Calle de la Feria de Abril de Sevilla

Curro Romero

El Faraón de Camas es uno de los quince toreros que forman parte del callejero del Real de la Feria de Sevilla

Feria de Abril de Sevilla 2022: Todo lo que hay que saber

Curro Romero

Jesús Bayort

Curro es la ideosincrasia de la Sevilla taurina; es el paradigma del amor, del que profesó por Andrea López , su madre; Romero es la ilustración del temple, de la reflexión y de la vida. Hace 85 años que nació el último mito en vida que dio Sevilla. 60 primaveras desde que se doctoró como Faraón del toreo .

Si José Álvarez « Juncal » llega a conocer la escultura del icónico desplante al toro Flautino de Gabriel Rojas, hubiera cambiado su mítica frase de «Buenos días, princesa» por un «Buenos días, Curro». Los que entendieron a Romero jamás podrán decir que se sintieron defraudados con él. Fue cristalino y honesto hasta en su adiós, ése que nunca debió ocurrir. El currismo es Patrimonio de la Tauromaquia , único sentimiento profesado por taurinos con jurisprudencia propia: el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dio la razón a un trabajador despedido por una discusión currista reconociendo que «El sentimiento currista es indudable y notoriamente altruista en favor del diestro, arraigado y profundo como el que más, creador de una ilusión permanente, de una esperanza incondicional y de una forma de entender la vida».

Curro soñó con ser torero siendo un adolescente, mientras pastoreaba en los dominios de Queipo de Llano . Desde Gambogaz sintió los oles de la Maestranza que navegaron atravesando el Guadalquivir para despertar suverdadera vocación.

Curro quiso soltar pronto la bicicleta, ésa que utilizaba para llevar los encargos de la farmacia en la que empezó trabajando; Romero soñó con abandonar los cochinos que estuvo dos años cuidando, que le daban mucha más lata que las ovejas ; y el Faraón conoció a los toreros de Camas, triunfó como novillero y en cuanto pudo sacó a su familia de la pequeña casita en la que siempre habían vivido y se los llevó a Los Remedios , a la calle Monte Carmelo.

Antes de aquello, Curro había empezado a ir a los tentaderos que la bicicleta que le dejaban en la farmacia de La Pañoleta , lugar donde precisamente toreó su primera vez. Ahí empezó una despaciosa carrera como novillero que fue escasa en los dos primeros años (1954-55) hasta que empezó a despegar en 1956 dándose a conocer por la región andaluza, y adquiriendo un gran ambiente entre los aficionados de la zona. El 18 de marzo de 1959 le cambiaría la vida: se convirtió en matador de toros en Valencia de la mano de Gregorio Sánchez y en presencia de Jaime Ostos .

Entrar en detalles de su carrera sería una pieza interminable e irrespetuosa con su carrera, porque Curro no entendió jamás de números, sino que era catedrático de los sentimientos . Como los que se vivieron el día de los seis toros de Urquijo , cuando las ocho orejas fueron poca cosa para lo que surgió ese día: nació el currismo. Algo que él siempre comparó con el beticismo: «Un sentimiento de sufridores». Ese día llegó a torear tan bien de capote que fue obligado a dar una vuelta al ruedo antes de coger la muleta...

Curro se marchó del toreo una mañana de octubre del año 2000 . El útilmo genio del toreo del siglo XX se retiró recién había entrado el nuevo milenio. Fue en un festival benéfico en la plaza de carros de La Algaba , del que formó parte junto a Morante de la Puebla , a quien le cedió el testigo de ser « el torero de Sevilla ». Romero no vendió previamente su retirada ni quiso exclusivas estratosféricas, llamó por la radio aquella noche y lo dijo claro: «He estado pensando que ya no toreo más de forma oficial y que sólo actuaré a partir de ahora en algunos festivales». El camero mantuvo su palabra y no ha vuelto jamás a vestirse de torero.

Su carrera consiguió todos los galardones posibles: Medalla de Andalucía, al Mérito de las Bellas Artes, Hijo predilecto de Sevilla , etc. Abrió cinco veces la Puerta del Príncipe , rechazando salir una sexta ocasión, e hizo siete salidas a hombros de Las Ventas . Conoció y disfrutó de lo más grandes representantes de su gran pasión: el flamenco. Camarón y el Turronero le cantaron, y Caracol le pidió un fandango, del que no debió quedar muy conforme: «Curro, tú a torear».

En el plano sentimental, Curro ha tenido dos matrimonios: el primero en 1962 con Concha Piquer , con quien estuvo veinte años de casados; y el segundo con su actual esposa, Carmen Tello . Sus historias y hazañas, como ya ocurriera con Juan Belmonte, se recoge en una magnífica biografía: «Curro Romero, la esencia». Antonio Burgos fue su particular Chaves Nogales. Curro sigue siendo un mito vivo de la tauromaquia. Único torero en vida de los que dan nombre al callejero de la Feria de Sevilla

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