El rincón de...
Alfonso Lazo: «El odio a Occidente nació en las universidades y nos contagia a todos»
Profesor jubilado de Historia, expresidente provincial del PSOE y 19 años diputado socialista, hace algunos que rompió con la política y su partido
De lo que pasa en el mundo, por Dios que no entiendo ná, cantaban Lole y Manuel en los ochenta. ¿Usted comprende algo y nos lo puede explicar?
Quien lo comprendió bien fue el cardenal Ratzinger antes de ser Papa: dijo que Occidente se odia a sí mismo. Y creo que eso nos ayuda a comprender lo que está pasando.
Las nuevas tecnologías y la globalización han transformado el mundo. Se habla de un nuevo orden que hará la vida más cara, menos libre y más colectivista. ¿Exageran los fachas?
Lo que está ocurriendo en Occidente más que una crisis política es cultural. Y en esa crisis cultural vamos para peor, porque estamos en una fase de descenso en el proceso histórico, donde se recortan las libertades.
El caso es que esa transformación ha impulsado revisiones históricas de hondo calado y todo lo que no sea progresista, ecologista, feminista, igualitarista, laico, multiétnico y gobalista se le tacha de fascista y se le mira como a un apestado.
Lo que hay es una censura del lenguaje. Y todo lo que no corresponda a la corrección política imperante, que actúa como una censura, no nos atrevemos a pensarlo ni expresarlo por temor a ser herejes.
Este proceso de revisión ha llegado también a la universidad. En la Howard University de USA, de conocida militancia afroamericana, se ha suprimido el estudio de los clásicos, por considerar que están en la base de la explotación sistémica de la supremacía blanca.
Efectivamente. Pero no es que ha llegado a las universidades, es que son las universidades las que han creado esa forma de pensar y han contagiado a todo Occidente.
Lo más curioso es que un socialista y filósofo afroamericano, Cornell West, dejó claro que «los clásicos son la base de la formación de héroes de los derechos civiles, como Martin Luther King». La empanada es tremenda…
Claro, claro, claro. Suprimir los clásicos va unido a la expulsión de los dioses preceptores, y al mismísimo Dios cristiano, que han sido expulsados de la cultura.
Un pensador francés, antiliberal furibundo, Erich Zemmour lo explica de esta forma: antes el burgués era el enemigo, ahora lo es el hombre blanco.
Y a eso se refería precisamente Ratzinger cuando decía que Occidente se odia a si mismo. Occidente ha asumido como cierto que es el causante de todos los males del mundo, cuando ha sido el civilizador del mundo.
Así las cosas, el revisionismo histórico culpa al hombre blanco de todos los males del mundo: desde Sócrates a Colón. ¿No le parece que están haciendo otra media memoria histórica a nivel mundial?
(Risas) Naturalmente, de eso se trata. El hombre blanco es el causante del colonialismo y del imperialismo. Pero se olvidan de que, en algún momento del mundo, todos los pueblos han sido colonialistas e imperialistas. Es la nueva leyenda negra.
Si convenimos que hemos superado la edad contemporánea y estamos en otra nueva, ¿qué imagen cree que la define: la invasión del Capitolio USA por las masas o la pandemia que ha descabezado el viejo orden mundial?
La pandemia. Lo del Capitolio fue muy llamativo pero sin efectos. La pandemia va a tener unos efectos terribles.
¿Por ejemplo?
Las pérdidas de libertades a la que nos estamos acostumbrando. Umberto Eco en los años setenta del pasado siglo dijo que íbamos hacia una nueva Edad Media. Y se está saliendo con la suya.
¿Qué garantías le ofrece el amancebamiento del capital neoliberal con el comunismo chino?
China ha elegido un liberalismo económico sin libertad. Pero les va muy bien y es mejor que un comunismo sin libertad.
En España, el ministro de Universidades, que existe aunque se le vea poco, trata de consensuar una ley donde un profesor pueda llegar a ser rector, sin necesidad de ser catedrático. ¿De aceptarse mejoraría la universidad o el clientelismo universitario?
El clientelismo. Los rectorados se convertirían en un tesoro a repartir entre los que no han llegado a catedrático. Por ejemplo, el ministro de Universidades, que no es catedrático.
Algunos ven ya a Pablo Iglesias de rector en Madrid…
(Risas) Podría ser. A Castells lo nombró ministro el señor Iglesias y los favores hay que pagarlos.
¿En este mundo en transformación España entra con las mismas rémoras y debilidades nacionales que en el XIX y el XX?
Agravadas.
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