CARDIOLOGÍA

«El desfibrilador, mi seguro de vida»

Los desfibriladores reciben una señal eléctrica continua con información del ritmo cardiaco del paciente y cuando es necesario, por una arritmia, producen una descarga de forma automática

Rodrigo Muñoz Beltrán

R. I.

Ángel, además de vivir con una cardiopatía congénita, descubrió hace años que también padecía arritmias. Lo descubrió su cardiólogo quien le recomendó la implantación de un desfibrilador automático implantable (DAI), un aparato que controla el ritmo cardíaco e impide que este músculo deje de latir y cause la muerte súbita al paciente. La muerte súbita sigue siendo frecuente: se estima una incidencia en Europa, similar a la de EE.UU., de 350.000 episodios anuales. La causa principal del 75-80% de los casos es la arritmia más letal que puede darse en el corazón, la fibrilación ventricular. Gracias a este sofisticado aparatito, su seguro de vida, Ángel puede llevar una vida normal.

¿Cómo funcionan?

Los desfibriladores reciben una señal eléctrica continua con información del ritmo cardiaco del paciente y cuando es necesario, por una arritmia, producen una descarga de forma automática. Pero administrar un choque eléctrico sobre el corazón no es inocuo y además es doloroso, aunque en el caso de Ángel apenas se dio cuenta.

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