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¿Cuándo hay que acudir con los niños al pediatra de Urgencias?
Los expertos de pediatría del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz dan las claves a los padres con hijos pequeños para hacer un buen uso de los Servicios de Urgencias
En las edades más tempranas, los niños corren el riesgo de sufrir diversas enfermedades, así como tropiezos y caídas a medida que van creciendo y aumentando su curiosidad. La mayoría de las veces, no hay nada de qué preocuparse, pero siempre es útil saber cuándo y dónde puedes encontrar atención pediátrica urgente . En este sentido, la unidad de pediatría del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, encabezada por el doctor Fernando Ferreira, da claves a los padres para realizar un buen uso de los Servicios de Urgencias .
Y es que, cada vez con más frecuencias, esta zona destinada a los problemas de salud más graves y urgentes se encuentra saturada por patologías banales que pueden esperar a tener cita reglada con un pediatra en el plazo de 24-48 horas. Este hecho se debe a que la mayoría de personas se ha acostumbrado a recibir una atención inmediata ante cualquier signo o síntoma de infección, ya sea en niños o en adultos, lo que ha llevado a que, cada vez con menos frecuencia, enfermos o familiares se dejen de apoyar en el sentido común .
La labor del pediatra es, entre otras, educar en Salud a la población y, así, dar a los usuarios las herramientas necesarias para controlar la mayoría de las patologías de la infancia en casa y acudir a consulta reglada si persisten los síntomas o identificar los signos de alarma por los que sí se debe acudir a Urgencias. En este caso, los pediatras indican que existen una serie de síntomas, llamados por los doctores «Red Flag Sympoms» , que equivalen a signos de alertas por los que está más que justificada la visita a Urgencias en función de la patología que presente el pequeño. Se presentan los tres más frecuentes :
Los procesos febriles
Los expertos indican que, ante todo, hay que conocer que para los pequeños la fiebre está considerada por encima de los 38 grados centígrados . Este síntoma puede estar acompañado de cualquier proceso infeccioso y suelen durar entre cuatro y cinco días. Los primeros días, la fiebre puede ser más persistente incluso sin llegar a desaparecer a pesar administrar un tratamiento antitérmico.
En este sentido, los pediatras apuntan a que es muy habitual que la fiebre no baje de 38 grados y pueda subir, así como es frecuente que sea necesario administrar antitérmicos cada cuatro horas . Por tanto, se puede llegar a controlar en casa hasta que un pediatra pueda dar una cita reglada al menor.
Los signos de alerta que con fiebre que obligan a acudir a Urgencias son, por ejemplo, las petequias , pequeñas pintitas de color rojo que aparecen en la piel y que no desaparecen cuando intentas estirar la piel circundante, los vómitos continuos , en este caso más de 5 ó 6 vómitos en un periodo de tiempo corto de menos de 8 horas o un decaimiento exagerado mantenido en el tiempo a pesar de no tener fiebre.
Los vómitos y las diarreas
El riesgo de cualquier patología que debute con vómitos y diarreas es la deshidratación . En este caso habría que acudir a los Servicios de Urgencias siempre que los vómitos sean «incoercibles» , es decir, todo lo que entra, a pesar de ser pequeñas cantidades, vuelve a salir inmediatamente tras ingerirlo. Así como cuando el pequeño experimenta deposiciones muy frecuentes , más de 10 ó 12, muy abundantes y en corto espacio de tiempo. Asimismo, otra alerta serían los signos de deshidratación , como el decaimiento excesivo, la ausencia de lágrimas, ojos hundidos o lengua seca o muy pastosa.
Las infecciones respiratorias
En el caso de las infecciones respiratorias es bastante común que las indicaciones de los pediatras a causa de una sintomatología de tos y mocos sean siempre las mismas. Así, en el contexto de una infección respiratoria, mientras que no exista dificultad a la hora de respirar se puede utilizar el tratamiento sintomático clásico para controlar la afección.
Según el doctor Fernando Ferreira , titular de pediatría en el Hospital Santa Ángela de la Cruz, se puede realizar el tratamiento siguiente , siempre en orden y no obligatoriamente las tres cosas: Lo primero serían los lavados nasales con agua de mar, siguiente la aspiración , siempre que fuese necesario y, por último, la utilización de descongestionantes nasales , 3-4 gotas en cada fosa nasal, fundamentalmente antes de las tomas o antes de dormir.
Sin embargo, es necesario acudir a un médico de Urgencias siempre que exista dificultad respiratoria que se aprecia ya que se observan pitos al final de cada espiración, un rápido movimiento del abdomen, una frecuencia respiratoria más veloz y se podría, incluso, apreciar un hundimiento en las costillas al respirar. Además, en este último caso se puede estar ante una infección respiratoria de vía baja y el tratamiento sería diferente. Se puede también visitar de manera más urgente a los doctores si encontramos en los pequeños una tos persistente que no lo deja descansar o le hace vomitar continuamente.
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