La solicitó en 2008
«Niegan a mi hijo minusválido una pensión de 347 euros»
Un juez da la razón a un joven esquizofrénico y la Junta recurre la sentencia
«¿Por qué tantos miramientos con una persona que no puede desarrollar su vida, y yo en paro con 55 años, y para otras cosas hay tanto gasto inútil?», dice el padre de David Jesús González Terriza, un joven que tiene ahora 27 años pero desde los 21, esto es, desde 2008, está solicitando una pensión no contributiva por invalidez que la Consejería de Salud le ha negado a pesar de que tenía una minusvalía del 65% o mejor dicho un 55% de discapacidad y 10 puntos más por factores sociales complementarios que le son adversos.
Así lo han valorado varios médicos y expertos del SAS «cosa que me llama la atención», dice Amelia Hernández, su abogada, y así lo considera también el magistrado-juez del Juzgado de los Social número 2 de Sevilla en una sentencia dictada el pasado mes de julio.
Aunque la resolución no es firme porque cabe interponer recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), y la Junta ya lo ha hecho, la letrada señala que agotará todas las vías que estén a su alcance si el alto tribunal andaluz le quita la razón.
David Jesús tiene un cuadro de esquizofrenia paranoide con importante clínica alucinatoria y múltiples recaidas, lo que le provoca serias limitaciones para una actividad laboral normal y para desarrollar la vida de cualquier joven de su edad.
Vive en Isla Mayor con sus padres que están en paro. Su madre tiene una ayuda de unos trescientos euros y el padre, Antonio González, de 55 años de edad, también está desempleado, aunque le salió un trabajo de un mes y tuvo la mala suerte de sufrir un accidente laboral.
Amelia Hernández asegura que la pensión de David está en la actualidad en 347 euros mensuales por lo que, si gana el pleito con la Junta, tendría que cobrar «un dineral desde el año 2008 con los intereses».
Antonio, el padre del joven, lamenta que no hayan tenido en cuenta su petición desde el principio, desde que «los peritos, no uno, sino varios, dictaminaron su incapacidad y hayamos tenido que llegar a esto».
«Encima —sigue— un juez nos da la razón y la Junta se niega, ¿qué es lo que quiere la Junta? ¿por qué tantos miramientos con una persona que no puede desarrollar su vida, y yo en paro con 55 años, y para otras cosas hay tanto gasto inútil?