Feria de Abril de Sevilla 2022

Cuidado, políticos en el real

No hay que olvidar que el origen de la celebración, por la bendita genialidad de Ibarra y Bonaplata, fue una feria de ganado. Qué más suculenta oportunidad para el político que busca terreno ganado entre tanto gentío feliz

Feria de Sevilla 2022: todo lo que hay que saber

Tenemos que replantearnos la Feria

Fernando Rodríguez Villalobos, María Jesús Montero, Javier Fernández y Demetrio Pérez J. M. Serrano
Juan J. Borrero

Juan J. Borrero

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Cualquier Feria pasada fue peor, porque la presente y la futura están por disfrutar. La esencia de la fiesta es su disfrute, pero para ello es preciso que mucha gente trabaje y disfrute a posteriori de la ganancia del esfuerzo, aunque haya cosas que no estén pagadas en siete vidas que tuviéramos.

Cuando mi equipaje era un lápiz y una libreta, recién regresado a la ciudad, me tocó cubrir eso que llamamos en el periódico ‘los bolitos’, una especie de paseo gráfico por lo mejor de cada caseta en el que están todos los que son marcando el son a los que quisieran estar. Sólo hay que formar los grupos e identificar el posado. La tarea parece fácil pero requiere de unas dotes olímpicas de sostenimiento de sonrisa, de estoicismo y comprensión, porque no todos somos iguales ante el escrutinio del objetivo. Lo difícil es gestionar la estrechez de los pies de foto para tanto nombre.

Años después, cuando, degenerando, tuve la responsabilidad de encomendar ese trabajo cada Feria, confieso que el reparto de la tarea me dejaba cargo de conciencia. La crónica de la Feria te puede dar gloria periodística mientras ‘los bolitos’ sólo pueden depararte disgustos. Afortunadamente, tenía a mi cargo a grandes profesionales, con la categoría y el señorío que la misión requiere para que todo saliera como Sevilla merece. Las páginas de ‘los bolitos’ siguen vigentes y resultan de lo más visto cada día en las ediciones digital y de papel. Salir en el ABC en la Feria es un orgullo para el sevillano según una sentencia judicial que ahora no viene a cuento. Esto es rigurosamente cierto.

Con el tiempo, en las páginas de los elegidos comenzaron a colarse cada vez más políticos hasta que hubo que hacer crónica específica de los representantes públicos en el real dado su afán por el objetivo. La hoguera de Wolfe es un rico bombón helado a lado de esa feria de las vanidades que son las recepciones en la caseta del partido. No hay que olvidar que el origen de la celebración, por la bendita genialidad de Ibarra y Bonaplata, fue una feria de ganado. Qué más sugerente oportunidad para el político que buscar terreno ganado entre este gentío feliz.

Este año, por ocurrencia del presidente Juanma Moreno, la Feria marca el inicio de la precampaña a las andaluzas. Normandía es la llegada del crucero de la Torre del Oro al lado del previsible desembarco de egos y siglas. Tengan paciencia con ellos. Y no olviden de que están trabajando para disfrutar a posteriori del esfuerzo realizado. En el fondo vienen a lo que todos, dejarse ver. El problema no es lo que son sino lo que arrastran: asesores inquietos, procuradores de puestos en lista, abogados del diablo, empresarios de la oportunidad, sindicalistas con ácido úrico, agradaores en general, reporteros de colorín y cazatitulares de versos sueltos se arremolinan en torno al líder, hasta que se disuelven a eso de las cinco y media de la tarde con puntualidad de funcionario.

Afortunadamente, hay una Sevilla fiel a la esencia de la Feria que, ajena al paseo de políticos, seguirá esperando en su caseta al fotógrafo del ABC, porque Sevilla es la única protagonista.

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