entrevista

«Nos acordamos del Ejército cuando se cumplen las amenazas pero a veces es tarde»

El nuevo jefe de la Fuerza Terrestre, José Rodríguez García, dice que la Defensa no es un «gasto» sino «una inversión que debe crecer»: «En infraestructuras apenas se ha invertido durante la crisis y algunos materiales se han quedado obsoletos»

El teniente general José Rodríguez Garcia Raúl Doblado

Jesús Álvarez

El teniente general José Rodríguez García es el nuevo jefe de la Fuerza Terrestre (Futer), que tiene su sede en Sevilla y de la que dependen unos cuarenta mil efectivos militares de toda España. Sustituyó hace pocos meses en el cargo a Juan Gómez de Salazar, del que fue su adjunto durante sus últimos cuatro meses en la antigua Capitanía sevillana. Este oficial madrileño, que formó parte de la Legión , ha sido asesor del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad).

El plan «Fuerza 2035» marca el futuro del Ejército español. ¿Las nuevas tecnologías son la clave?

Este es un proyecto que va a identificar las necesidades de las Fuerzas Armadas en 2035 y con él pretendemos adelantarnos a ellas y responder a todas las obligaciones a las que deberemos hacer frente. La tecnología va a tener que entrar mucho más en nuestro sistema de armas y me refiero también a las técnicas de inteligencia artificial y «big data». Pero el combatiente seguirá siendo el centro de gravedad de nuestras unidades.

Algunas de las guerras futuras serán seguramente electrónicas. ¿Estaremos preparados?

Dentro de quince años los escenarios van a ser muy distintos. La tecnología y la robótica avanzarán mucho más y tenemos que estar preparados. Debemos seguir formándonos en todas estas tecnologías y, sobre todo, a las personas, que es el pilar básico de nuestro plan. Por eso potenciaremos el liderazgo y la formación.

¿Tiene el Ejército personal especializado en «big data»?

Es verdad que hace unos años en el tema de tecnologías de la comunicación estábamos casi empezando pero ya contamos con personal especializado. Nos vamos adaptando a las necesidades que la sociedad nos exige.

Supongo que para todo eso hará falta dinero.

La Defensa cuesta pero yo no la veo como un gasto, sino como una inversión. De aquí a 2035 necesitaremos dotar esas unidades y mejorar los materiales para estar operativos y poder combatir todas las amenazas que surjan de esos nuevos escenarios. En infraestructuras, durante la crisis, apenas se ha invertido nada y eso se nota en los cuarteles y en los materiales que utilizamos, algunos de los cuales se han quedado obsoletos. Las condiciones de vida de los soldados también deben mejorar y debemos sentirnos orgullosos de las fuerzas armadas y de los medios que tienen. Para cumplir nuestras misiones y mantener nuestra operatividad debemos estar bien dotados.

¿El menor compromiso de Estados Unidos con la OTAN nos obliga a mejorar aún más nuestra capacidad de defensa?

Lógicamente, nos obliga a ser más autónomos para hacer frente a la complejidad de las nuevas amenazas, lo cual exige una mayor inversión. Hay que tener en cuenta que invertir en Defensa es hacerlo también en la industria española, de la que dependen muchos puestos de trabajo. Es una inversión que crea riqueza.

Si no hubiera «malos», no haría falta seguramente un Ejército o unas fuerzas de seguridad.

A todos nos gustaría ser pacifista pero la realidad es la que hay. La sociedad debe estar preparada para defenderse de estas amenazas. Y entonces es cuando nos acordamos del Ejército y a veces, por desgracia, es tarde.

¿Cuáles son las principales amenazas que debe combatir hoy el Ejército?

El terrorismo yihadista es uno de los mayores desafíos que contempla nuestra estrategia nacional en este momento. Para eso estamos en sitios como Mali, donde nuestra función es adiestrar al Ejército maliense para combatir el yihadismo. El Sahel es una zona muy conflictiva donde se ha hecho muy fuerte el yihadismo. En Irak, Afganistán y esas zonas no sólo les ayudamos a evitar el terrorismo en esos territorios sino que tratamos de poner una frontera allí para que este problema no atraviese las fronteras españolas.

¿La inmigración es otro de esos desafíos?

Sabemos que hay un problema humano detrás de cualquier inmigrante que trata de llegar a España, pero tenemos que combatir las mafias que trafican con estas personas. Tenemos unidades militares en Ceuta y Melilla comprometidas en el control del flujo migratorio. En mi opinión, la solución de la inmigración está en los países de origen. Si no tienen necesidad de moverse de sus lugares, el problema desaparecerá. Por eso pienso que hay que garantizar la gobernanza en esos países y apoyarles económicamente para que sus habitantes no tengan que venir aquí. En África hay Estados frustrados a los que deberíamos ayudar y llevarles valores democráticos.

Terrorismo yihadista: «A todos nos gustaría ser pacifista pero la realidad es la que hay. Nuestras misiones internacionales en la zona del Sahel son fronteras que tratamos de poner allí para que este problema no llegue a las nuestras »

En los últimos años se han disparado las «fake news» en las redes sociales, donde se libra un nuevo tipo de guerra que ha influido en la salida del Reino Unido de Europa y en que la imagen victimista que quiere proyectar el separatismo catalán frente a un supuesto Estado represor haya calado en algunos países europeos. ¿Debería el Ejército, en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia, ayudar a combatir estas «ciberguerras»?

Esto excede obviamente del ámbito de las fuerzas armadas pero creo que toda la sociedad española debe hacer frente a las «fake news» y todo lo que eso significa. Las redes sociales han revolucionado la información en el mundo y es verdad que se ha creado mucha desinformación y que esta moviendo muchas voluntades. Esto puede ser muy peligroso. Debemos estar preparados.

En las redes sociales se publicaron fotomontajes para desprestigiar a la Policía y se dijo que Rusia está detrás de algunas de ellas.

-Todo esto me parece muy peligroso y creo que, con carácter general, todos deberíamos combatirlos.

¿Le preocupa lo que ocurre en Cataluña?

Por supuesto, pero creo que como a cualquier español. No por ser militares deberíamos tener más preocupación por este asunto que el resto de los españoles. Tenemos desplegadas fuerzas en Cataluña en las que hacemos lo mismo que en el resto de España y en la que tratamos de darnos a conocer y mostrarnos como un servicio más a la sociedad. Pero allí tienen muchas dificultades

El Estado que emana de la Constitución no se respeta de la misma manera que en el resto de España.

Sí, puede haber más o menos dificultad pero se hacen labores de cultura de Defensa en Cataluña. Nuestra función es la misma allí que en el resto de España y la hacemos. Quizá no sea tan fácil llegar a los colegios e institutos catalanes como es palpable, pero hacemos muchas cosas.

«El servicio militar tuvo un papel muy importante en España y cohesionaba a todos los jóvenes españoles, pero ahora sería complejo encasillarlo dentro de la estructura profesional de nuestro Ejército»

En países como Francia se ha abierto el debate sobre un servicio militar obligatorio de tres meses. Se dice que mejoraría valores éticos de la ciudadanía que se han perdido. ¿Le vendría bien a España algo así?

He leído algo sobre el proyecto francés y creo que va más en la línea de servicio social que servicio militar. Se trata de recuperar para los jóvenes valores como la convivencia, la solidaridad, que luego tiene reflejo en la cohesión social y de servicio público a la nación. Yo no oculto que el servicio militar tuvo un papel muy importante en España y que cohesionaba a todos los jóvenes españoles, pero ahora sería complejo encasillarlo dentro de la estructura profesional de nuestro Ejército. Como algo auxiliar, quizá sí.

Aparte de esos valores éticos, no cree que generaría una cohesión territorial que se ha resquebrajado en algunas zonas del Norte y que podría aumentar en otras limítrofes?

Sin duda, generaría cohesión territorial pero eso también se puede conseguir trabajando en otros ámbitos, como los colegios. Ahora los tiempos son distintos.

¿Habría que estudiar más historia de España en los colegios?

Sí. Hay mucha gente que la desconoce. Me parece una asignatura pendiente para muchos españoles. Tenemos una historia y un país para estar muy orgullosos, con sus luces y sombras, como todos los países. Pero tenemos muchos más motivos de orgullo que de vergüenza. Hemos hecho cosas muy grandes.

Aunque usted sea optimista, parece que el pesimismo se ha extendido en España como país. Y ha crecido la polarización en dos bandos. ¿No hemos retrocedido en eso?

Es posible, pero como digo son ciclos. Tenemos que poner de nuestra parte para superar las diferencias. Creo que superaremos todo esto. Los españoles somos más dados a airear las penas y los fracasos y a ver la botella medio vacía en vez de reconocer nuestros triunfos. Soy optimista pero creo que tengo motivos. Necesitamos recuperar nuestra autoestima. Si hicimos la circunnavegación del mundo hace 500 años, qué no podemos hacer. Sé que hay algunos españoles que incluso cuestionan el Descubrimiento de América y hay que conocer bien la historia para descubrir lo grande que es España. Somos un país que ha generado grandes científicos, emprendedores, artistas. Cuando voy fuera, me doy cuenta del gran país que tenemos, la cantidad de jóvenes preparados, investigadores, científicos, artistas o deportistas que tenemos. Tenemos que darnos cuenta de que tenemos muchos motivos de orgullo y de que no tenemos nada que envidiar a nadie. Somos capaces de hacer lo que queramos hacer. Pero tenemos que trabajar y sentar las bases para recoger. Lo que no se siembra no se recoge.

¿Cuáles son los principales valores que el Ejército puede transmitir a la sociedad?

Nuestra razón de ser es el amor a España, la lealtad, la disciplina, el compañerismo, el espíritu de sacrificio y de servicio. Es nuestro día a día y es lo que permite tomar decisiones complejas en situaciones de riesgo y de peligro. El compañerismo es fundamental en las Fuerzas Armadas y lo que nos lleva a conseguir el mismo objetivo, eso es lo que da cohesión a las unidades. El espíritu de sacrificio lo llevamos hasta el extremo de entregar nuestra vida, algo que no ocurre en ninguna otra profesión. Pero yo creo que esos valores no son exclusivos del Ejército sino de toda la sociedad.

¿No cree que en España esos valores se están perdiendo?

No digo que no hayamos pasado una crisis de valores pero soy optimista y creo que toda la sociedad en su conjunto los va a recuperar.

«Los españoles somos más de airear las penas y fracasos que de reconocer nuestros triunfos pero, cuando voy fuera, me doy cuenta del gran país que tenemos. No tenemos nada que envidiar a nadie pero debemos trabajar para luego recoger» [Inserte componente-story-sumario-adicional]

¿Cómo se puede acercar el Ejército a la ciudadanía?

Hay mucho por hacer, pero ya se ha hecho mucho. El Ejército ha demostrado desde hace mucho tiempo que cumple con su función. También somos muy transparentes, salvo en las materias reservadas. Aquí vienen muchas visitas y vamos a colegios y universidades donde explicamos lo que hacemos.

Sevilla ya es una plaza militar importante en España. ¿Lo será aún más en el futuro?

Ahora mismo el cuartel general de la Fuerza Terrestre tiene mucha más responsabilidades de las que tenía la antigua Capitanía General. Desde aquí se lleva la generación y la preparación de todas las unidades de toda España, salvo la parte de Canarias. Con la nueva organización, aumenta el peso de Sevilla porque desde aquí se llevará el sostenimiento de las operaciones, la parte logística de todas las misiones internacionales. Ahora mismo lo lleva un mando aislado, la fuerza logística operativa, con sede en La Coruña. Ese mando va a depender también de Sevilla.

Las videoconferencias que celebran en el «búnker» de Sevilla todas las semanas cobrarán aún más importancia.

Sí. Ahora mismo tenemos desplegados 1.700 hombres y mujeres en las distintas misiones internacionales. Como dije antes, estamos en Líbano, Afganistán y Mali. Y de forma aislada tenemos también personal en Somalia y República Centroafricana. Las operaciones en el exterior las conduce el JEMAD pero nosotros tenemos que preparar y proporcionar esos contingentes.

La tropa que no logre ascender se tiene que retirar a los 45 años. ¿Cree que se les podría buscar salidas laborales fuera del Ejército?

Hablamos de gente muy formada. Y la Ley de Carrera Militar determina los sistemas de compromiso de los militares de tropa, las graduaciones y los tiempos de servicio. Esa ley contemplaba que a los 45 años se pasa a la de reservista de especial disponibilidad con una retribución. Es verdad que es personal formado. Sé que el Ministerio de Defensa está trabajando para aprovechar la formación de esas personas y es deseable porque tienen una capacitación.

¿Cuál es el perfil del soldado español actual?

La inmensa mayoría son vocacionales y cuentan cada vez con más preparación. Hace tiempo se permitió el acceso a la tropa de países hispanoamericanos e ingresaron en él personas procedentes de esos países, pero cada vez hay menos extranjeros con doble nacionalidad.

Supongo que la crisis de 2008 acentuaría esas vocaciones militares.

Sí, aunque como en el resto de la Administración. Nosotros somos reflejo de lo que hay fuera. Es más atractivo una plaza en la Administración cuando hay crisis. Pero ahora seguimos teniendo muchos aspirantes por plaza.

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