La luz apaga y enciende fármacos para tratar el cáncer
El tratamiento es mucho más efectivo y selectivo, con lo que permite aumentar las dosis y reducir los efectos adversos
La fotofarmacología consiste en activar medicamentos para el cáncer sensibles a la luz solo en determinadas células; la técnica permite dirigir de forma más selectiva los tratamientos, mejorando así su eficacia y reduciendo los efectos adversos. Ahora, un estudio que se publica en « Cell » da un nuevo paso para su uso en ensayos clínicos.
«Esperamos que nuestros compuestos puedan algún día ser utilizados para tratar muchos tipos de cáncer localizados sin producir efectos secundarios, lo que mejorará los estándares de atención y proporcionará opciones para los tumores actualmente intratables», explica Oliver Thorn-Seshold, de la Ludwig-Maximilians-Universität München (Alemania).
Algunos de los fármacos más eficaces, y por ello de los más utilizados, son los inhibidores que interfieren con la función de los microtúbulos -componentes del esqueleto de la célula que juegan un papel clave en la proliferación, la migración y la supervivencia celular-. Pero debido a que estos medicamentos no se dirigen específicamente a las células cancerosas, sino que también interfieren con la función de las células normales, tienen importantes efectos secundarios , tanto en el corazón como en el sistema nervioso central. Como resultado, los médicos usan dosis muy bajas de estos agentes, lo que limita el beneficio terapéutico.
On/Off
Para superar este reto, los investigadores alemanes han desarrollado un método para controlar ópticamente los inhibidores de microtúbulos que actualmente están en ensayos clínicos. La estrategia implica la identificación de un elemento estructural fijo que se requiere para la actividad biológica de un fármaco y, a continuación, su sustitución con una 'bisagra' flexible que se abre o cierra en respuesta a la luz azul.
De esta forma, «podemos utilizar la luz para activar el medicamento donde y cuando queramos, con la precisión de una única célula», explica Dirk Trauner. «Y el resultado es que nuestros compuestos conservan su efecto terapéutico pero con el añadido de ser mucho más específicos».
Podemos utilizar la luz para activar el medicamento donde y cuando queramos, con la precisión de una única célula
Los compuestos resultantes, llamados 'photostatins', demostraron ser eficaces en la inhibición de la proliferación de células a las que iban dirigidas, mientras que sus vecinas no se veían afectadas. Además, los compuestos se pueden activar y desactivar cientos de veces, lo que permite su uso a largo plazo, tanto en la clínica como en el laboratorio. Y debido a que se dirigen a una subunidad de microtúbulos que existe en las células de todas las plantas y animales, pueden ser utilizados para estudiar o tratar una amplia gama de organismos o procesos , incluso potencialmente una amplia gama de enfermedades en los seres humanos.
«Creemos que, ya que eliminan los efectos secundarios sistémicos, nuestros agentes serán capaces de ser utilizados en dosis en las que sean verdaderamente beneficiosos en el tratamiento del cáncer, logrando así que sea mucho más eficaz que actualmente», añade Thorn-Seshold.
En futuros entornos clínicos, los autores se imaginan que los pacientes podrían usar gafas azuladas para tratar el cáncer de ojo u otras enfermedades de los ojos, mientras que aquellos con cáncer de piel podrían usar un vendaje que proporcionase luz a los tumores . Y en cuanto a lo tumores internos, especulan que puedan ser tratados con una red de pequeños LEDs implantables que parpadeen cada pocos minutos para mantener el efecto quimioterapéutico sólo en el sitio del tumor.
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