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La importancia del anisakis. Qué es y cómo evitarlo
Los profesionales del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz inciden en la tomar precauciones a la hora de consumir alimentos en casa y fuera de ella
Todas las comunidades autónomas españolas han salido ya de la Fase 0 de la desescalada del nuevo coronavirus Covid-19. Esto significa que ciudadanos de todo el país pueden acceder a restaurantes y cafeterías, con restricciones de aforo, para disfrutar de una comida o un tapeo fuera de casa . Sin embargo, en este proceso hacia la «nueva normalidad» hay que tener precauciones a la hora de consumir alimentos .
Los expertos Mónica Donado Nortes, Antonio Maraví San Martín y Agustín Orovitg Cardona de la unidad especializada en alergología del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz ofrecen una serie de recomendaciones para discernir los síntomas. explican la importancia de prevenir una enfermedad parasitaria causada por nematodos -gusanos- que se adhieren a la pared del esófago, el estómago o el intestino: el anisakis .
Se trata de un parásito que se hospeda en sus estadios larvarios en numerosos pescados y cefalópodos marinos. La ingestión por parte del ser humano de estos animales contaminados por larvas de anisakis, puede dar lugar a varios tipos de reacciones: la anisakiasis y la alergia a anisakis .
La primera es la infestación que se produce cuando el parásito llega a la mucosa gastrointestinal y suele presentarse con problemas digestivos (dolor abdominal, náuseas y vómitos). La segunda es una reacción alérgica mediada por IgE que se da en personas que se hayan sensibilizado a proteínas de este parásito. Los síntomas en el caso de alergia, van desde la urticaria y angiodema al shock anafiláctico . Suelen aparecer varias horas después de la ingesta del pescado contaminado. También pueden darse cuadros mixtos , llamados anisakiasis gastro-alérgica, con síntomas del aparato digestivo y síntomas alérgicos.
En España, al ser uno de los países que más pescado consume, las reacciones derivadas por la ingesta de anisakis son frecuentes. Hasta el 40% de algunas especies de pescado puede estar contaminado por anisakis, con un porcentaje de parasitación superior al 80% en pescados de importancia comercial como la merluza o la bacaladilla. El consumo de pescado crudo o poco cocinado incrementa el riesgo de padecer esta alergia, de ahí que la prevalencia en países como Japón, sea aún mayor.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico lo realiza el alergólogo en base a la historia clínica , las pruebas cutáneas con la técnica prick y las pruebas serológicas (IgE específica e IgE total). Es necesario además descartar, entre otros, una alergia al pescado consumido.
Tratamiento y medidas preventivas
La normativa actual vigente en nuestro país para la prevención de la anisakiasis establece que los productos de pesca destinados para el consumo, deben ser congelados a -20ºC durante un periodo mínimo de 24 horas , o sometidos a un tratamiento térmico de una temperatura interior mínima de 60 grados durante, al menos, un minuto. Pero es importante advertir que estas medidas no son siempre eficaces para evitar las reacciones alérgicas a dicho parásito.
En el caso de una reacción alérgica, el tratamiento es el mismo que el de cualquier otra reacción de este tipo. En función de los síntomas, puede tratarse con antihistamínicos y corticoides o ser necesaria la adrenalina . Para evitar futuras reacciones, la opción más prudente en casos de reacciones muy graves es evitar pescados marinos y cefalópodos (calamares, sepias, pulpo). Los pescados de río, como la trucha; los moluscos bivalvos, como almejas, ostras, mejillones, berberechos, etc; y los crustáceos, son seguros. También ha resultado ser seguro el salmón de piscifactoría. Además, se debe llevar consigo el tratamiento de adrenalina si se come fuera del domicilio.
Recomendaciones
En casos no muy graves , se pueden seguir las siguientes recomendaciones prácticas:
Consumir sólo pescado marino congelado (durante 1 semana y al menos a -20º). Cocinar el pescado convenientemente, evitando el consumo de pescado crudo o poco cocinado como: boquerones en vinagre, pescado a la plancha, microondas, horneado a menos de 60º, ahumados, salazones y escabeches. Abstenerse de comidas que contengan pescado fuera del domicilio. Evitar las especies de pescado más parasitadas y los pescados pequeños, con objeto de no ingerir la musculatura adyacente a la región abdominal de pescados marinos (merluza, bacaladilla, bacalao, locha, anchoas, salmonetes, etc.). Ingerir, previa inspección visual, la parte de la cola de pescados con menos presencia de parásitos (atún, bonito, caballa, gallo). Así como reconocer el parásito y retirarlo para no ingerirlo, en caso de encontrárselo en el pescado.
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