Feria de Abril de Sevilla 2022
Una enfermera en un ‘entorno ruidoso’
Al comité de expertos (¿se acuerdan del comité de expertos?) la Feria le hace esta semana desde el albero la arrogante pregunta: ¿Y er Covid? ¿cuántos contagios ha sumado el Covid?
Feria de Abril de Sevilla 2022: todo lo que hay que saber
El protocolo de la Feria de Abril

La Feria suele ponernos en el espejo de nuestras contradicciones. La innovación este año ha sido el castillete de ventilación superior de las casetas. Este avance de I+D autóctono nos ha permitido asegurar que las casetas están preparadas para el Covid. Y no hay duda, como habrán podido comprobar si han estado en el real de Los Remedios, todas las casetas, sobre todo a la hora de la rumba, están preparadas para el Covid. En la Feria de las restricciones de las invitaciones a las casetas, el bicho no necesita pase, porque pasamos del bicho. El que no pilla aquí el Covid es porque no quiere. Al comité de expertos (¿se acuerdan del comité de expertos?) la Feria la hace esta semana desde el albero la arrogante pregunta: ¿Y er Covid? ¿cuántos contagios ha sumado el Covid?
Ahora dicen que la mejor distancia (de seguridad) es el olvido. Pero aunque queramos olvidar es imposible, porque la Feria es memoria. La mejor camarera que nos ha servido en la caseta es enfermera. Trabaja en un hospital de Jerez. Nos lo confesó con una mirada mezcla de orgullo, resignación y satisfacción cuando la hemos felicitado por saber gestionar tan bien el caos de la hora punta. Y nos ha servido en bandeja el argumento de la noria de la sobremesa que no para de dar vueltas sobre la paradoja. Faltan enfermeras, faltan camareros y faltan sueldos. La Feria es un libro abierto de lo que somos, una permanente incongruencia.
Después, un amigo, tocado por la frustración de la conversación y extasiado ante la belleza del paseo de caballos y la segunda dosis primaveral ha dicho la frase del lamento habitual: «Si esto lo tuvieran en otro sitio...» Y yo le he intentado explicar que es imposible. Esta luz no se vende, solo se disfruta. Por eso este subidón de kilovatios hora solo inflaciona el ánimo. Este caldo irrepetible que cada año nos entona tiene siglos de huesos en cochura que lo hacen irreproducible, exclusivo. Como en esos comercios de los mostradores de caoba desgastada ,en la portada de la Feria debería figurar el lema «No tenemos sucursales».
Mientras aspirábamos a ser la California de Europa -Chaves dijo-, en California Steven Job mordía la manzana. Hoy, un ‘reloj inteligente’ marca de la casa, capaz de contar solito tus pasos y tus pulsaciones, te avisa de que estás en un ‘entorno ruidoso’ cuando comienza a tocar el grupo y baila la casetas sobre una baldosa de madera. Y tú miras al reloj con suficiencia, poniendo en duda su inteligencia. Sabes que nuestro mundo seguirá siendo feliz en sus contradicciones y que la Feria estará a salvo en su bucle infinito mientras el Iwatch no tenga pajolera idea de que eres protagonista de esta bendita locura. Ya quisieran en California estar tan cualificados para vivir. (Cuando sepamos crear y repatir el trabajo no tendremos rival)
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