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Un ciclista coge por la carretera en vez de hacer uso de los carriles bicis en el tramo que recorre la Avenida Al Andalus y que va hacia Hornos Púnicos.
INFRAESTRUCTURAS

No es carril para bicis

La vía creada para los ciclistas continúa sin tener regulación y sin consolidarse a pesar de la apuesta que se hizo como alternativa sostenible

CARLOS CHERBUY
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El carril bici en San Fernando no se ha librado de la polémica ni en su gestación. Desde la planificación de los tramos hasta la ejecución de la obra y, cómo no, la normativa que regula el paso de ciclistas, peatones y vehículos por la ciudad. Cada paso que se ha dado ha estado acompañado por críticas y a pesar del tiempo transcurrido, comenzó a ejecutarse en el año 2009, aún son muchas las dudas que existen con respecto a este proyecto, que tampoco termina de consolidarse como alternativa de movilidad sostenible.El recorrido, la inversión, el mantenimiento y la normativa son puntos que no consiguen cerrarse y de hecho a pesar de los anuncios y del tiempo continúa sin tener regulación. Incluso hay tramos que han modificado su aspecto, perdiendo el color verde con el que se pretendía vincular para que se identificara de forma inmediata por peatones y conductores. La nueva ordenanza del carril bici fue aprobada de manera inicial en pleno e incluso inició su periodo de alegaciones. Eso fue en marzo de 2012, pero a noviembre de 2014 el proceso no se ha culminado. Uno de los motivos de su retraso se achacó a los cambios en la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, para comprobar si se debían de hacer correcciones al texto.Y las hay aunque sus principales novedades se centran en la utilización del casco, que será obligatorio en el caso de menores de 16 años. De no llevarlo se podrá imponer una multa a los tutores de unos 200 euros. Aunque no sería la única infracción que se debería de hacer frente al usar este vehículo en la ciudad o al invadir los carriles destinados para su uso. Según el borrador de la ordenanza, se considera una infracción leve que transiten los peatones «de manera continuada por las vías para ciclistas debidamente señalizadas» y se estipula una multa de hasta 100 euros. Los ciclistas también podrán ser sancionados si cogen con su bicicleta por una vía peatonal, lo que se considera como infracción grave y por lo tanto la multa ascendería hasta los 200 euros. Aquí el problema radicaría en la calle Real. En esta vía semipeatonalizada el espacio reservado para las bicicletas es la plataforma tranviaria. De momento, no pasa por ahí ningún tranvía, pero cuando lo haga tendrán que compartir el espacio y convivir con ellos.En el caso de infracciones muy graves, como circular con vehículo a motor por estas vías, la multa puede llegar hasta los 500 euros. Pero aún no es oficial ya que siguen sin atenderse a las alegaciones presentadas por colectivos y grupos políticos, paso previo para poner en marcha esta normativa. IncumplimientosY todo ello cuando sigue habiendo tramos que son muy discutidos en cuanto al recorrido o zonas que no se encuentran bien señalizadas. De hecho, la adjudicataria de la actuación tuvo que repintar varios puntos que habían perdido el color que acota el paso para las bicicletas. Una actuación que costó 1,5 millones de euros y que se sigue sin saber si se ha recepcionado o no. En el pleno del 28 de enero de 2012 se acordó por unanimidad de todos los partidos políticos la constitución de una Comisión de Seguimiento del Plan Director de transporte en Bicicleta, compuesta entre otros por un miembro de cada grupo político del Ayuntamiento y un representante de cada colectivo con representación en el que Consejo de Participación Ciudadana, a fin de verificar el estado de ejecución de las obras de los carriles bici. Esta comisión finalmente no se creó. Y todo ello cuando el recorrido presenta graves problemas de mantenimiento, con tramos que están completamente borrados. Falta señalización y aparcamientos para las bicicletas.Todo ello cuando hay zonas que sí han conseguido convertirse en un lugar de paso habitual de ciclistas (sobre todo en la periferia), pero otras no, lo que vuelve a generar dudas sobre la inversión realizada.