HEMEROTECA
Colección gráfica de ABC: domingo de fútbol televisado en el Pumarejo
Parroquianos ante uno de los primeros televisores, en el bar Bruno, un domingo de verano de la década de los 60
Una escena de la vida cotidiana un domingo cualquiera de verano por la tarde en la década de los 60: los hombres de arremolinan en torno a un televisor que no se ve en la imagen siguiendo presumiblemente un partido de fútbol. Tal es la fotografía rescatada de la Colección gráfica de ABC. En el archivo figura como «Plaza de Pumarejo en verano» .
Es verano. La fecha más probable en que se tomara la fotografía es julio de 1966. El afiche de la derecha en la fachada del bar corresponde a la película «Escándalo en la playa», del director William Asher con Robert Cummings y Dorothy Malone en los papeles protagonistas cuyo título original en inglés era «Beach party», estrenada en 1963. Sin embargo, no llegó a las pantallas sevillanas hasta febrero de 1966 en que se estrena en el cine Apolo. En junio de ese mismo año es posible rastrear su reestreno en el cine Alfarería de Triana, también desaparecido. La imagen debe de corresponder a esa fecha en que la cinta se repusiera en otro cine de barrio más cerca de la Macarena.
Los hombres beben quintos de cerveza de la Cruz del Campo y atienden a la pantalla de un aparato puesto en alto en el exterior del bar Bruno en la plaza del Pumarejo. Las únicas mujeres de la escena, tres a la izquierda de la foto, dirigen una mirada al grupo de hombres arremolinados ante el televisor. La señora de más edad viste de luto, con las medias negras propias de esa etapa, y unas zapatillas parece que de fieltro.
El camarero del establecimiento, con camisa blanca, se asoma desde dentro para seguir la retransmisión televisiva a la que sólo dos personajes -charlando con el periódico entre manos- no prestan atención. El resto está absorto en la emisión.
Se trata del bar Bruno, al que acudían los más pudientes del barrio del Pumarejo, porque tenía tapas de cocina. También servía desayunos como se aprecia en el cartel sobre los toldos: «Café con tostadas 6 pesetas», un desayuno por menos de cuatro céntimos de euros. Las economías domésticas menos afortunadas tenían a mano las tabernas de Serafín y Paco, dos hermanos montañeses, o Casa Umbrete.
Además de los tradicionales reclamos publicitarios de Coca-Cola, el bar ofrecía a su clientela un teléfono público (también con la placa cerámica azul de la época) y despacho de quinielas, señalado con el banderín 1-x-2 de la fachada. En la pared, dos afiches de películas; una se proyectaba en la terraza Andalucía, que era la extensión de verano del cine del mismo nombre en la ronda de Capuchinos.
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