Venta ambulante
Un ingeniero de Teleco y un estudiante de Derecho venden pañuelos en los semáforos de Sevilla
Hay inmigrantes africanos que no vuelven a casa por Navidad
Católicos, optimistas y con afán de superación. Estos tres africanos que venden pañuelos de papel en los semáforos de la ciudad, llueve o ventee, no vuelven a casa por Navidad e, incluso, llevan años sin ver a sus hijos allí en África a los que mandan el dinero que les queda después de pagar el alquiler. Los conductores ya los consideran parte del entorno y los atienden como pueden pero «la cosa está muy mala» dicen ellos con un acento que no pierden.
«Yo salí de visir del rey Baltasar en la cabalgata de Camas»
Tan mala que antes ganaban al día hasta 20 euros y ahora, en el mejor de los casos, sacan 10. ¿Qué se les pasará por la cabeza cuando ven estas fiestas a las familias enteras de paseo por las calles?
Festus se encoje de hombros y sonrie con los ojos vidriosos. Forma parte ya del paisaje de la avenida Juan Pablo II, del semáforo que permite el giro hacia Tablada cuando se baja del Aljarafe. Tiene 42 años y lleva 7 en Sevilla. En Nigeria dejó a su mujer y a dos gemelos que ya han cumplido los 14 y otro de 10. No los ve desde junio de 2012 porque ni tiene dinero para viajar ni allí «hay interné». Festus estudió Administrativo en su país, pero se da buenas trazas para trabajos de bricolaje «y lo que salga porque yo quiero traer a mi familia a Sevilla».
Mientras tanto, como puede, le manda cada mes unos 50 euros que allí cunden tres veces más, y paga por una habitación de alquiler en un piso de Camas 150 euros.
Esa es su vida: pensar en los suyos, llegar al semáforo a las seis de la madrugada y retirarse a las cuatro de la tarde a descansar y a idear para estos días detalles que da a los automovilistas. En Navidad siempre obsequia con un crisma hecho por él en el que pide la «bendición del Señor a tí y a tu familia».
Aunque no tiene familia, no se le cae la sonrisa de la cara. Howard Jackson está disfrazado de rey mago porque es Navidad pero seguro que lo han visto con otro atuendo acorde con la época y las fiestas que se celebren en la ciudad.
Estudiante de Derecho
Con 35 años lleva 19 en el semáforo de Plaza de Armas. Allí se pasa casi todo el día y de madrugada estudia Derecho por la Uned. Le encanta el Derecho Romano y tiene claro que va a opositar a juez cuando acabe esta carrera a la que dedica sus ahorros pues, aunque sea a distancia, las asignaturas le cuestan 85 euros, 120, 50, y los libros también son caros. A Howard le queda ya muy poco para obtener la nacionalidad española de modo que todo son buenas noticias para este hombre de Liberia con un carácter muy sevillano y participativo.
«Yo salí de visir del rey Baltasar en la cabalgata de Camas. El rey fue Sergio Ramos», relata orgulloso de mostrar su implicación con Sevilla «y el jamón, el queso y la cerveza».
Ingeniero de Telecomunicaciones
Más triste está Ken Ota’s en su semáforo de Marqués de Paradas. Tiene una niña de 13 años que no ve desde hace 8. Vive en Edos State, Nigeria. Su madre murió en el parto y Ken la saca adelante en la distancia. En septiembre le mandó 250 euros para empezar la escuela y así le va enviando dinero para su manutención.
A sus 29 años es ingeniero de Telecomunicaciones y ahora está aquí, en Sevilla, en un piso de alquiler en Los Pajaritos.
«Yo lo que quiero es trabajar porque yo sé también de fontanería, de fotografía e informática pero no hay nada. Nunca pierdo la esperanza», dice Ken.
Ahora en Navidad no hará nada especial. Estará con sus amigos, «que yo tengo muchos amigos» y en casa porque «no me gusta salir de noche».
