De pesadilla a una lucha continua

Todos son conscientes de que ya no van a tener su piso. Hay quien además se ha resignado y ha decidido abandonar la batalla para recuperar su dinero. Pero también hay un grupo que la pesadilla que significó la promoción de viviendas Cala del Sol de Aifos, no les ha quitado las ganas de luchar por conseguir lo que consideran que es justo.

En algunos casos se dieron hasta 100.000 euros, aunque la mayoría rondaba entre los 40.000 y 60.000 euros. Todo ello por unas viviendas cuya llave deberían de haber recogido en el año 2007. Siete años después se está comercializando el segundo bloque, sin que se haya respetado las cantidades que dieron. En total unos 300 afectados, aunque menos de un centenar sigue imponiendo litigios.

En este caso han ido contra las entidades bancarias y mantienen abierto un proceso judicial en el que piden responsabilidad a los bancos por no contar con aval bancario, lo que hizo que el dinero que daban los propietarios se lo comiera la promotora sin más. Paradójicamente son las entidades las que se han quedado con los dos bloques y han invertido para finalizar su construcción y posteriormente venderlos.

Todo ello una vez que se lo adjudicaron por proceso de subasta dentro de la liquidación de bienes realizada a la empresa para solventar el concurso de acreedores. Otros proceso en el que se encuentran inmersos los afectados de Aifos, con la esperanza de ver algo de dinero, puesto que por delante de ellos tienen a Hacienda, diferentes administraciones, bancos, empresas, trabajadores.

Ya se ha finalizado esa liquidación y esperan conocer pronto si pueden recuperar aunque sea parte de ese dinero.

Una promoción que iba a ser exponente del lujo, unos pisos que costaban unos 250.000 euros y que ahora se pueden conseguir por unos 80.000 euros. Una construcción que se ha convertido en el mayor exponente de la crisis del ladrillo y cómo han sido los compradores los más perjudicados.

Y es que hay casos en los que el esfuerzo realizado hipotecó a familias que pusieron en riesgo otros bienes y perdieron mucho más que una ilusión. Hay quien aún no ha perdido la esperanza para que se haga Justicia y lucha por ello.