TRIBUNALES

Los abuelos sevillanos que llevan dos años sin poder ver a su nieta

Los abuelos de la menor tienen derecho a visitarla una hora cada quince días, pero la Junta tiene recurrida la sentencia

Ana María Fernández y Miguel Ángel Rodríguez junto a su nieta hace dos años Rocío Ruz

María José Morón

La dura batalla en los tribunales de Miguel Ángel Rodríguez y su esposa Ana María Fernández no cesa. Entre recursos y apelaciones, llevan dos años sin ver a su nieta de seis años J.M.B.R. La Junta de Andalucía le retiró el acogimiento familiar que el juzgado de 1ª Instancia 23 ya le concedió en mayo de 2014 por el abandono por parte de su progenitora. El abuelo materno presentó un recurso contra esta resolución en enero de 2015 y el caso aún está en el Supremo .

A esta situación se le suma otra. La niña está en estos momentos en régimen de acogimiento familiar , no en adopción, por lo que, según fuentes jurídicas consultadas por ABC, el Código Civil 160-161 recoge que los abuelos tienen derecho a visitas. Sin embargo, la Junta se opuso también a esto, «pretendían anular todo tipo de contacto alegando que son personas no adecuadas para cuidar de la menor y lo están consiguiendo de momento».

El proceso se llevó a los juzgados y el pleito se ganó el 23 de junio de 2016. La sentencia estimaba favorable la demanda formulada por el procurador y establecía un régimen de relaciones personales consistente en una hora cada quince días.

Una buena noticia para la familia residente en San Jerónimo , pero la práctica fue distinta. «No nos dejan verla ni llamarla, es una injusticia todo lo que nos está sucediendo», declaró entre lágrimas a ABC Miguel Ángel Rodríguez. «Yo estoy con depresión. Cada vez que veo sus fotos me pongo a llorar», afirmó el abuelo.

Visitas tuteladas

El juzgado de 1ª instancia 23 (familia) de Sevilla entendió que la medida de no dejar visitar a la menor, tras la retirada del acogimiento familiar, fue « totalmente desproporcionada », de hecho la Fiscalía se sumó en la defensa, e incluso la propia letrada de la Junta llegó a decir que cederían si las visitas estuvieran tuteladas. Y así ocurrió, según fuentes jurídicas, el tribunal estimó favorable el régimen de visitas tuteladas.

Poco después, la Junta recurrió la sentencia contra ella misma , es decir, los abuelos están pendientes de que la Audiencia Provincial resuelva el recurso que ha presentado la Junta, yendo en contra de su postura en el juicio. A día de hoy, la familia sevillana lleva desde el 21 de abril de 2015 sin ver a la que considera su hija.

Y el caso va para largo, porque entre recursos y apelaciones pueden tardar tres años en resolverse y la niña podría no reconocer a los abuelos en este tiempo. «Los retrasos judiciales le vienen bien a la Junta, porque la niña va creciendo y se va despegando de nosotros», denunció el abuelo.

Postura de la Junta

El informe de la Administración recoge que la menor no se alimentaba bien, que no evolucionaba convenientemente en el colegio o que las condiciones higiénicas del hogar de los abuelos se habían deteriorado. «El informe está lleno de mentiras , mi nieta estaba escolarizada en el colegio concertado Calderón de la Barca donde pagaba todos los meses por el servicio de catering, y tengo un documento en el que se afirma que la niña había mejorado sus notas», como ya explicó Miguel Ángel a este periódico.

La madre era toxicómana y descuidaba a la pequeña, según declaró Miguel Ángel. «La niña dormía en coches, discotecas y en la calle. Estaba desnutrida, con un año y medio pesaba sólo ocho kilos y nosotros la cuidamos como si fuera nuestra hija», prosiguió. «Mi hija intentó vender dos veces a mi nieta por 300 euros», agregó el abuelo.

Desde que les retiraran el acogimiento familiar y antes de este juicio, los abuelos pudieron disfrutar de la niña hasta en tres ocasiones en régimen de visita, pero de nuevo se toparon con la Administración. En las visitas había supervisores e informaron de que «iban mal» . Ana María Fernández no se explica la postura de la Junta: «¿Pero cómo es posible que digan eso cuando mi nieta estaba riéndose y queriendo jugar con nosotros en todo momento?», recalcó.

De hecho en la sentencia del juzgado de familia se recoge que en todo momento estaban presentes las monitoras, «las cuales podían haber ofrecido pautas de cómo llevar a cabo dichas relaciones», según fuentes jurídicas. Es más, en el interrogatorio de las partes se pone de relieve que la menor en todo momento estaba feliz con ellos y que durante el desarrollo de las visitas ningún profesional le llamó la atención.

La abuela no ve el día para ver a su nieta y afirma que su vida en estos dos años no ha sido fácil, es ella la que lleva la unidad familiar para delante: « Mi marido está enfermo y mi hija va al psicólogo y sus notas han bajado. Mi hijo no entiende por qué no puede verla», dice.

Tanto la familia como la Fiscalía se oponen al recurso de apelación de la Junta, «lo que pedimos es que se confirme la sentencia que el juzgado ha dictado y comiencen las visitas. Mientras se resuelve, deberían dejarnos ver a la niña de forma provisional », solicita el abuelo.

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