Inventa una muleta inteligente que avisa si el paciente la utiliza de forma incorrecta

Antes de trabajar como docente en el Departamento de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla, Gema Chamorro estuvo ejerciendo su especialidad en clínicas. Su experiencia le sirvió para detectar una serie de problemas en personas con lesiones musculo-esqueléticas en algún miembro inferior o que habían sido intervenidas quirúrgicamente y necesitaban utilizar bastones de antebrazo, más conocidos como muletas, para poder caminar descargando parcialmente su peso corporal.

Fue a partir de ahí cuando comenzó a plantearse la necesidad de trabajar en un instrumento de medida de la carga para un correcto control de la marcha de forma que los pacientes no pudieran verse perjudicados en su recuperación por un uso inadecuado del bastón al apoyarse en él. «Hacer un mal empleo de la muleta puede llegar a provocar secuelas irreversibles como el deterioro de los tejidos e, incluso, la necesidad de realizar nuevas intervenciones quirúrgicas», indica.

Tras un periodo de investigación, en el que ha contado con la colaboración de la Cátedra Telefónica y de expertos en Informática e Ingeniería Mecánica, Chamorro ha patentado un sistema de medición de cargas, denominado GCH2, que utiliza una tecnología de comunicación por radiofrecuencia de última generación. «Se trata —explica la profesora— de un bastón compacto, sin cables ni piezas de electrónica o mecánica visibles, que lleva incorporado un sistema que no requiere grandes conocimientos técnicos y es muy fácil de utilizar».

La patente de esta investigadora sevillana permite controlar la carga y autocorregir los errores de los pacientes con una señal acústica o visual que el usuario recibe y que le alertan del uso inadecuado de la muleta para poder tomar conciencia de su error y poderlo subsanar. Constituye, pues, una ayuda para personas con lesiones y para los propios fisioterapeutas a la hora de corregir desalineaciones corporales o asimetría en los pasos, entre otras alteraciones que suelen sufrir pacientes que se ven obligados a emplear muletas. Así, tanto médicos como especialistas en Fisioterapia pueden disponer de protocolos de actuación creados a partir de las investigaciones desarrolladas con este sistema y que indican la carga exacta que el paciente necesita durante la marcha asistida a lo largo de su proceso de recuperación.

El prototipo, que lleva unos tres años usándose y perfeccionándose en laboratorios, está a punto para saltar al mercado. El siguiente paso será encontrar empresas interesadas en la explotación y difusión de esta tecnología para poder implantarla en clínicas de fisioterapia y hospitales. El Secretariado de Transferencia de Conocimiento y Emprendimiento de la Hispalense es el encargado de asesorar y gestionar la protección de estos resultados, así como de negociar los acuerdos de licencia y transferencia a las empresas interesadas en su explotación. «Para mí sería muy satisfactorio poder comprobar la utilidad práctica de mi investigación y contribuir a que los tratamientos en fisioterapia sean más efectivos», concluye Gema Chamorro