La última vez que se suspendieron los Sanfermines

Las fiestas se interrumpieron por el asesinato de Miguel Ángel Blanco el 12 de julio de 1997

La gente ató sus pañuelos a la puerta del Ayuntamiento en señal de dolor por el asesinato de Miguel Ángel Blanco EFE

PABLO OJER

En el último siglo, los Sanfermines tan sólo se han suspendido en tres ocasiones. Este miércoles se cumplen los 20 años de la última vez que fueron suspendidos, el 12 de julio de 1997.

La primera vez que Pamplona se quedó sin Sanfermines fue en los años 1937 y 1938 debido a la Guerra Civil . Los anteriores, los de 1936 se libraron tan sólo por unas pocas horas, ya que finalizaron menos de tres días antes de que Franco iniciara el levantamiento en Canarias y cuatro días antes de que el general Mola lo comenzara en la Península desde Pamplona.

El 11 de julio de 1978 se volvieron a suspender por los graves incidentes producidos a raíz de la muerte de Germán Rodríguez el 8 de julio de ese año. La irrupción de la Policía Armada en la plaza de toros provocó una ola de disturbios en los que, incluso, se emplearon armas de fuego.

El 10 de julio de 1997 nada hacía presagiar lo que sucedería posteriormente. Incluso la tensión política se había reducido con la liberación, 6 días antes del Chupinazo, de los secuestrados Cosme Delclaux y José Antonio Ortega Lara . Las fiestas de San Fermín transcurrían en un ambiente alegre, festivo, desinhibido.

Sanfermines sin sonrisas

Pero las noticias que llegaron aquella tarde cambiaron por completo la sonrisa de los Sanfermines. El Gobierno disponía de 48 horas para traer a los presos si quería evitar la muerte de Miguel Ángel Blanco . Fue un asesinato a cámara muy muy lenta.

La primera reacción de pamploneses y visitantes fue de shock . Los fuegos artificiales de aquella noche fueron igual de maravillosos que siempre. Pero faltaron los ‘aaahhh’ y ‘ooohhh’ de los asistentes. La gente tenía la cabeza en otro lugar, en Ermua.

La corrida de toros se suspendió aquel 12 de julio EFE

Una vez despertados del shock, los ciudadanos comenzaron a movilizarse. Una concentración convocada por la Federación Española de Provincias y Municipios para las 13 horas del 11 de julio congregó a miles de personas frente al Palacio de Navarra , sede del Gobierno foral. Por la calle no se comentaba quién toreaba esa tarde o qué tal había transcurrido el encierro de la mañana. Con la ausencia de Herri Batasuna, el Ayuntamiento de Pamplona decidió suspender los actos institucionales de Sanfermines.

Al día siguiente, el fatídico 12 de julio de 1997, Gesto por la Paz convocó una vigilia para el mediodía que reunió a miles de personas en la plaza del Castillo , corazón de la fiesta, para vivir en solidaridad las tres horas previas a la hora marcada por los asesinos. A esa misma hora, millones de españoles salían a la calle en todas las ciudades del país para exigir a los terroristas la libertad de Miguel Ángel Blanco.

Como todas las que convocaba de Gesto por la Paz, fue una concentración silenciosa , la más larga en la historia de la organización pacifista. A las 14 horas se colocó el lazo azul en el quiosco de la Plaza del Castillo y se elevó un gran lazo con la ayuda de unos globos. A pesar del intenso calor de aquel día, nada movió a miles de pamploneses. Con esa fuerza solidaria era imposible que ETA cumpliera sus amenazas.

Pero las cumplió. Y cuando los asistentes a aquella vigilia regresaban a sus casas se enteraban de la aparición de una persona herida de suma gravedad en un monte de Lasarte. Se trataba de Miguel Ángel Blanco, que fallecería unas horas después.

De inmediato se reunió nuevamente el Ayuntamiento, y cientos de personas les acompañaban desde el exterior de la Casa Consistorial pidiendo la suspensión de los Sanfermines . Cerca de las 20:30 horas, el alcalde de Pamplona, Javier Chorraut, salía al balcón municipal para anunciar a los ciudadanos que los Sanfermines quedaban suspendidos hasta el día siguiente.

Incidentes

Los Sanfermines habían perdido buena parte de su sentido, por lo que un grupo de chavales y chavalas decidió quitarse el pañuelico y atarlo en la puerta del Ayuntamiento a modo de homenaje a Miguel Ángel Blanco. Cientos de personas imitaron aquella acción hasta cubrir por completo la entrada al Consistorio.

Enfrentamientos en Pamplona EFE

Aquello dolió a los radicales y no se anduvieron con chiquitas. Entrada ya la noche, los quemaron . Incluso utilizaron cócteles molotov. Y la explosión de las bombas incendiarias alertó a cientos de jóvenes que se encontraban en el Casco Antiguo y acudieron a protestar a la sede de Herri Batasuna , situada en la misma Plaza Consistorial. La Policía Nacional tuvo que acudir para proteger las oficinas de los abertzales. Los incidentes no se quedaron ahí. A lo largo de toda la noche y hasta bien amanecido se repitieron los enfrentamientos entre grupos abertzales y grupos indignados por el cruel asesinato.

Los Sanfermines se reanudaron aquel 13 de julio, pero ya no volvieron a ser los Sanfermines de 1997.

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