Tribunales
Acepta diez años de cárcel tras reconocer haber secuestrado y golpeado a su expareja y a un hijo de ésta
El hermano del principal acusado también admite los hechos ocurridos en noviembre de 2018 en Torreblanca y es condenado a ocho años y diez meses de prisión
Joaquín T.M., conocido como « El Caramelito », ha reconocido los hechos que ocurrieron los últimos días de octubre y los primeros de noviembre de 2018 en un piso de la barriada sevillana de Torreblanca , donde retuvo, amenazó y golpeó a su expareja y al hijo de ésta de dos años de edad . Tras admitir todo lo sucedido, deberá cumplir diez años en la cárcel , donde se encuentra con carácter preventivo desde que fue detenido.
La Audiencia de Sevilla tenía fijado para este lunes y martes el juicio contra «El Caramelito» y su hermano , Jairo T.M., como presuntos autores de los delitos de detención ilegal, de lesiones, trato degradante y amenazas. Si bien, el juicio no se ha celebrado tras alcanzar un acuerdo de conformidad las partes y la Fiscalía, que deberán firmar este martes.
En virtud al citado acuerdo, Joaquín T.M. tendrá que pasar en prisión diez años , mientras su hermano un total de ocho años y diez meses. Además, ambos deberán indemnizar a la mujer y su hijo en una cantidad de dinero relevante, según han informado a este periódico fuentes del caso. Precisamente, la sala ha estimado la atenuante de reparación del daño por parte de los acusados.
Además, han reconocido los hechos recogidos en el relato de la Fiscalía, quien señala que Joaquín mantenía una relación con la víctima , de unos 20 años de edad. Ella se fue a vivir con él a su piso de Torreblanca desde principios de octubre. Allí también convivía el otro acusado. En la última semana de ese mes, ella quiso romper la relación y marcharse de la vivienda, si bien Joaquín «no lo permitió».
Ella se fue a vivir con «el Caramelito» y quiso romper la relación un mes después, pero no le dejó salir del piso
Entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre de 2018, Joaquín «mantuvo retenida en contra de su voluntad » a la joven y al hijo de ésta de dos años de edad en su domicilio, ubicado en la barriada hispalense de Torreblanca , siendo ayudado por su hermano Jairo, quien hacía «labores de vigilancia y control» para impedir que las víctimas no pudieran salir.
Ambos hermanos, que se encuentran en prisión de manera preventiva por estos hechos acordada por el juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Sevilla tras la detención de los dos, permitieron los primeros días a las víctimas moverse, de forma controlada, por el interior de la vivienda si bien en la mañana del 3 de noviembre, «los dejaron encerrados en el dormitorio principal», sin proporcionarles apenas comida para la mujer, a quien tampoco dejaban salir para ir al baño «teniendo que hacer sus necesidades en un cubo».
Una brutal paliza al niño
Esa misma mañana, y tal como indica el Ministerio Fiscal , Joaquín, tras discutir con su pareja, se llevó al hijo de ésta al cuarto de baño y le asestó « una brutal paliza », y mandándole callar a gritos «ante los llantos de dolor», lo que era escuchado por su madre, quien indefensa, «llegó a desmayarse». Posteriormente, el acusado amenazó con tirar al pequeño «por el balcón» y agredió a ambas víctimas.
Seguidamente, en la mañana del 4 de noviembre, la víctima, aprovechando un descuido de los encausados, trató de pedir auxilio a una vecina, y ante los ruegos de ambas para que dejara salir al pequeño, Joaquín agarró a su expareja y le dio « un fuerte guantazo » y le arrastraba por un lado mientras la vecina tiraba de ella para liberarla por lo que el acusado «le espetó 'o la sueltas o la mato'» por lo que tuvo que soltarla y huir.
Esta vecina avisó a los familiares de la víctima los cuales, a través de una tía, se personó en el domicilio de los encausados, lo que hizo que Joaquín «metiera a las dos víctimas en la habitación, cerrando con llave por dentro y obligando a la mujer a meterse dentro del armario », mientras Jairo disimulaba con la familiar con la que recorrió la vivienda «intentando convencerla de que las víctimas no estaban allí». No lo permitió abrir la habitación en cuyo interior estaban encerrados, so pretexto de que era el lugar donde había fallecido su madre y siempre estaba cerrada.
Tras esta visita, los acusados « asustados por ser descubiertos », llevaron a las víctimas al domicilio de la vecina donde ya fueron atendidas.
Noticias relacionadas