Los ficus que Medio Ambiente tiró a la basura tenían 10 metros de copa
Daban cobijo a los pájaros en primavera y verano
![Los ficus que Medio Ambiente tiró a la basura tenían 10 metros de copa](https://s3.abcstatics.com/Media/201411/13/arbol-desaparecido-sevilla--644x362.jpg)
Los ficus que la Consejería de Medio Ambiente tiró a la basura después de arrancarlos del patio de una de las sedes de sus direcciones generales sita en la calle Marqués de Nervión tenían, al menos, 10 metros de copa y además, en primavera y verano, daban cobijo a multitud de pájaros.
Los árboles se hallaban, concretamente, en el recinto donde se ubica la Dirección General de Infraestructuras y Explotación del Agua, en Marqués de Nervión, 40 haciendo esquina con Alejandro Collantes de Terán.
Fuentes de dicha consejería explicaron que los ficus estaban en mal estado y eran de gran porte con troncos de más de doce metros de altura y que las ramas ya se habían desprendido en varias ocasiones con el consiguiente peligro que conlleva dada su envergadura y máxime cuando en la acera de enfrente hay un colegio.
Además, adujeron que las raíces de los árboles se habían empotrado en el muro de contención de dicha sede oficial por lo que esa especie de tapia se había tenido que demoler.
Los vecinos de la zona no dan crédito a la ausencia de esos árboles tan vistosos que han formado parte del escenario de este barrio durante décadas y que echaban en falta desde este verano.
Entre otras ventajas para el medio ambiente, los árboles mitigan el implacable calor que en Sevilla se hace interminable y en el caso de los ficus estudios han demostrado que bajo sus sombras la temperatura ambiente baja hasta 17 grados. Si hablamos de plátano de sombra baja 10 grados, el naranjo quita 12 y el almez, 11.
Son datos científicos que se desprenden de un estudio que hizo la Universidad de Sevilla hace unos años y que defiende el director de la Oficina de Sostenibilidad de la Hispalense, el caterdático de Ecología Manuel Enrique Figueroa Clemente.
El profesor sostiene que los árboles urbanos son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático al ser sumideros de dióxido de carbono