Tribunales
El acusado de matar y quemar a una mujer en un piso de Sevilla sólo admite que le robó tras tener sexo
Jorge A.G. ha declarado este lunes ante un jurado popular, al que ha explicado que tras mantener relaciones sexuales con la víctima, con la que había concertado este servicio, abandonó su casa con dos móviles, un ordenador y la cartera de ella
La Audiencia de Sevilla ha acogido este lunes la declaración de Jorge A.G., el acusado de estrangular a una mujer, a la que conoció en una web de contactos y tras mantener relaciones sexuales con ella, en un piso de la calle José Rodríguez Guerrero, en la zona de la Cruz Roja de la capital . Después, según las acusaciones, le prendió al fuego al piso para destruir las pruebas. Antes de abandonar la casa le robó dos móviles, un ordenador y la cartera . El uso de la tarjeta bancaria hasta en 16 ocasiones las horas después de los hechos es lo que llevó a la Policía Nacional hasta este presunto asesino, quien hoy, ante el jurado popular, sólo ha admitido el robo, pero no el incendio ni el asesinato.
La víctima tenía 54 años de edad. El acusado la conoció a través de la web de citas 'pasion.com' el mismo día de los hechos, el 20 de julio de 2020. Jorge vivía en la calle. Según su defensa, solía dormir en los bajos del mercado del Arenal . El día de los hechos, tras comer en un bar de la avenida Kansas City, se encontró a «un coleguilla» y le contó su situación. Éste le dio unos 50 euros. Entonces decidió buscar a una chica de contactos en la citada web. La que le cogió el teléfono fue la víctima.
La mujer no le dio la dirección exacta hasta que su cliente le confirmó que estaba por la zona de la Cruz Roja. Según el fiscal, Jorge A. G. acudió a la cita sin dinero porque ya había planificado que iba a robar a la víctima. El acusado ha negado este extremo, pues ha insistido en que un «coleguilla» al que conocía del barrio de Triana le dio el dinero. Ha añadido que a la víctima le dio el billete de 50 y euros y ella le devolvió diez euros.
Poco antes de las 18 horas (17:57 o 18:03 horas, según el acusado), llegó a la vivienda de la mujer y tras cruzar la puerta, ella le indicó que se aseara en un baño que hay junto al dormitorio principal. «Tras ducharse, accedió a dicho dormitorio, echándose entonces la mujer sobre la cama a fin de practicar el acto sexual, de modo que el encausado aprovechó la situación de indefensión que aquella presentaba (...) colocándose encima de ella y anudándole al cuello una toalla, para asfixiarla », detalla el fiscal. El presunto asesino ejerció tal violencia que le rompió a la mujer la primera costilla.
La toalla
El acusado no ha negado las relaciones sexuales, pero ha precisado que cuando terminaron, ella le pidió que se esperara a que ella se refrescara y ya se fuera. Pero él vio los objetos (móviles, ordenador y cartera), los cogió y se fue. Eran las 18:30 horas, según ha recordado.
Las acusaciones señalan que para borrar sus huellas, tras asesinar a la mujer, le prendió fuego al colchón donde yacía el cadáver y se llevó la toalla que había usado al ducharse, un elemento que es clave en la investigación. La toalla en cuestión y que han podido ver los jurados es una pequeña de color naranja. El acusado ha dicho que esa toalla era suya, se la había dado dos o tres días antes su hermana. Además, ha precisado que la toalla que la víctima le dio para ducharse era morada y grande.
En cambio la hija de la víctima, que ha declarado por videoconferencia, ha afirmado que esa toalla naranja pertenecía a un juego de la madre que ella se llevó tras su muerte violenta. Ha explicado que tenía una relación diaria con su madre, con la que hablaba por teléfono todos los días, pues ella vive fuera de Sevilla. Sin embargo, el abogado de la defensa ha expuesto una declaración entre lo dicho este lunes y en su declaración en instrucción, donde la hija dijo que tenía contacto con su madre desde marzo de 2020. Hoy ha aclarado que era una relación diaria desde hace muchos años. "Éramos uña y carne" , ha enfatizado.
A preguntas de la defensa, la hija ha reconocido que no sabía que su madre tenía un piso alquilado en la zona de la Cruz Roja, donde ocurrieron los hechos, ni que ejerciera la prostitución . Ha dicho que su madre trabajaba cuidando a personas mayores.
Los vecinos alertaron a los bomberos al observar el fuego. Cuando los bomberos accedieron al inmueble se encontraron el cadáver sobre el mismo foco del fuego , un colchón que había salido ardiendo.
La Policía Nacional pudo identificar y detener al acusado porque utilizó la tarjeta de crédito de la víctima hasta en 16 ocasiones para hacer compras y consumir en bares. En total se gastó unos 200 euros. Esos movimientos fueron claves para dar con él al día siguiente del crimen, poco después de las nueve de la noche. Desde entonces permanece en prisión, donde ha protagonizado, al menos, un intento de quitarse la vida, lo que provocó la suspensión del primer señalamiento para celebrar el juicio con jurado en la Audiencia.
Hasta 33 años de prisión
La Fiscalía solicita una pena de 30 años de prisión por los delitos de asesinato, robo con violencia, estafa y daños mediante incendio. Le reclama, además, una indemnización de 60.000 euros para la hija de la víctima y otros 10.000 euros para el dueño de la vivienda que tenía arrendada la fallecida. Jorge tenía ya antecedentes y una condena en firme por un robo con violencia. En otra ocasión una mujer lo había denunciado porque intentó estrangularla y cuando quedó inconsciente le quitó las joyas.
La acusación particular , que ejerce Alejandro Gómez en nombre de la hija de la víctima, reclama 33 años años por los mismos delitos y una indemnización para su cliente de 100.000 euros. La defensa, que ejerce el letrado Antonio Ruiz Rosales, por turno de oficio, pide la libre absolución por el asesinato y el incendio, y la pena que el tribunal considere oportuna por el robo.
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