Historia

El impacto real del desembarco fue amplificado por la propaganda

Historiador explica que, incluso sin que hubiera ocurrido el desembarco en Normandía, la derrota de Alemania era inminente

El impacto real del desembarco fue amplificado por la propaganda ABC

ENRIQUE SERBETO

El historiador belga Alain Collignon, responsable de la biblioteca del Centro de Estudios sobre la Guerra y las Sociedades Contemporáneas (CEGESOMA), una entidad pública dedicada precisamente al análisis de todos los conflictos del Siglo XX en Europa, considera que en el momento del desembarco Alemania ya había perdido inevitablemente la guerra y que la principal utilidad de esta formidable operación fue impedir que la Unión Soviética se apoderase de la victoria sobre Alemania. En Francia y Bélgica, el desembarco costó casi 40.000 víctimas civiles.

—El desembarco español de Alhucemas en 1925 es considerado el principal precedente del de Normandía.

Efectivamente, aquella fue la primera operación de desembarco de estas características y fue estudiada por los aliados. Pero la diferencia es que los oponentes rifeños no tenían ni aviación ni marina. El verdadero precedente del desembarco de Normandía es el intento fracasado de desembarco en Dieppe en agosto de 1942 que se saldó con un fracaso terrible porque no hubo suficiente cobertura aérea.

—Si el desembarco de Normandía en junio de 1944 también hubiera fracasado, ¿habría podido existir una segunda oportunidad?

Es posible, pero el hecho es que los aliados del este, los soviéticos, hubieran seguido avanzando, puede que más lentamente pero sin parar, hasta llegar a Alemania. Si el desembarco hubiese fracasado, Hitler esperaba haber podido dedicar una treintena de divisiones para reforzar el frente oriental y contener la ofensiva soviética que es lo que estaba realmente destruyéndole.

—Entonces, el desembarco reequilibró los dos frentes, pero no fue esencial para el desenlace de la guerra.

Se puede decir así. Alemania iba a ser derrotada por el Ejército Rojoy por la ofensiva aérea aliada, los bombardeos masivos que estaban aplastando su territorio. Es decir, que incluso sin que hubiera habido desembarco, el hecho de que tenía que disponer un tercio de sus fuerzas en lugares periféricos, aumentaba su debilidad en el frente Oriental donde su ejército estaba desgastándose rápidamente. Se puede suponer que el ejército alemán habría podido resistir como mucho hasta el verano del 45.

—Salvo que los americanos hubiesen decidido usar el arma nuclear.

R-Efectivamente la partida habría terminado inmediatamente si los americanos hubiesen decidido usar el arma nuclear. Los alemanes estaban muy retrasados en la conceptualización de su bomba atómica. Se calcula que no hubieran podido tenerla hasta 1947, demasiado tarde.

—Se puede considerar entonces que el desembarco ha sido un acontecimiento bastante mitificado.

Fue una proeza técnica por los gigantescos medios materiales y humanos utilizados para romper la muralla del Atlántico, que también era más débil de lo que decía la propaganda alemana, pero era un obstáculo efectivo de todos modos. El impacto real del desembarco fue amplificado por la propaganda aliada, también para hacerlo valer a los ojos de los soviéticos en términos del posterior reparto de influencias. Y después los americanos también lo ensalzaron durante la guerra fría, como ejemplo de su compromiso con Europa.

—A pesar de que la mayoría de los soldados que participaron eran británicos.

Cierto. La noche del 6 de junio habían desembarcado 73.000 soldados británicos y 21.000 canadienses, en comparación con los 59.000 norteamericanos. Pero nuestra memoria está anclada en un momento en el que el imperio británico estaba en claro declive y el modelo norteamericano estaba cimentando su imagen triunfante.

—El desembarco no fue tampoco un momento fácil para la población civil.

En efecto. Los daños colaterales sobre la población civil en el periodo anterior al desembarco, digamos en la primavera de 1944, fueron muy importantes. Los bombardeos destinados a paralizar la red ferroviaria en Europa Occidental para ralentizar la llegada de suministros a la zona donde se iba a producir el desembarco, produjeron gran número de víctimas. Es cierto que en aquella época los aviones no tenían medios técnicos para lanzar ataques quirúrgicos como ahora, por eso en marzo, abril y mayo del 44, la población civil de Bélgica y Francia fueron muy perjudicadas. Y poco después del desembarco, el frente de Normandía, a partir de la segunda quincena de agosto hubo una nueva ola de bombardeos contra las zonas que se encontraban en la retaguardia alemana, sobre todo en Bélgica, para dificultar tanto su retirada como la llegada de refuerzos.

—Las consecuencias de esos daños colaterales son poco conocidas.

En cifras, unos 30.000 muertos civiles en Francia y unos 7.000 en Bélgica. Después de Alemania, Francia fue el país más bombardeado junto con Italia.

—Tal vez había razones políticas de desconfianza.

La principal causa de la enormidad de los daños colaterales fue la imprecisión, más que la desconfianza hacia los franceses que estaban en la órbita del régimen títere de Vichy y que oficialmente era un socio de los alemanes. Hay que reconocer que los aliados -Churchill era más francófilo que Roosevelt- consideraban formalmente a Francia como un país amigo ocupado. Pero, de todos modos, su economía servía para la maquinaria de guerra alemana y estaban decididos a destruirla también, aunque es cierto que en este caso intentaron limitar los bombardeos masivos, los famosos “carpet bombing”. Eso no sucedió en el caso de Italia, que hasta septiembre de 1943 fue considerado un país enemigo a todos los efectos.

El impacto real del desembarco fue amplificado por la propaganda

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