Los encierros de San Fermín estuvieron prohibidos, en teoría, hasta el año 1962
Mil argucias «costumbre contra legem» permitieron su celebración desde la Edad Media
No son pocos, por no decir la mayoría, los ciudadanos que consideran que durante Sanfermines Pamplona es una ciudad sin ley , que el caos inunda todos los rincones de la capital navarra y que han adquirido la fama que tienen porque cada uno puede hacer lo que le venga en gana.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Pamplona, la Universidad Pública de Navarra y Thomson Reuters Aranzadi han coeditado un libro que demuestra que las fiestas de San Fermín son posiblemente una de las celebraciones más reguladas de cuantas se dan en España. « Los Sanfermines son un desorden muy ordenado », afirmaba en la presentación del libro la directora de contenidos de Thomson Reuters Aranzadi, Amalia Iraburu.
Incluso, la que para muchos es la carrera más salvaje y caótica, el encierro encuentra regulación por todas partes. El director del libro y decano de la facultad de Derecho de la UPNA, José Francisco Alenza , recuerda en sus páginas que «el acto más representativo de los Sanfermines, el encierro, surge de la costumbre ‘costumbre contra legem’ por la que se incumplía uno y otro año la expresa prohibición de correr delante de los toros. Finalmente la prohibición se suprimió en el siglo XVII y dos siglos más tarde se aprobó la primera regulación del encierro en un Bando municipal de 1 de julio de 1867».
Solo bandos municipales
Pero la supresión de tal prohibición es relativa. Simplemente el encierro pasó a considerarse como una parte de la corrida de toros, la conducción de las reses a los corrales de la plaza. El doctor en Derecho Miguel Izu, explica que los bandos y disposiciones posteriores a 1867 « conviven con la prohibición de correr toros por las calles . El encierro de Pamplona se sigue celebrando pese a tal prohibición porque siempre se consideró oficialmente que se trataba de conducir a las reses hasta la plaza de toros, pese a que a lo largo del siglo XX se va incrementando su carácter de espectáculo en sí mismo y participan cada vez más corredores, con el tiempo la mayoría foráneos». «El reglamento de 1962 por primera vez renuncia a esa tan antigua como inútil prohibición y permite expresamente la celebración del encierro de Pamplona», afirma Izu.
De hecho, aunque pueda resultar sorprendente, n o es hasta hace dos años cuando se aprobó la primer ordenanza municipal del encierro , según explica el letrado del Ayuntamiento de Pamplona, Víctor Sarasa. Según este autor, esta ordenanza surge «por la preocupación manifestada por multitud de personas y colectivos por el desarrollo que van teniendo los encierros en los últimos años, con notabilísima importancia del montón ocurrido a la entrada de la plaza de toros el 13 de julio de 2013».