva con el monumento en los Jardines del Muelle , el Parque de Alonso Sánchez, el Instituto de Educación Secundaria «Alonso Sánchez» o el nombre de uno de los barcos de salvamento del puerto onubense.

Sin embargo, nada avala la existencia real de este marino y su extraordinaria aventura, salvo la presunción de veracidad de algunos de los documentos históricos que hemos relatado.

Sea como fuere, nada puede quitar a las tierras onubenses su papel protagonista en el Descubrimiento, que vio enrolarse en las tripulaciones hacia Nuevo Mundo a muchos de sus hijos desde el puerto de Palos, para mayor gloria de España.

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