sanidad

«Los médicos se dedican a pedir pruebas y a los enfermos hay que verlos y tocarlos»

Homenaje del departamento de Cirugía de la Universidad de Sevilla a Jesús Loscertales Abril

«Los médicos se dedican a pedir pruebas y a los enfermos hay que verlos y tocarlos» josé galiana

amalia F.Lérida

El catedrático de Cirugía de la Universidad de Sevilla y jefe de servicio de Cirugía General y Torácica del Hospital Virgen Macarena, Jesús Loscertales Abril, se jubila a sus 70 años de edad de la sanidad pública y de la docencia pero sigue operando en la privada, en el Hospital Infanta Luisa de Triana.

El departamento de Cirugía de la Hispalense da mañana un homenaje a este prestigioso cirujano y profesor que aún se siente lúcido para trabajar y dar clases pero en España, lamenta, «se desperdicia la experiencia porque en EE.UU los profesores tienen la posibilidad de jubilarse pero no la obligación y mientras están en condiciones les permiten seguir».

Afirma que aquí se dilapida la experiencia de los 48 años seguidos que se ha dedicado a la docencia y a la cirugía sin ninguna parada.

Se siente muy orgulloso de haber iniciado la cirugía toracoscópica. De haberla iniciado en España, de haber diseñado operaciones nuevas y «haber estado criticado un montón de años por mis colegas españoles que decían que eso no se podía hacer. Me siento orgulloso de haber creado técnicas nuevas y de haber aguantado el chaparrón. Y solo el que se adapta triunfa».

Es un profesor muy peculiar porque suspendía a los alumnos que dejaban una pregunta sin contestar o la respondían mal.

«Así es porque una sola respuesta mal hecha es suficiente para suspender. Hay cuestiones tan elementales como la apendicitis aguda, por ejemplo, que si el día de mañana les llega un enfermo con eso, el médico no le puede decir que no se lo estudió. Cuando uno escoge esta profesión tiene que saberlo todo y más de las asignaturas fundamentales que son la Medicina Interna y la Cirugía. Yo no he aprobado nunca a una persona que haya dejado sin contestar una pregunta. Y las faltas de ortografías tampoco las he pasado por alto», señala Loscertales.

Le aconseja a los jovenes que van a iniciar la carerra de Medicina que estudien y afirma: «Yo oigo eso de la generación mejor preparada de la historia y, no sé en otras profesiones, pero, desde luego, en Medicina, no. Nosotros íbamos al hospital y nos pasábamos allí horas y horas con los enfermos, con los médicos. Ahora el interés que tienen es sacar un papelito al final de la carrera que les faculta para hacer las oposiciones MIR y ya está. Ese es todo el interés que tienen. No estudian los libros ni van a clase. Ahora se dedican a pasarse fotocopias. Además, como está mal visto pasar lista...»

Sobre los médicos modernos opina que «lo único que hace es pedir pruebas y más pruebas y, como se han perfeccionado tanto, algo encuentran, eso está claro. Al final se han gastado un dineral pidiendo pruebas pero no le han tocado ni la barriga al enfermo ni lo han auscultado»

En su opinión «hay que ver al enfermo porque yo no opero radiografías yo opero a enfermos y un enfermos que en la radiografía es operable a lo mejor luego, físicamente, no está en condiciones y viceversa. Tratamos con personas y a las personas hay que conocerlas y tocarlas y auscultarlas y saber cuáles son sus problemas. Hay que gastar tiempo y eso se está perdiendo en detrimento del ejercicio de la medicina y la cirugía».

Dada su trayectoria elementos de juicio tiene los suficientes para valorar la sanidad actual, «que no está como está porque no hay dinero».

«Yo no sé si es que no hay dinero porque cuando había dinero pasaba lo mismo. Lo que no puede ser es que un enfermo aparezca con un cáncer en la consulta con exploraciones de tres meses antes. En ese tiempo la enfermedad ya ha cambiado y puede que no se a ni tratable. Y eso ocurría y ocurre. Cuando dicen que la Sanidad española es la mejor del mundo yo digo que no, que hay buenos profesionales pero la sanidad es muy mala».

Ahora que tiene tiempo Jesus Loscertales va a dedicarle tiempo a su familia «a mi mujer, a pasear por el centro y tomarme una copita» y pensará qué habría sido de su vida si se hubiese dedicado a torear.

«Yo quise ser torero pero me faltó valor y hambre. Al primer revolcón de un novillete lo dejé... Y además, con gran alegría para mi madre y gran disgusto para mi padre».

«Los médicos se dedican a pedir pruebas y a los enfermos hay que verlos y tocarlos»

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