Curiosos y periodistas se agolpan en las puertas de la Casa de las Dueñas
Expectación ante el delicadísimo estado de salud de la duquesa de Alba. El Ayuntamiento valla las calles cercanas a Dueñas
![Curiosos y periodistas se agolpan en las puertas de la Casa de las Dueñas](https://s2.abcstatics.com/Media/201411/19/carmen-tello-alba--644x362.jpg)
Con el paso de las horas y ante el delícadimismo estado de salud de la duquesa de Alba, muchos son los curiosos y no menos los periodistas que se concentran a las puertas de la residencia de Cayetana Fitz-James Stuart en Sevilla. Sorprendidos por la cantidad de gente agolpada en el lugar, varios turistas se han parado en la puerta de la Casa de las Dueñas a preguntar qué estaba pasando. Informados de la causa de tanto alboroto, algunos han decidido quedarse y hasta hacerse fotos allí.
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Más allá de la anécdota, la expectación no deja de crecer en Sevilla, donde se espera cualquier salida de la Casa de las Dueñas para ver qué cuentan quienes han estado de visita. Amigos y familiares van entrando con cara seria. Curro Romero y Carmen Tello, las hermanas Cobo, Marta Talegón, sus nietos Carlos Fitz-James Stuart, Cayetana Rivera, Jacobo Fitz-James Stuart... todos han repetido «el paseíllo» entre los que se agolpan en la puerta.
El Ayuntamiento ha vallado la zona para controlar el tránsito de gente
En la calle, el Ayuntamiento ha decidido, en previsión, poner vallas para ordenar un poco la situación, que además, se espera que sea peor según avanzan los días y los acontecimientos.
Por otro lado, muchas son las señoras anónimas que, en grupo, van a curiosear a la zona. Algunas llevan medallitas o estampas religiosas que dejan en la puerta y recogen miembros del personal de la Casa de Alba. Señores mayores, estudiantes y curiosos se han ido acercando también a Dueñas y se confunden con los reporteros a la caza de alguna novedad en el estado de salud de doña Cayetana.
Pero no todos acuden a la puerta de la residencia de los Alba en Sevilla por interés por la Duquesa. En medio de la confusión de curiosos, periodistas y viandantes, alguien le ha robado el ordenador a un cámara de televisión. Mientras, dentro de la Casa de las Dueñas todo parece que sigue en calma, aunque los acontecimientos sigan su curso natural.