Educación
Aljarafe, el colegio cooperativa cumple medio siglo
Con un modelo rompedor, decisiones consensuadas en asamblea y clases de dramatización, el centro concertado sigue como referente en innovación pedagógica medio siglo después

Clases de dramatización, asignaturas en las que los alumnos buscan la información del tema que van a tratar , asambleas para decidir las cuestiones trascendentales del colegio o incluso los castigos cuando un alumno se porta mal. Son algunos de los conceptos que resultaron ... muy rompedores cuando en el año 1971 arrancaba en Mairena el colegio Aljarafe y que hoy continúan vigentes cincuenta años después, aunque adaptados a los nuevos tiempos y también a las nuevas tecnologías. El colegio, que ahora está volcado en las celebraciones de su cincuenta cumpleaños , ha alcanzado la madurez convertido en un centro de referencia en Sevilla también por sus buenos resultados académicos y porque se incluye en las listas de mejores colegios de España.
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Porque el Aljarafe, un centro concertado que acoge a unos 900 alumnos de Infantil a Bachillerato y algunos ciclos de FP, sigue manteniendo el mismo espíritu con el que nació en los albores de la democracia cuando, según Mario Sáncho, presidente de la cooperativa el colegio, surgió la necesidad de «romper con lo establecido» . Tras un período de dictadura y coincidiendo con la creación de una nueva zona residencial en el Aljarafe sevillano, Simón Verde, un grupo de personas «muy innovadoras» decidieron poner en marcha un modelo pedagógico distinto.
El colegio, en régimen de cooperativa, se basa en la participación del alumno en la elaboración de los temas y en las decisiones
Era un sistema creado como «escuela abierta» en el que los padres tuvieron un papel importante y, de hecho, participaron en la elaboración de los planes de estudio aportando ideas. Como una escuela abierta al barrio y a la comunidad. Aunque fue en sus inicios privado, a partir de los noventa se convirtió en un colegio concertado al que acuden escolares de la zona residencial pero también de otros barrios más humildes. «Tenemos un perfil muy variado que enriquece . Desde familias de Simón Verde a otras zonas», dice Chema Zahino, miembro del consejo rector de la cooperativa y director pedagógica de Secundaria y Bachillerato, admitiendo que el alumnado ha cambiado desde aquel original de los hijos de la burguesía de Sevilla con el que inició su andadura.

En cualquier caso, aunque el perfil de alumnado haya variado, el modelo sigue intacto. Y en él destaca la importancia de la participación del alumnado que se traduce en las asambleas de clase, que se celebran una vez a la semana y que son el elemento de resolución de los conflictos. Cada curso tiene su asamblea y además hay un consejo de alumnos para debatir temas que afectan a todo el centro.
Nuevas tecnologías
A ello se une su peculiar sistema de enseñanza: sin libros de texto, lo único que tienen son algunos de consulta pero, en general, son los escolares los que deben ocuparse de la búsqueda de información. Así cuando empiezan un tema lo primero que se hace en la clase es «una lluvia de ideas», así parten del conocimiento del asunto que tienen los niños. Por ejemplo, si están estudiando el cuerpo humano, se parte de la base de qué saben del asunto partiendo de la base de cuáles son los contenidos curriculares que los estudiantes deben asimilar y luego son ellos los que deben traer a clase la información del tema.
Es algo que hoy puede resultar fácil gracias a internet, pero que en sus orígenes no lo era tanto por lo que los estudiantes debían recurrir a enciclopedias o a los conocimientos de los familiares. Actualmente los chicos tienen una tablet a partir de Secundaria para facilitarles la labor, pero los padres siguen implicándose. Como hace medio siglo cuando se fundó el centro.
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