La plaza Iglesia tendrá un monumento al cargador

La carga isleña sigue avanzando para ocupar un sitio privilegiado dentro de la Semana Santa local y tras el apoyo recibido por la Corporación municipal, para que se inicie el expediente de Bien Inmaterial Cultural de Andalucía, el alcalde de San Fernando, José Loaiza, mostró este martes el modelo del futuro monumento al cargador, una obra del escultor isleño Jesús Vidal.

Se espera que en los próximos días el monumento entre en la fundición y una vez finalizado tendrá su ubicación en la plaza de la Iglesia por ser el punto de entrada de todas las cofradías y hermandades de la Semana Santa isleña en la Carrera Oficial.

Si bien el regidor no quiso desvelar el punto exacto ya que quiere que sea «una sorpresa para su inauguración».

Eso sí será en un lugar «por el que pasan todas las hermandades de la ciudad durante la Semana Santa».

La realización de este monumento surge como iniciativa del equipo de Gobierno como una medida más encaminada al fomento y engrandecimiento de la Semana Santa isleña. Diversos representantes de las cuadrillas de cargadores de la ciudad, como la JCC, estuvieron en la presentación y pudieron comprobar los detalles de una escultura que pretende representar el sentir de los cargadores.

Según indicó el propio Jesús Vidal, el monumento representa a un niño de unos 12 años vestido a la usanza de los antiguos cargadores de la ciudad, aunque el detalle del botijo es un poco más moderno. Las alpargatas, el suelo de adoquín o la almohada son otros de los elementos que lo hacen característico.

El monumento contará con una inscripción en el suelo: «Del palo al cielo. ¿Cómo estamos?/ Cuando quieras, ¡toca! Salineros, mariscadores, marineros y cantaores… me hicieron cargador de La Isla. Quiero amarrar mi ‘armoá’ a mi palo, y con mis alpargatas nuevas y mis cuerdas con sus nudos marineros apretar mis anhelos a tus andás. En un Candray nos legaron una tradición, en la que empeñamos nuestra vida y nuestro sentir para seguir los pasos de nuestros abuelos, de nuestros padres, ¡de nuestros maestros! Con ellos en la plegaria que brota del corazón y de los labios ¡quiero acercarme al misterio de la fe! Que me enseñaron que va de lo humano a lo divino. ¡Dejadme amarrar al palo y elevar mis devociones al cielo ¡fondo por igual!».