El sitio de los descuidos en Sanfermines
A falta de pocas horas para que acaben las fiestas, por la Oficina de Objetos Perdidos de Pamplona ya han pasado más de 900 elementos
![La oficina de objetos perdidos de Pamplona](https://s2.abcstatics.com/media/ciencia/2016/08/01/objetos-perdidos1-kxzE--620x349@abc.jpg)
En Pamplona, durante los Sanfermines, es seguro perder la vergüenza, es altamente probable perder el dinero (se evapora sin que uno se dé cuenta) y es frecuente perder la dignidad. Algunos van un paso más allá y pierden la cartera, el teléfono móvil e incluso las llaves de casa o del coche. Y hay quien puestos a perder, ha habido años que se ha olvidado de la dentadura postiza o del búho que le acompañaba en el trasiego festivo.
La Oficina de Objetos Perdidos, que la Policía Municipal de Pamplona refuerza durante estos días, suele ser el lugar final de estos olvidos. A falta de unas horas para que acaben los Sanfermines, unos 900 objetos de toda índole ya han sido registrados en dependencias policiales . Y ello sin contabilizar las llaves, que se amontonan en dos cajones llenos a rebosar. Hay que tener en cuenta dos cosas: la primera es que en la semana de Sanfermines se acumulan tantos objetos perdidos como en cualquier mes del resto del año; la segunda es que no todos los que pasan por la oficina encuentran lo que buscan y, de hecho, son casi tantos los objetos perdidos como las personas (751) que se han acercado hasta dependencias policiales y se han ido de vacío.
Por otro lado, no todo lo que llega es porque se ha perdido. Como dicen en la oficina policial, a Pamplona «vienen las bandas organizadas para robar en Sanfermines». Las carteras son lo que más mangan los delincuentes. Los diversos cuerpos policiales han encontrado hasta la fecha más de 250, el 95 por ciento de ellas con la documentación intacta, incluso con las tarjetas de crédito, pero limpias de dinero. Después de las carteras, lo que más hay en la Oficina de Objetos Perdidos son teléfonos móviles que, como es obvio, no son robados, sino que su propietario olvidó en algún momento.
Las cosas se pierden, dicen en la oficina, debido a las multitudes y al alcohol. Así, en Sanfermines, los “mejores” días para que desaparezca un objeto son el fin de semana y la noche del 13 al 14 de julio . En el primer caso, la aglomeración de gente provoca que los objetos perdidos se incrementen un 50 por ciento respecto a cualquier otro día. En el segundo caso, los protagonistas tienden a ser franceses, ya que el 14 de julio es festivo en su país y, por lo general, acostumbran a beber “bastante mal”.
«Hay mucha gente, sobre todo franceses, que viene hasta aquí y dice que no sabe dónde ha dejado el coche. Además, están solos, les han robado o han perdido el bolso, no tienen móvil y no pueden contactar con sus amigos, y encima no hablan español…» ¿Cuál es la solución? «A través de internet, buscamos su compañía de seguros para que se ponga en contacto con un concesionario y se les facilite una llave, pero si tampoco se acuerdan de dónde han dejado el coche… hace unos días, hubo un chico con el que estuvimos mirando el Google Maps para ver si le sonaban las calles…», relatan con simpatía en dependencias policiales.
Entre el 5 y el 15 de julio, la Oficina de Objetos Perdidos está abierta las 24 horas del día (el resto de año solo abre en horario de mañana, de 08.30 a 14.30 horas). En ella trabajan ocho personas (tres por la mañana, tres por la tarde y dos por la noche pese a que durante el horario nocturno es cuando más cosas se pierden), que son contratadas por el Ayuntamiento de Pamplona para los Sanfermines y que saben defenderse en cuatro idiomas: castellano, euskera, inglés y francés.
Estos empleados archivan en un programa informático todos los objetos que llegan, salvo las llaves. En el caso de la documentación, si al finalizar la jornada la persona que la ha perdido no ha venido a recogerla, desde la oficina envían una carta a su domicilio para avisarle de que la tienen. Eso si son españoles. Si son franceses, la documentación se remite al consulado que este país tiene en Bilbao. Y con el resto de extranjeros, se manda a la embajada de turno en Madrid. Por cierto que después de los franceses, los extranjeros más prolíficos a la hora de perder objetos son los australianos y los estadounidenses.
Este año lo más raro que ha llegado a dependencias policiales es una cámara GoPro , que se encontró en el recorrido del encierro (al estar prohibido correr con un objeto de este tipo, lo más probable es que su autor la tirara antes de ser multado), y una maleta con tres vestidos de faralaes olvidada en un taxi. Se desconoce si a sus propietarias aún les duraba la resaca de la feria de abril de Sevilla o es que se habían equivocado de ciudad. A tiempo están de recoger los vestidos.
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