El mantenimiento sale más barato
Grietas y humedades misteriosas
Los arquitectos peritos pueden detectar el origen para acometer las obras precisas
Si tiene en su casa fisuras o humedades que no logra evitar por más obras que haya hecho, es posible que un arquitecto perito pueda identificar el origen del problema para, una vez diagnosticado, solucionarlo definitivamente e, incluso, y esto es lo más importante, aconsejarle para prevenir que en un futuro no vuelva a pasar.
Aparte de comparecer en los juicios para aportar sus testimonios en la fase probatoria, la capacidad y formación de los profesionales se vuelca también en las edificaciones y en los problemas urbanísticos, pero sobre todo, en los inmuebles residenciales.
Débora Serrano García, presidenta de la Agrupación de Arquitectos Peritos y Forenses del Colegio de Arquitectos de Sevilla agrega que también cuentan con los instrumentos de medición idóneos para poder cuantificar el daño o lesión. Así usarán un «pie de rey» para medir el espesor de las fisuras y determinar la gravedad de los daños; un «humidímetro» para cuantificar la humedad sobre una determinada superficie; un «luxómetro» para determinar el nivel de iluminación de un recinto en el plano de trabajo, o una «cámara termográfica» para, a través de los rayos infrarrojos, detectar variaciones térmicas, es decir, humedades, condensaciones, falta de aislamientos o problemas eléctricos.
En dicha agrupación hay técnicos expertos en las diferentes especialidades de la Arquitectura: lesiones en la edificación, mecánica del suelo, cimentaciones y estructuras; instalaciones y eficiencia energética, seguridad y salud en la construcción, tasaciones inmobiliarias, patrimonio arquitectónico o urbanismo y valoraciones.
Son como los «médicos» de la casa en que habitamos que también puede estar «enferma» y advierten que es más económico detectar dónde está el problema y solucionarlo que intervenir en el inmueble sin ton ni son.
Débora Serrano analizó un edificio real destinado a hotel (inmueble con una fuerte carga de mantenimiento) y vio el comparativo, a lo largo de la vida útil del inmueble, entre el coste del edificio si sólo se invertía en él para hacer reparaciones, o si por el contrario, se realizaba un mantenimiento preventivo.
«El resultado —dice— es que cuesta más del triple reparar que mantener». En concreto, su análisis arrojó que el importe anual medio sin mantenimiento llegaba a 217.627,73 euros y con mantenimiento, a 66.685,53. Se preguntará cuánto cuesta que vaya uno de estos arquitectos a su casa.
La respuesta no es sencilla puesto que además de que hay libertad de honorarios, todo depende de la complicación y del problemas que hay que detectar, pero Serrano apunta que el documento más básico con el diagnóstico parte de los 250 euros.