La saeta que un espontáneo le «robó» a José de la Tomasa y El Lebrijano

La hermandad lo tenía todo previsto para detener a la Macarena en la calle Feria a la altura de la casa del Tomasa, pero un aficionado que estaba en el balcón de al lado aprovechó la circunstancia para colarse e impidió el cante de las figuras

José de la Tomasa, cantando una saeta Raúl Doblado

A.G.R.

Todo estaba previsto para que fuera una saeta histórica. José de la Tomasa había ido por la mañana a la basílica a pedirle al hermano mayor de la Macarena que le pararan el paso en la calle Feria , a la altura de su casa, para cantarle después de cinco años de silencio. Manolo García le agradeció el gesto y lo dispuso todo para que la Virgen se detuviera allí.

Cuando la Virgen llegó al sitio previsto, a eso de las dos y media de la mañana, en el balcón estaba también El Lebrijano , otro genio jondo. «Esto va a ser histórico», se escuchó en la delantera del paso. El Tomasa extendió su mano y exclamó: «Macarena, esta saeta va por la memoria de mis padres» . Y en ese instante comenzó a cantar un aficionado en el balcón de al lado . Aprovechó la parada del paso que la hermandad había organizado para el cantaor y se coló a pesar de que lo había visto todo perfectamente. Diez minutos de saeta soporífera .

El capataz, Antonio Santiago , tuvo que dar orden de seguir para cumplir el horario. Y el espontáneo dejó a los dos monstruos del cante otro año más en silencio.

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