Tribunales
La acusada del crimen de la heladería: «No recuerdo nada, estaba muy borracha»
María del Carmen Quero aporta una declaración muy difusa que la achaca a un problema crónico con el alcohol
![La acusada del crimen de la heladería dice no recordar nada](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2017/05/15/s/juicio-heladera-ko6B--620x349@abc.jpg)
María del Carmen Quero, de 43 años, acudió el 9 de enero del año pasado a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Dos Hermanas para confesar que había matado a un conocido, Manuel Martín, jubilado, de 62 años. El cuerpo lo había escondido en un congelador de su heladería . Esta sevillana iba acompañada de sus hermanos a los que le había relatado momentos antes lo sucedido la noche anterior.
Se había encontrado con Manuel en un bar y estuvieron bebiendo. Ella le propuso mantener relaciones sexuales. Decidieron ir a la heladería. No queda claro qué ocurrió en el interior del negocio, pero María del Carmen golpeó en la cabeza a la víctima con una figura de buda , se subió encima suya lo que causó la ruptura de varias costillas del finado y finalmente lo estranguló con un cable.
Este lunes la acusada del conocido crimen de la heladería, de enorme repercusión mediática por el lugar donde fue encontrado el cadáver de la víctima, se ha sentado en el banquillo para ser juzgada por un tribunal popular. Tras una larga introducción donde las partes han expuesto sus argumentos de acusación y defensa, María del Carmen ha prestado declaración aunque sólo respondiendo a las preguntas de su abogada y del Ministerio Público .
Su testimonio ha sido muy difuso, cuajado de respuestas vagas y constantes referencias a la falta de memoria: «No recuerdo nada, estaba muy borracha». María del Carmen, con un color distinto de pelo y un aspecto mejorado con respecto a hace un año, ha contado que llevaba tres días seguidos bebiendo y que aquella tarde-noche se encontró con la víctima en un bar.
Arrepentimiento
La reconstrucción verbal de los hechos la ha podido escuchar el tribunal principalmente a través de las preguntas del fiscal porque la acusada apenas ha aportado algún dato, más allá de pedir perdón a la familia de Manuel y a la suya; o de las constantes apelaciones a lagunas mentales por culpa del alcohol. « Estoy muy arrepentida. No pasa ni un día sin que me acuerde de ello . En 43 años nunca he tenido un problema con la Justicia. El alcohol me ha destrozado la vida».
![La heladería de la procesada, donde encontraron el cuerpo de la víctima](https://s2.abcstatics.com/media/sevilla/2017/05/15/s/heladeria-escenario-U101925250286IC--510x286@abc.jpg)
Sí ha recordado el despertar de la mañana del día 9. «Llamaron a la persiana del local y me desperté. Vi el cuerpo del difunto. Tenía sangre de él y mía por todo el cuerpo . Me dolía el labio y una ceja. Era algo inconcebible». Admite que limpió el local, metió el cuerpo de Manuel en un congelador y se quitó la ropa. «Sentía miedo, pánico. Quería salir de allí como fuera».
También reconoce que dos hijas de la víctima fueron a verle en busca de su padre porque no había regresado la noche anterior a casa. Les dijo que no lo había visto. «La Policía Local también estuvo y miró donde quiso». Sin embargo, cuando el fiscal le preguntó si le había impedido el paso a los agentes, exigiéndole una orden de registro , María del Carmen regresó a la laguna mental.
La defensa ha centrado sus preguntas en el problema de alcohol. María del Carmen afirma que lleva bebiendo desde los 14 años y que había intentado sin éxito seguir varios tratamientos de deshabituación . El alcoholismo, afirma, era el origen de peleas y otros incidentes en los que se había visto inmersa y que al día siguiente nunca recordaba. «Sabía lo que había pasado porque alguien me lo contaba».
De una de esas peleas eran las lesiones más que visibles que mostraba el año pasado, cuando fue conducida por la Policía al juzgado tras ser detenida. María del Carmen presentaba un fuerte hemotamona en uno de sus ojos . Aunque la defensa las presentó como lesiones que había sufrido durante la pelea con la víctima, un testigo lo desmintió. Él la había visto la tarde antes del trágico desenlace y ya las tenía.
Los abogados de la familia de Manuel consideran que cometió un asesinato y piden 20 años de cárcel
El dueño del bar en donde fue visto con vida por última vez Manuel corrobora la versión de la acusada en cuanto que iba muy bebida. «En mi local se tomó dos copas, la tercera la tiró y la tuve que echar del negocio» . Este hostelero definió a la acusada como una asidua «que se ponía a veces muy pesada y molestaba a la clientela».
Las acusaciones particulares, que defienden los intereses de la mujer de la víctima y sus cinco hijos y que están representados a través de dos abogados, niegan que exista alguna circunstancia atenuante en la conducta que tuvo María del Carmen. Consideran que cometió un delito de asesinato porque no le dio oportunidad al finado de defenderse . Se aseguró de que muriera. «La acusada le dio un primer golpe en la cabeza. Pudo haberse detenido ahí y Manuel habría sobrevivido. Pero continuó con la agresión».
Un último gesto violento: lo estranguló
Ambos letrados han insistido en sus intervenciones iniciales que la causa de la muerte fue la asfixia . María del Carmen usó un cable para estrangularle el cuello. Para la acusación particular ese último gesto violento lo hizo con el fallecido ya inconsciente o sin posibilidad de quitarse de encima a la acusada.
Tampoco admiten que la procesada confesara sino que acudió a la Policía «porque no le quedaba otra, después de que la familia de la víctima se personara en su negocio preguntando por él, se sintió atrapada».
A diferencia de la Fiscalía, que coincide con la defensa en calificar los hechos de homicidio, los abogados de la familia de Manuel Martín solicitan una pena de 20 años de prisión por asesinato y el pago de una indemnización de 25.000 euros para cada hijo y de 100.000 para la esposa.
El Ministerio Público pide ocho años y medio de cárcel; mientras que la defensa reclama una pena no superior a cinco años . La acusación pública considera que deben aplicarse las atenuantes de embriaguez y confesión. La abogada de la víctima defiende que la influencia del alcohol podría ser constitutiva de una eximente incompleta.
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