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Ni la Semana Santa ni la Feria se lo ponen fácil a las personas con movillidad reducida en Sevilla
La Carrera Oficial debe tener más plazas para estas personas y las casetas, rampas y aseos adaptados
La ciudad de Sevilla puede convertirse en un auténtico calvario para personas con movillidad reducida o problemas sensoriales, así como para personas mayores o mujeres embarazadas por los múltiples obstáculos que encuentran para desplazarse.
José Conde Oliva, arquitecto técnico y funcionario jubilado de la Junta, que participó en la redacción de la normativa andaluza que regula la accesibilidad, ha denunciado al Ayuntamiento de Sevilla y a la Junta de Andalucía por incumplir la Ley de 1999 de Atención a Personas con Discapacidad en Andalucía y el decreto andaluz de 2009 que regula esa accesibilidad. Ahora sus denuncias ante el Defensor del Pueblo van a obligar al Ayuntamiento a exigir más sillas para minusválidos en la Carrera Oficial o aseos adaptados en las casetas de Feria, entre otras cosas.
Así los bancos en áreas peatonales, como los que están en la Plaza de la Pescadería, la Avenida o la calle Asunción, «deberán tener respaldo y reposabrazos en los extremos», y los bolardos tendrán que ser de un color que contraste con el pavimento. Por lo que respecta a las zanjas, andamiajes, ocupaciones provisionales con escombros o acopios en las aceras, vías públicas e itinerarios peatonales deberán estar señalizados con vallas con una baliza luminosa intermitente durante la noche. También las rejillas de ventilación del metro incumplen la normativa.
La Carrera Oficial
En el caso de la Carrera Oficial de Semana Santa, el Consejo de Cofradías y Hermandades tiene habilitadas 60 plazas para personas que usan sillas de ruedas pero la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha advertido a ese órgano y al Ayuntamiento que para cumplir la normativa debe disponer de 175 sillas.
Por lo que respecta a la Feria, si para cualquier persona sin minusvalía física cruzar una calle del real es toda una aventura, para un discapacitado es un riesgo absoluto, a lo que se suma que casi ninguna caseta tiene rampas de acceso. Además, la mayoría de las casetas no tienen aseos adaptados.
Edificios tan modernos como Metropol Parasol no cumple tampoco con las normativas de accesibilidad. El arquitecto técnico José Conde señala que «carece de un ascensor hasta la terraza del mirador, ya que su última parada está en una planta no pueden acceder al mirador porque tendrían que superar una rampa escalonada».