Los apartamentos de Bahía Sur dejan de ser turísticos

La Junta de Andalucía ha tomado la determinación de cancelar de la inscripción del Registro de Turismo de Andalucía a los apartamentos turísticos de Bahía Sur. Una resolución que actualmente se encuentra recurrida y que por lo tanto no es firme, al menos de momento.

Aunque en la documentación remitida por la Administración regional se deja claro que este equipamiento incumple los baremos necesarios y legales para que puedan mantener tal categoría. Por tanto, una vez que sea firme, no podrán ser alquilados para periodos vacacionales.

Por lo tanto la ciudad está a punto de perder otras 328 camas, si bien es una cifra irreal y es el motivo por el que se pretende retirar a estos apartamentos del registro.

Y es que es indispensable que la totalidad, o al menos el 90%, de la unidad de alojamientos esté en manos de la gestión de un único titular, algo que no ocurre en Bahía Sur.

Complejos Bahía Sur, que es la empresa que tiene la mayoría de la propiedad de los inmuebles, asegura tener en septiembre de 2014 tan solo 154 de las 328 unidades que comprenden el equipamiento. Y el problema es más grave porque de esas 328 resultan que aproximadamente unas 40 se ha certificado que no están siendo utilizadas como apartamentos turísticos, sino como primeras y segundas residencias, a pesar de estar en un suelo de uso terciario, es decir destinado al uso turístico.

La empresa tuvo cuatro años para solucionar este problema, al disgregarse la titularidad de las propiedades, pero pasado este tiempo no ha sido capaz de conseguirlo, motivo por el que ya se ha dado el último paso para retirar el inmueble del registro turístico.

Y todo ello cuando ha dejado de ser un problema legal para convertirse en un uno social, pues existen familias que viven en un lugar en le que el reglamento urbanístico no lo permite y que han pagado por ello.

De hecho aún se anuncian la venta de inmuebles y el alquiler con fines residenciales. Todo ello dentro de un complejo que se encuentra entre los negocios de Oleguer Pujol, el hijo de Jordi Pujol, que fue el que inició la venta de las unidades a distintos inversores, que vieron más el complejo con más posibilidades de segunda residencia que como un apartamento turístico. Con el paso de los años todo se ha ido complicando.