Dirk Jan de Geer, de primer ministro de Holanda a ser considerado un traidor

Dirk/Jan de Geer/Primer ministro de Holanda/Groningen, 14 de diciembre de 1870-Soest, 28 de noviembre de 1960

Como muchos otros políticos conservadores de la época, el primer ministro holandés Dirk Jan de Geer perdió su reputación por mor de su derrotismo frente a la Alemania nazi y, sobre todo, por su papel durante la invasión y ocupación de su país.

Jefe del gobierno en diferentes periodos, en mayo de 1940 ocupaba este cargo para el que sin duda ―y como él mismo reconocía― no estaba preparado. Desbordado por la situación internacional tras el inicio de las hostilidades con Alemania el 10 de mayo de 1940, y en vista de lo dramático de la situación, se dirigió con el resto de su gabinete a Londres, donde se destacó en solitario como partidario de firmar una paz separada con el régimen nazi, en vista del poderío militar alemán, al que consideraba poco menos que invencible. Desautorizado por el resto del gobierno y enfrentado públicamente a la reina Guillermina, partidaria de continuar la lucha en cualesquiera que fuesen las condiciones, fue retirado de su cargo y enviado en misión diplomática a las Indias Orientales Holandesas, pero a mitad de camino abandonó su misión y regresó a Holanda ―ahora ocupada por los nazis― con el permiso y la complicidad de las autoridades alemanas, lo que fue considerado por la reina como un acto de alta traición. A ello hubo de añadir la publicación de un libelo dando instrucciones al pueblo holandés para colaborar y cooperar con las fuerzas invasoras, según De Geer, para evitar, en la medida de lo posible, daños innecesarios en la población civil, si bien fue visto por el Gobierno en el exilio como una llamada al colaboracionismo semi-activo.

Detenido por las autoridades holandesas tras la guerra, en 1945 fue juzgado y declarado culpable de traición y de dejadez de sus funciones siéndole retirados sus títulos y privilegios, tras lo que se retiró de la vida pública.

Archivo Fernández-Xesta.